Las tierras altas de Escocia siempre fueron un lugar ideal para que fantasía y realidad se dieran la mano de una forma simple y convincente.
Hasta este escenario acudirán el jovial Peter Parker –alias Spider-man– y su esposa, tras el fallecimiento de una lejana tía de su mujer, Mary Jane, en busca del legado de la familia MacLeod, en un lugar acosado por los sucesos del pasado y con un futuro cargado de incertidumbre.
Está claro que la pareja sólo tendrá un momento de tranquilidad antes de que la realidad que se esconde en aquellos lugares obligue al amistoso vecino arácnido a darse un garbeo por las tierras altas de Escocia buscando respuesta. Spider-man se encontrará con apariciones fantasmales, viejas leyendas y la sabiduría de Mairi, la bruja del lugar, quien llevará al arácnido a descubrir cuáles son las respuestas que está buscando. Como no podía ser de otra forma, Parker también se topará con viejos conocidos, responsables en gran medida de los acontecimientos que persiguen a los habitantes del lugar.
Spider-man: Espíritus de la tierra es fruto del empeño del dibujante y guionista Charles Vess por contar una historia desarrollada en dichos parajes, con el arácnido de protagonista. Vess, con un estilo pictórico ideal para llevarnos por los oscuros lugares de la narración, mezcla en sus dosis justas la leyenda, el misterio y las conspiraciones para dominar el mundo.
Su Spider-man se mueve entre la neblina escocesa con la misma elegancia que cuando surca los cielos en su Nueva York natal, aunque sin el halo de misterio que rodea los paisajes escoceses. Una aventura muy recomendable para quienes gusten del personaje y para los amantes de las historias cargadas de mitos y leyendas.
© Eduardo Serradilla Sanchis, 2017
© 2017 Marvel Comics, Inc
Spider-man es una creación de Stan Lee y Steve Ditko
Para más información sobre Spiderman. Espíritus de la tierra, por favor, consulten las web de las librerías especializadas http://www.leprechaun.es/ y https://www.facebook.com/Comic-Sería-113688985378806/
Sobre este blog
Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.
