Culpable de asesinato la mujer acusada de matar a su pareja
Culpable de asesinato por unanimidad. Ese ha sido el veredicto que un jurado popular dictó este miércoles, cerca de la medianoche, para María Paz M.R., la mujer acusada de haber apuñalado a su pareja, el alemán Bernfried Kurt Gross, mientras dormía. El jurado ha considerado que la víctima no pudo defenderse, lo que supone alevosía; que sufrió antes de morir, lo que es ensañamiento, y que además había otra agravante, la de parentesco, ya que vivían como si fueran matrimonio.
Tantas agravantes se contrarrestan con la apreciación de una eximente incompleta de trastorno mental, por lo que en vez la máxima pena por asesinato, 25 años, la condena que se le impondrá variará entre la mínima por asesinato y la intermedia, los 15 años que pide la defensa, y los 20 años que pide el fiscal.
Para dictar el veredicto, los once miembros del jurado tuvieron en cuenta, sobre todo, los informes psiquiátricos de la acusada, una mujer de 44 años que sufre un trastorno bipolar, y que cuando cometió el crimen llevaba varios semanas sin medicarse y que abusaba del alcohol.
El jurado ha creído por unanimidad que María Paz, el 24 de agosto de 2007, en una vivienda de Costa del Silencio (Arona) se aseguró de que Bernfried dormía para clavarle un cuchillo de cocina en el estómago, con filo de sierra y acabado en doble punta de 25 centímetros de hoja. Le atravesó hasta llegar a la espalda.
Bernfried se medicaba a diario con Tramadol, un opiáceo que le calmaba sus dolores de hígado, porque padecía una cirrosis. María Paz llegó a decir al jurado que antes de matarle hizo una salsa para un pollo a la que añadió unas cuantas pastillas del fármaco bien machacadas. Uno de los policías locales que la detuvo, testificó que le había contado lo mismo camino de la Comisaría. De hecho, en las muestras de sangre de Bernfried había 16,21 gramos de tramadol por litro de sangre, una cantidad casi letal.
La Policía Judicial está convencida de que la víctima fue apuñalada en la cama, por la sangre encontrada, y sin embargo murió agarrado al wáter. Los forenses explicaron que, en efecto, pudo creer, en su somnolencia, que tenía un fuerte dolor de vientre. Para el fiscal esto supuso que Bernfried sufrió antes de morir, por lo que apreció el ensañamiento, y por ello elevó su petición inicial de 17 años de cárcel a la de 20 años. El jurado también lo ha entendido así.
A pesar de que María Paz aseguró en su declaración inconexa ante el jurado, visiblemente trastornada, que fue víctima continúa de malos tratos, que Bernfried la drogaba más de la cuenta para violarla, que escuchó una voz que le dijo “híncale el cuchillo”, el jurado también ha hecho caso a los peritos psiquiatras que corroboraron la enfermedad mental de la acusada, pero asimismo añadieron que eso no le impedía discernir básicamente el bien del mal, y que sólo precisaba de tratamiento ambulatorio para “normalizarse”.
También explicaron que María Paz, sin medicar y con alcohol en las venas, es muy posible que no estuviera del todo equilibrada cuando mató a su pareja, lo que se ha traducido en una eximente incompleta de trastorno mental.