El alcalde de Nouadhibou asegura que Mauritania sufre la inmigración más que Canarias

El alcalde de Nouadhibou, Mohamed Fadel Ould Aboubakrine, asegura que su país, Mauritanaria sufre más el fenómeno inmigratorio que Canarias. “Somos la correa de distribución entre el África Austral y Canarias”, afirma en una entrevista.

Aboubakrine lleva desde el pasado martes recorriendo los despachos de las principales administraciones canarias. El alcalde de Nouadhibou, segunda ciudad de Mauritania con casi 130.000 habitantes, tiene motivos. Viene a agradecer a las Islas el esfuerzo que hacen en cooperar con su país y también a estrechar aún más los lazos que unen al Archipiélago con su ciudad. También llega en busca de inversión en unos momentos complicados desde el punto de vista financiero. Sabe que hay que ganarse la confianza de los inversores y sabe por dónde hay que empezar.

Y es que queda mucho por hacer. Así, sobre la inmigración afirma que la cooperación es fundamental porque “sufrimos el fenómeno de la emigración más que Canarias, somos la correa de distribución entre el África Austral y Canarias.Todo transita por Nouadhibou y no tenemos los mismos medios que Canarias”.

Insiste que la situación es muy difícil para los vecinos de su ciudad. “El flujo migratorio trae hasta aquí diversas razas, costumbres y religiones y tiene su impacto sobre esta pequeña población, lo que a veces provoca fricciones porque los que no pueden moverse se estabilizan aquí y hay problemas de seguridad, económicos, de sanidad, de seguridad y de trabajo... y la cuenta la pagan los ciudadanos mauritanos”, advierte.

También recuerda que a la cooperación en esta materia se suma la buena voluntad mauritana.“ Contamos con una patrullera y un helicóptero de la Guardia Civil, además de una comisaría mixta para combatir la inmigración y ha dado resultados. El nuevo régimen militar tiene entre sus prioridades la lucha contra la inmigración”, afirma.

“La Marina Nacional y la Delegación de Vigilancia Marítima coordinan la lucha contra la inmigración irregular. Lo hacemos incluso enfrentándonos en nuestras fronteras con ciudadanos de países de salida como Senegal o Mali y eso que tenenos acuerdos de libre circulación de personas”, señala el alcalde.

La primera autoridad de Nouadibhou, eso sí, afirma que esto se hace “para que no vaya más inmigración a Canarias. Cada día recogemos cadáveres. Lo que llega no representa nada comparado con lo que sale. ¡Casi 700 kilómetros de costa!..¿Cómo puedes frenar todo eso?” Un lacónico “¡Dramático!”, cierra el debate.

Y lo primero es garantizar la paz institucional y defender las medidas adoptadas por los militares que, encabezados por el jefe de la Guardia Presidencial, el general Mohamed Uld Abdelaziz, derrocaron el pasado 6 de agosto de 2008 a Sidi Mohamed Ould Cheik Abdalahi, primer presidente elegido democráticamente en la historia de Mauritania en 2007. “El nuevo régimen ha puesto orden en la organización administrativa y de seguridad del país. Ha sido un golpe pedido por el pueblo”, afirma.

Tiene ganas de aclarar la coyuntura política mauritana casi sin que le pregunten. “El actual régimen está solucionando la problemática del pueblo, una prioridad en Mauritania. Asistimos a una revolución popular pidiendo a los militares que están que se queden en el poder y esto en contra de la voluntad de la comunidad internacional, que no ha entendido bien los motivos del golpe y que está en contra porque no sabe lo que vive el mauritano pobre. Es un problema interno y hay que estar allí para entender los motivos”.

