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“El aborto no es un derecho”

Macame Mesa / Carmen Mesa

La reforma de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo impulsada por el ministro de Justicia, Alberto Ruíz-Gallardón, y cuyo texto podría incluir la eliminación del supuesto de aborto por malformación del feto, ha levantado las alarmas en diversos colectivos y partidos políticos.

Aunque el texto de la reforma se desconoce y de momento sólo se han hecho públicas una serie de pinceladas del mismo a través de las declaraciones de Gallardón, el director del Instituto Superior de Teología de Canarias (Istic), Juan Jesús García Morales, ha accedido a hablar con CANARIAS AHORA de una modificación que considera que “puede ser buena”. García Morales afirma que la Ley vigente es “permisiva” y consiente una serie de “abusos” que califica de impropios para la protección de las personas.

¿Cómo ha recibido el Instituto Superior de Teología de Canarias la modificación de Ley del aborto?

Yo puedo hablar de mi postura personal, porque no son opiniones que se hayan consensuado en el Instituto de Teología, pero de todas formas este es un tema en el que hay bastante unanimidad desde el punto de vista teológico. La reforma no se ha presentado, sólo conocemos aspectos puntuales que el ministro Gallardón ha ido desvelando, pero no se conocen ni siquiera todos los detalles de la reforma. En principio, a mí me parece bien cualquier modificación de la Ley anterior que vaya en el sentido de restringir los supuestos, porque desde una postura como la nuestra, de defensa de la vida, nos parece que dicha norma no sólo era permisiva, sino que consentía algunos sinsentidos, y una serie de abusos que no eran muy lógicos desde el punto de vista legal o para la protección de las personas.

¿Cuáles son esos sinsentidos y abusos?sinsentidos

Fundamentalmente, el hecho de que los supuestos no estén completamente corroborados desde el punto de vista científico, sino que haya sido por una cuestión más bien ideológica y una presión, más que un diálogo sereno. Me refiero a aquellos intentos que se hicieron sobre el tema de que las niñas de 16 años pudiesen abortar sin el consentimiento de sus padres y todo este tipo de cosas. Una ley de este tipo no sólo requiere un consenso político, sino que requiere también de una cierta reflexión social importante, con serenidad y creo que no se ha hecho. Por eso estamos todavía con toda esta cantidad de cuestiones pendientes.

Parece que en esta ocasión tampoco se está llevando a cabo esa reflexión social

No, ni de broma. Para todo este tipo de leyes que intentan regular las cuestiones referentes a la bioética, al menos en España no se está llevando a cabo un diálogo sereno, pausado y, digamos así, en el que se pongan todas las cartas sobre la mesa. Aquí hay demasiada presión ideológica y nunca se puede dialogar. Creo que es una pérdida el que no podamos tener una reflexión más tranquila sobre esta cuestión, porque mira que hay especialistas en España y personas que se han dedicado en nuestras universidades a desarrollar un estudio más omnicomprensivo, que engloba no sólo a las cuestiones de fuerte impacto mediático, sino que además conllevan un montón de repercusiones éticas, incluso para la vida de las personas.

Una de las anunciadas modificaciones que más críticas ha suscitado es la que impide abortar por malformación del feto

En este caso, creo que evidentemente sigue haciendo falta una reflexión más clara. Sin embargo, desde el punto de vista de los propios derechos humanos, el hecho de justificar la práctica abortiva por la incapacidad o discapacidad del nasciturus a mi me parece un error. Creo que tendríamos que tener una visión más amplia y ver todas las posibilidades, pensando en lo que significa la persona discapacitada. El otro día en la entrevista que le hicieron al ministro, él citaba una declaración de Naciones Unidas donde se hablaba de este tema; el discapacitado también necesita protección.

Sin embargo esas modificaciones retrotraerían la legislación hasta antes de 1985, ¿no cree que se daría un paso atrás?

En todos los medios se está cargando la mano sobre el tema de si estamos para adelante o para atrás. Yo creo que más que mirar eso, lo que hay que mirar es si has acertado o no. Desde luego, el tema de los derechos de los discapacitados tiene que hacernos pensar si estamos siendo una sociedad tan utilitarista, que al final legislamos según lo que nosotros pensamos que es útil o es bueno y no según la reflexión serena que nos ayuda a discernir bien.

Creo que a la hora de legislar en temas tan importantes como éste, como el de las células madre, la biogenética y la eutanasia, no nos podemos centrar sólo en ver si estamos más avanzados o más retrasados, porque de hecho en el universo entero hay un montón de posturas distintas y legislaciones distintas. Por lo tanto, no creo que ese sea el criterio. Entiendo que es verdad que en el caso concreto de España hemos tenido una serie de desarrollos legales que han ido permitiendo supuestos, pero creo que esa no debe ser la medida a la hora de juzgar una reforma legal.

Por lo tanto, se posiciona a favor de esta modificación, pero piensa que debería haber más diálogo y estudio

Efectivamente. Creo que la reforma puede ser buena, porque la Ley anterior a mi juicio tenía una serie de incongruencias, que considero como el fruto de no haberlo pensado bien y de haberse llevado simplemente por presiones. Sin embargo, creo que en esta ocasión puede pasar exactamente lo mismo. A mí me parece mejor, porque pienso que hay que legislar a favor de la vida, pero también creo que, sobre todo, hay que pensar un poquito en cómo legislamos en España.

¿A qué se refiere?

