Aumenta la incidencia de trastornos alimentarios en menores de 10 años y mujeres de 40
Estas patologías siguen siendo más frecuentes en mujeres que en hombres
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El responsable del área de Gestión del Conocimiento e Investigación del Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA), Antoni Grau, ha asegurado este martes que la incidencia de los trastornos de la conducta alimentaria está aumentado en menores de 10 años y mujeres de 40, durante la presentación del manual 'Controversias sobre los trastornos alimentarios y las medidas para detectarlos y prevenirlos' del Instituto Tomás Pascual Sanz.
Grau ha señalado que, si bien la franja media de inicio en estos trastornos es la situada entre los 14 y 25 años, en estos momentos, se está observando un impulso de los casos en menores de 10 años “con manifestaciones que no son tan acusadas” como las patologías más conocidas (anorexia y bulimia) pero que suponen que el pequeño haga algún tipo de “ayuno”.
El trastorno de la conducta alimentaria también es conocido como el 'Trastorno de Emancipación', pues aparece en la adolescencia como manera de “frenar” la incursión del individuo en el mundo adulto, ha señalado este experto. Este tipo de patologías ocupa el tercer puesto dentro de las enfermedades crónicas más frecuentes en la adolescencia.
Asimismo, este experto ha indicado que también están habiendo casos de trastornos de la conducta alimentaria en mujeres de mediana edad que, al repasar su historias, apenan existen episodios de este tipo en su pasado. Con todo, y pese a que, en sus palabras, la “balanza” se está igualando, los trastornos de la conducta alimentaria son más frecuentes en mujeres que hombres, al padecerlos un hombre por cada diez mujeres.
Por otro lado, Grau ha asegurado que también está aumentando la incidencia de los Trastornos de la Conducta Alimentaria No Especificados (TCNE) lo que, a su juicio, supone “un fracaso” a nivel diagnóstico. Se trata de aquellas patologías que no reúnen criterios para catalogarse en un determinado grupo.
En este sentido, el responsable del área de Gestión del Conocimiento e Investigación del ITA ha señalado que los diagnósticos categoriales son “reduccionistas” y pueden dar lugar a errores. Además de que suponen el establecimiento de “etiquetas diagnósticas”. “Muchas veces no tienen fundamento empírico”, ha apostillado.
Por contra, este experto ha apostado por la combinación de los diagnósticos categorial y dimensional a la hora de detectar este tipo de trastornos de la conducta alimentaria.
Dicho esto, ha informado de cambios en el DSM-5, que establece la clasificación de los diagnósticos en base a una serie de características. Éstos pasan por la eliminación de la amenorrea o la reducción de la frecuencia de atracones de comida semanales.
En este sentido, Grau ha hecho referencia al 'síndrome del comedor nocturno' que ha experimentado una “mejora” en su diagnóstico y, cuya incidencia, no ha aumentado. Y ha mencionado también el trastorno de la vigorexia, que supone una percepción distorsionada del propio cuerpo que hace al que lo padece verse con un tamaño muy inferior al real.
Para este experto, la prevención de este tipo de trastornos es fundamental y, para ello, es necesario introducir “programas multimodales” dirigidos a padres y profesores. Esta formación cobra especial relevancia en la población definida como de alto riesgo.
MORTALIDAD MAYOR QUE EN ADICCIONES
Por lo general, entre el 18 y 20 por ciento de los casos de anorexia nerviosa se hacen crónicos y, entre el 15 y 20 por ciento de los de bulimia nerviosa, tienen mal pronóstico.
A este respecto, el responsable del área de Gestión del Conocimiento e Investigación del ITA ha asegurado que la mortalidad de los trastornos de la conducta alimentaria son inferiores al 5 por ciento, una tasa, en su opinión, “muy elevada”, pues es, incluso, mayor que la de la mortalidad por adicciones.
Con todo, este experto ha abogado por cambiar las estrategias a la hora de abordar estas enfermedades. “Es posible que no se curen, pero hay que intentar que sean útiles y productivos para la comunidad”, ha comentado.
Para ello, su tratamiento consiste en uno de corte bio-psico-social, en el que participe también la familia. “La familia puede ser un factor mantenedor y debe incluirse en el proceso de recuperación”, ha dicho. En general, existen, cada vez más, nuevos abordajes para este tipo de enfermedades que consisten en psicología positiva, 'empowerment', 'coaching' o inteligencia emocional.
Para abordar este tipo de enfermedades, su prevención, diagnóstico y abordaje, se ha elaborado el manual 'Controversias sobre los trastornos alimentarios y las medidas para detectarlos y prevenirlos' del Instituto Tomás Pascual Sanz, que ha contado con la colaboración de la fundación Instituto de Trastornos Alimentarios (FITA).
La obra, que recoge el seminario del mismo nombre celebrado el paso año en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), está dividida en 18 capítulos escritos por diferentes especialistas en el campo de los trastornos alimentarios.