De la desprotección a la inmunización: así ha sido el año más difícil para los sanitarios en Canarias
Los contagios entre el personal sanitario fueron una de las grandes preocupaciones en Canarias al inicio de la pandemia. La dotación de material sanitario, aunque fue tardía, ayudó a que las cifras de los casos entre estos trabajadores en primera línea de la crisis sanitaria se redujera significativamente. Sin embargo, el último empujón lo terminó de dar la vacunación a comienzos de 2021.
Los residentes y personal sanitario y sociosanitario que trabaja en centros de mayores y de atención a grandes dependientes conforman el primer grupo en la estrategia de vacunación en España frente a la COVID-19, establecida en base a un criterio de vulnerabilidad y exposición. Tanto este como el segundo, constituido por personal de primera línea en el ámbito sanitario y sociosanitario, han recibido las dos dosis de la vacuna en el Archipiélago, según la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias.
El fármaco llegó en enero, pero los efectos de la vacunación ya empezaron a ser visibles desde febrero, mes en el que se observa una clara caída de los contagios. En marzo se llegó a registrar menos de una decena de casos entre los trabajadores de la salud, unas cifras favorables que se han mantenido hasta la fecha.
El resto del personal sanitario y sociosanitario y trabajadores de instituciones penitenciarias, que forman el grupo 3, ya está al 100% con una dosis y al 28,19% con dos dosis.
Este alivio deja lejos a esos primeros meses de pandemia en los que Canarias se posicionaba como la segunda comunidad autónoma con el mayor porcentaje de profesionales de la salud contagiados con respecto al total de casos. Según un estudio publicado por el Instituto Carlos III en la primera ola de la pandemia, uno de cada cuatro pacientes diagnosticados con COVID-19 en las Islas era un sanitario a comienzos de la crisis.
La llegada de material sanitario permitió proteger a los trabajadores del virus, por lo que la tasa comenzó a caer. Sin embargo, durante esta mejoría también ha habido baches en el camino. El pasado septiembre, el Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil en Las Palmas de Gran Canaria detectó varios brotes en distintas plantas, sumando más de una veintena de afectados entre el personal.
Los hospitales canarios no se han librado de los brotes pese al inicio del proceso de vacunación. El pasado febrero, el Hospital Doctor de Negrín de Gran Canaria confirmó un brote y, dos meses después, lo hizo el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, en Tenerife. No obstante, ninguno de estos brotes superó la cifra de cinco afectados entre los trabajadores de los centros.
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