Quiero decir que las cuestiones están demasiado irritadas como para imponer nada, y hay determinados aspectos que son demasiado importantes para poder valorarlos desde el punto de vista jurídico. Un tema que a mí me parece clarísimo versa sobre la famosa constitución de la persona. En España es imposible tener un diálogo sobre este tema, porque cada uno defiende cuándo se es persona desde una posición ideológica y desde un tópico, independientemente de los estudios que haya. De esa cuestión dependen otras, como esta misma del aborto. Yo estaría a favor de una reforma y, sobre todo, de que haya diálogo social y una reflexión seria que se apoye en los datos que manejamos hoy en día.

Varios colectivos de mujeres han estallado en las redes sociales al entender que se restringe su libertad de elección. ¿Usted no cree que la modificación impide hacer a la mujer lo que considere con su cuerpo?

Yo creo que ese es un punto de vista equivocado. Seguramente habrá habido mucha reacción, porque estamos muy ideologizados y aquí cada uno defiende con lo que sea su posición, pero yo personalmente insisto en que esa es una posición equivocada. Cuando estamos hablando del aborto, no estamos hablando del cuerpo de la mujer sin más, sino de derechos de personas. Efectivamente, la mujer tiene unos derechos, pero también los posee el nasciturus.

Si la cuestión se plantease de forma más amplia, quizás estaríamos hablando de qué es lo que tiene que hacerse para proteger a la mujer y para ayudar a las que tienen embarazos no deseados. Sin embargo, desbloquear esta cuestión ahora mismo es casi imposible en España debido a esa ideologización tan fuerte que estamos viviendo. Desde el punto de vista de la Iglesia, creo que estamos haciendo un diálogo bastante sereno, pero siempre se choca con una posición tan ideologizada que impide el diálogo.

Un asunto que ha saltado a la palestra recientemente es el caso de una joven de El Salvador a la que el Tribunal Supremo de su país denegó abortar pese a que, al parecer, su hijo va a nacer sin vida y encontrarse la madre en peligro de muerte si da a luz.

El caso de la joven Beatriz ha sido muy comentado y de hecho nosotros hemos estudiado también un tema en el que pienso que hay una gran desinformación, porque se han dicho muchísimas cosas que no son exactas. En la página web del hospital en el que está ingresada uno se entera de cuál es el dictamen médico real. Los periódicos españoles han dicho que el niño iba a salir muerto, porque carecerá de cerebro y no es verdad. El problema que tiene, que es un problema congénito que no facilitará la vida del niño más allá de los dos años, es que saldrá sin una parte del cerebro.

Después está el tema famoso que se ha dicho sobre que la vida de la madre corre peligro, cuando el hospital afirma que no es así. Creo que en este tipo de temas siempre hay un interés ideológico que hace que veamos las noticias con un sesgo determinado. Ahora mismo la ciencia médica tiene muchísimas soluciones, como los abortos terapéuticos que no buscan la interrupción del embarazo en sí, sino que se llevan a cabo por la salud de la madre. Como se han tergiversado determinadas cuestiones, la información está un poco sesgada.

[La entrevista se realizó antes de que a Beatriz se le practicara una cesárea. Según publican varios medios de comunicación, el bebé falleció este martes, cinco horas después de nacer, y la madre permanece en cuidados intensivos“].

¿En qué situaciones estaría usted a favor del aborto?

Yo a favor del aborto no estoy nunca, creo que el aborto no es un derecho. Hemos planteado el aborto siempre desde el plano de los derechos, eso es una equivocación. Creo que hay un montón de cuestiones que están asociadas a este tema, que hoy las podríamos pensar serenísimamente. Por ejemplo, la misma Iglesia dice que cuando se busca la salud de la madre y se tiene intervenir, el hecho de que se produzca un aborto no está considerado como tal. Si me preguntas si creo que el aborto se debe practicar así sin más, yo creo que no.

A parte de la salud de la madre ¿hay algún otro caso más en que la Iglesia permita el aborto?

Ese caso no se considera realmente un aborto, porque no ha sido “perseguido” o “buscado”, se trata de la consecuencia de un bien de actuar sobre la madre. Desde el punto de vista teológico nunca ha habido problema alguno en este caso. Para buscar ese tipo de soluciones se requiere el dialogar con tranquilidad.

¿Quiénes son exactamente los que deberían dialogar?

Aquí hay un problema que creo que vamos arrastrando desde la transición y es que a la hora de plantear legislaciones sólo están dialogando agrupaciones políticas, pero la sociedad la conforman también muchas otras agrupaciones e instituciones que tienen que entrar en ese diálogo social. Las universidades estamos absolutamente infrautilizadas, porque sólo se nos piden estudios cuando hay un interés político detrás y para nada se invita a catedráticos a dialogar con serenidad.

¿Qué me dice de la permisión de abortar en caso de violación?

Entiendo la gravedad de la situación que se plantea como una violación, pero hay que entender también que estamos hablando del derecho de una persona. En este caso, hay que tener en cuenta cuando el feto ya se ha desarrollado suficientemente, es decir, que tiene la cadena genética exactamente igual una vez que está concebido hasta que nace.

¿Cuándo se consideraría que el feto esta suficientemente desarrollado?

Cuando tenga el ADN exactamente igual sin variación, y eso sucede aproximadamente cuando el cigoto se implanta ya en la pared del útero, no sé si son a los cinco o siete días. Me acuerdo de una campaña que hubo incluso con carteles en los ambulatorios que recomendaban el famoso lavado antes de que realmente quede implantado en la pared del útero. Esto requiere campañas de información y que todo el mundo lo sepa y lo controle. Ahora, una vez que ya está formado, pues aunque la situación en que haya sido concebida haya sido desgraciada, estamos hablando ya del derecho de personas.

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