Mohamed Ould Aboubakrine reclama más legitimidad para el nuevo gobierno mauritano. “Todo el mundo condena los golpes de Estado, nosotros condenamos los golpes de Estado, pero éste del 6 de agosto ha sido pedido por el pueblo. Es la primera vez en la historia del país que un golpe de Estado está apoyado por la masa poblacional. Lo defienden 200 de los 216 alcaldes mauritanos, más del 70 por ciento de los parlamentarios y el 80 por ciento de los senadores, y todos estos son electos por el pueblo. Es la voz del pueblo y no la voz de la opinión internacional que lo condenó y no entendió los motivos”, insiste.

“Hablo como ciudadano de Mauritania. Nos interesa que mejore el nivel de vida interno. Somos un país rico. Tenemos pesca, hierro, oro, diamantes y ahora petróleo pero por la mala gestión de los gobernantes anteriores el pueblo nunca se beneficio de nada. Había un robo total de las riquezas mauritanas y ahora, por primera vez, el pueblo está notando una mejoría de su nivel de vida en sólo cinco meses, y todo con medios nacionales y locales, sin ayuda”, dice zanjando el argumento.

La estabilidad mauritana

Sentado en una terraza del parque de Santa Catalina ve la hora de pasar a razonar por qué es rentable invertir en su ciudad y en su país. “La estabilidad del país puede dar más seguridad y confianza a los inversores. La primera medida que tomaron estos militares fue blindar el Código de Inversión nacional y proteger a los inversores. Antes no tenían protección legal, hoy sí. Cuaquier inversor extranjero tiene la garantía y la protección del Estado mauritano”.

Lleva dos años como alcalde de Nouadhibou y todo sigue por hacer.“ Mauritania es un país joven, hay muchísimas posiblidades de inversión. Se hacen licitaciones internacionales, es un país virgen. Todo se puede hacer”, proclama.

En cuanto a su ciudad, que para eso ha venido, confía en que lo visto por aquí lo ayude en su tarea de desarrollar Nouadhibou. “La nueva organización de la ciudad traerá más inversiones canarias como las que ya hay en la hostelería, la pesca o el comercio. ¡Canarias es nuestro supermercado!”, sonríe. “La ampliación del puerto de Nouadhibou, por ejemplo, la va a ajecutar una empresa canaria por un importe de 20 millones de euros después de un concurso internacional”, anima a quien quiera escuchar.

Es un año de crisis, sí, opina Aboubakrine. “La crisis es mundial y cada país la sufre a su ritmo. Mauritania la sufre al ritmo de Mauritania. Cada país tiene su peculiaridad. Que cómo se nota. No está mal, estamos en proporción al ritmo de vida normal”, y normal significa un 'ritmo' de algo menos de seis mil millones de dólares de Producto Interior Bruto en 2008.

“La cooperación canaria no tiene límite”

Con ese dato y con crisis o sin ella “la cooperación canaria no tiene límite”, agradece. “Sigue al mismo ritmo y con las mismas partidas. Se extiende a la salud, a la educación a la modernización del país y de la ciudad, a nuestra formación al apoyo a las cooperativas de mujeres. Estas cosas sólo las hace Canarias”.

Y por aquí lleva desde el martes.“Hemos venido a reforzar los lazos de hermandad y cooperación entre nuestra ciudad y Canarias y también para aprovechar la experiencia que tienen en turismo, la modernización municipal o el urbanismo para lograr que Nouadhibou despegue como las Islas”, afirma optimista.

Ha mantenido entrevistas con reponsables del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, del Cabildo tinerfeño y del Gobierno de Canarias y aquí, en Las Palmas de Gran Canaria, “con la que estamos hermanados”, recuerda, se ha reunido con reponsables del Ayuntamiento y ha recibido seis guaguas de mano del alcalde, Jerónimo Saavedra. También destaca el proyecto de hermanamiento con Arucas puesto en marcha ayer tras visitar la localidad norteña. Allí también ha preparado la próxima visita a Nouadhibou de una decena de médicos de distintas especialidades organizada por el club de Rotarios de Arucas desde hace diez años.

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