Las educadoras de Infantil salen a la calle para reclamar un convenio más justo, mejores ratios y condiciones laborales

Educadoras infantiles en la concentración por sus derechos en Las Palmas de Gran Canaria.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Las trabajadoras de escuelas de Educación Infantil (menores de cero a tres años) han salido este miércoles a la calle a manifestarse para lograr un convenio colectivo más justo, que mejore sus condiciones laborales. “Por un convenio digno”, “las educadoras luchando, estamos educando” o “maltrato es no llegar a fin de mes”, son algunos de los lemas que han coreado en la calle Triana, en Las Palmas de Gran Canaria.

Yolanda es delegada sindical y trabajadora en una escuela de Las Palmas de Gran Canaria y explica que la reivindicación es de ámbito estatal, pues desde 2019 se encuentra congelado el convenio colectivo de estas trabajadoras. Se han producido reuniones entre la patronal y los sindicatos mayoritarios, que no han llegado a ningún acuerdo y en medio de estas negociaciones, las trabajadoras temen perder derechos.

Uno de los puntos que reclaman es contar con unas ratios más adecuadas, pues se llega a contar con hasta 18 niños y niñas de dos años en un aula. En el caso de los menores de uno, la ratio se sitúa en ocho por educadora y en las clases de un año, se llega a catorce. Yolanda señala que “son unas ratios muy altas para dar una educación de calidad”, pues esto dificulta que se puedan detectar y atender adecuadamente a menores con necesidades específicas educativas, casos que van en aumento.

Por otro lado, las trabajadoras cobran en la mayoría de casos el Salario Mínimo Interprofesional, que está fijado en 1.080 euros. “No se puede vivir y dependemos muchas veces del sueldo de la pareja”, destaca la portavoz, que añade que también hay muchas familias monomarentales que “no pueden llegar a fin de mes”.

Se trata además de un sector muy feminizado, es decir, la mayor parte de la plantilla son mujeres. La parcialidad de los contratos también sigue siendo destacable; pues las auxiliares están contratadas en muchos casos a 50% de la jornada, y las educadoras al 90 o al 95%. “Trabajamos por vocación y creo que se valen de eso”, agrega Yolanda. Destaca que con la reforma laboral muchas de las trabajadoras han pasado a ser indefinidas, pero también hay fijas discontinuas y mucha contratación por sustitución.

Las trabajadoras recuerdan que están realizando las mismas funciones prácticamente que una maestra de Educación Infantil. Sin embargo, sus condiciones no son las mismas y no son igualmente reconocidas. Recuerdan que además del tiempo que dedican a su trabajo en el aula, se llevan mucho trabajo a casa, donde organizan las actividades del día siguiente.

Cada día deben programar actividades nuevas, con recursos diferenciados. “Tenemos que programar las actividades a diario y por eso también estamos reclamando un tiempo no lectivo sin niños porque todo lo que no nos da tiempo de hacer en el día nos lo llevamos a casa”, resume Yolanda, que recuerda que nadie se preocupa de la conciliación familiar a la que también tiene derecho esta plantilla.

Son muchas las afectadas por la congelación de este convenio en Canarias, ya que por este se rigen desde las educadoras contratadas por escuelas privadas hasta otras que son de gestión indirecta; es decir, gestionadas por una empresa subcontratada aunque el servicio es del Ayuntamiento. Yolanda recuerda que las condiciones de las empleadas de las empresas privadas son mucho más duras y remarca que también se manifiestan por ellas, para que todas puedan regirse por un convenio digno que respete sus derechos.

“No guardamos, educamos”, recuerdan estas trabajadoras. El día 24 de este mes vuelve a celebrarse una reunión entre la patronal y los sindicatos para seguir negociando. Mientras tanto, las educadoras volverán a salir a la calle el próximo 15 de noviembre para que sus reivindicaciones sean escuchadas.

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