De 1960 a 2021: así ha cambiado el paisaje del sur de Tenerife y Gran Canaria por el turismo

San Bartolomé de Tirajana en 1960 (izquierda) y en 2021 (derecha).

Karen Estévez

0

El sur de Tenerife y el de Gran Canaria han cambiado dramáticamente en los últimos 60 años ante el desarrollo de la industria turística. Solo seis décadas bastaron para convertir a pequeños pueblos pesqueros y rurales en referentes internacionales como destinos para pasar las vacaciones, un crecimiento exponencial que explica cuánto ha cambiado la economía isleña.

Las localidades costeras comenzaron a mutar justamente en la década de los 60, cuando tiene lugar el primer “boom turístico”: una explosión de nuevos visitantes llegados especialmente de los países nórdicos y atraídos por el sol y la playa. La industrialización de aquellos países, la mejora en la calidad de vida, la decadencia de la dictadura franquista y la expansión de los vuelos chárter fueron el combustible para el aterrizaje de los primeros visitantes.

El turismo de masas comenzaba a transformar a las islas, que tan solo tres décadas después ya contaba con una amplia oferta de infraestructuras, hoteles, carreteras, aeropuertos y edificios de viviendas para los que venían de fuera a disfrutar de la belleza volcánica del Archipiélago, tanto en invierno como en verano.

Las transformaciones de las ciudades, especialmente en el sur de Tenerife y Gran Canaria, son el mayor reflejo del cambio hacia una economía dedicada el sector servicios que se experimentó desde aquellos años, tal y como se puede comprobar en los siguientes gráficos en los que se visualiza el crecimiento en los años 60 de San Bartolomé de Tirajana y Arona, municipios que a día de hoy son referencia turística internacional.

El Sur de Gran Canaria

Así se desarrolló la zona turística de Maspalomas desde los años 60

Fuente: Catastro

Sur de Tenerife

Así se convirtió un pueblo de pescadores en potencia mundial del turismo

Fuente: Catastro

Según el Instituto Canario de Estadística (ISTAC), en la década de los 60 en el municipio tinerfeño de Arona convivían 6.331 vecinos. Para 2020, la cifra se multiplicó por 13, alcanzando los 82.777 (el 8,9% de toda la isla) y convirtiéndose en la tercera localidad más poblada de Tenerife, tras Santa Cruz y La Laguna.

En cuanto a San Bartolomé de Tirajana, se pasó de los 12.406 habitantes a 53.397 en 60 años. Con ello, el municipio grancanario es el cuarto más poblado de la isla, tras Las Palmas de Gran Canaria, Telde y Santa Lucía de Tirajana. En él vive el 6,2% de la población isleña.

Explica la doctora en Geografía y profesora de secundaria Elsa Rodríguez Aguiar, en un artículo publicado en la revista científica Canarii, de la Fundación Canaria Archipiélago 2021, que es durante las décadas de los 60 y 70 cuando arranca la urbanización masiva del sur de las dos islas capitalinas. En Gran Canaria, por ejemplo, fue Alejandro del Castillo, conde de la Vega Grande, quien convocó un concurso internacional para urbanizar y convertir en destino turístico a Maspalomas, un concurso que finalmente ganó la empresa francesa Societé Pour L´Etude Tecnique d´Amenagements Planifiés (S.E.T.A.P.).

En Tenerife, mientras tanto, fue el capital belga el que dio forma al primer núcleo turístico sureño: Ten-Bel. Más tarde, sería el turno de la playa de Las Américas, Los Cristianos y Los Gigantes.

Los cambios en las localidades fueron más allá. No solo se construyeron edificios, también fue preciso mejorar las vías de acceso a las poblaciones, por lo que se comenzó a trabajar en las primeras autovías y carreteras interiores, así como en las mejoras y ampliaciones de los aeropuertos. Para 1972 todas las islas contaban con uno, excepto La Gomera, que tuvo que esperar hasta 1999.

Atrás quedaba la Canarias más rural: el sector servicios se convertía en la gran industria isleña, fuente de ingresos y de empleo para una población que tuvo que rediseñar y ajustarse a un nuevo sistema.

Etiquetas
stats