El 'dueño' de la sanidad privada en Canarias renuncia ahora a los ERTE que afectaban al 90% de su plantilla

Fachada de Hospiten Lanzarote.

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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El grupo Hospiten, el conglomerado empresarial del sector sanitario privado que más factura en Canarias (170 millones de euros en 2018 entre las sociedades en las que participa en las Islas), ha presentado ante la autoridad laboral dos escritos de renuncia a sus solicitudes iniciales para ejecutar Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en los siete centros con los que cuenta en el Archipiélago, cuatro en Tenerife, dos en Gran Canaria y uno en Lanzarote. Esta decisión se produce días después de que el Gobierno de Canarias paralizara su tramitación al pedir un informe potestativo a la Inspección de Trabajo para que analizara la memoria presentada por el gigante sanitario y el alcance de la medida propuesta.

La red liderada por el influyente empresario Pedro Luis Cobiella había solicitado el pasado 27 de marzo el reconocimiento de la existencia de una causa de fuerza mayor, la caída drástica de la demanda derivada de la paralización de la actividad turística por la pandemia de coronavirus, para suspender el contrato de trabajo o reducir la jornada laboral a más del 90% de su plantilla. La solicitud llegó después de prescindir de profesionales de enfermería en plena emergencia sanitaria alegando que no habían superado el periodo de prueba fijado en sus contratos.

El grupo solicitó dos ERTE. El primero de ellos, a través de Clínicas del Sur, afectaba a 1.264 de los 1.362 trabajadores que esta sociedad sumaba en sus cinco centros: el de especialidades Tamaragua, en Puerto de la Cruz (Tenerife); y los hospitales Belleuve, en la misma localidad norteña; Rambla, en la capital tinerfeña; y Sur, en el municipio turístico de Arona; además de Hospiten Lanzarote, emplazado en Tías. La memoria justificativa presentada por la empresa no concretaba qué porcentaje de esos empleados iba a ser despedido y a cuántos se les iba a reducir la jornada laboral, pero sí especificaba la categoría de los profesionales afectados. En el expediente se incluía personal de dirección, médicos, enfermeros y personal no sanitario.

En ese documento, Hospiten defendía que el coste de personal de esos centros, superior a los tres millones de euros al mes, era inasumible ante la pérdida de pacientes motivada por el descenso de turistas, “el grueso” de la actividad del grupo, debido a las restricciones de movimientos impuestas por el Gobierno central tras la declaración del estado de alarma. Esa memoria también hacía una referencia algo confusa al “cierre de centros”, uno de los motivos que llevó a la Dirección General de Trabajo del Ejecutivo canario a solicitar el informe a la inspección antes de tomar una decisión sobre el ERTE presentado por la empresa.

El segundo ERTE fue presentado mediante la sociedad Roca Gestión Hospitalaria, propietaria del complejo Hospiten Roca, situado en el municipio turístico de San Bartolomé de Tirajana, en el sur de Gran Canaria, y del centro de especialidades de Vecindario, en la misma isla. En este caso eran 256 los profesionales afectados, el 87% de una plantilla de 293, según han informado a este periódico desde el sindicato CSIF. Solo quedaban fuera 37 trabajadores, en su mayoría jefes de departamento. El ERTE planteaba la rescisión de los contratos de la práctica totalidad del personal no sanitario (recepcionistas, traductores, auxiliares administrativos….), de los fisioterapeutas y de uno de cada cuatro médicos afectados por el expediente. En total, 86 empleados de la empresa, prácticamente el 30% de la plantilla.

Para el resto de los trabajadores incluidos en el ERTE de Hospiten Roca se fijaban reducciones de jornada laboral que iban desde el 30% en el caso de una veintena de facultativos hasta el 50% para 80 profesionales de enfermería o el 60% para 70 auxiliares clínicos.

Más de 30 millones al año en conciertos

Hospiten es el grupo hospitalario privado que más fondos recibe de la derivación de pacientes del Servicio Canario de Salud (SCS). La cantidad supera los 30 millones de euros al año, según desveló el programa Privados de Salud, de Despiertos TV. La empresa de la familia Cobiella ha concertado con la administración pública canaria desde la época preconstitucional. El primer contrato se remonta al año 1977. Este emporio empresarial nació en Puerto de la Cruz, con el Hospital Belleuve, aunque ha ido extendiendo sus redes y en la actualidad cuenta con veinte centros sanitarios repartidos en cinco países.

En España, aparte de los siete complejos en las Islas, tiene presencia en Málaga, Cádiz y Madrid, en este último caso tras la adquisición, en enero de 2013, de cerca del 40% de las participaciones de MD Cancer Center, filial del hospital del mismo nombre en Houston y el único de la capital especializado en el tratamiento de enfermedades oncológicas. El grupo se ha implantado también en México, donde cuenta con cinco hospitales; la República Dominicana, con dos hospitales; Jamaica, con otro y un centro de especialidades, y Panamá, con un centro médico. En total, más de 5.000 trabajadores y una facturación anual de 326 millones de euros, según recoge la memoria de la empresa colgada en su web.

En las últimas cuentas presentadas y auditadas, correspondientes al ejercicio 2018, su principal sociedad, Clínicas del Sur, registró unos ingresos de 145 millones de euros y unos beneficios antes de impuestos de 20 millones. Roca Gestión Hospitalaria, por su parte, facturó 26 millones de euros y logró cinco de beneficios. Esta empresa se reparte junto a otra de las grandes de la sanidad privada de las Islas, Clínicas San Roque, los contratos para la prestación de asistencia especializada de las zonas básicas de salud de los municipios de San Bartolomé de Tirajana, Mogán y Santa Lucía, en el sur de la isla de Gran Canaria, merced a un concierto que se remonta al año 2010 y que ya acumula diez prórrogas.

Hospiten no ha contestado a las preguntas de este periódico sobre el ERTE.

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