EE.UU.- Investigadores consiguen curar con larvas de mosca común heridas crónicas en pacientes diabéticos

MADRID, 26 (Reuters/EP)

Un grupo de investigadores estadounidenses ha desarrollado una forma de curar heridas en pacientes diabéticos basada en el uso de larvas que, a través de la segregación de sustancias, limpian la herida, fluidifican el tejido muerto y permiten el desarrollo de tejido granulado, un tipo de tejido conectivo que se forma durante la curación de heridas.

Para permitir que esas heridas sanen, los médicos suelen remover el tejido infectado o muerto con bisturí o enzimas, pero esas herramientas con frecuencia fallan. “Estos pacientes diabéticos necesitan mejores tratamientos con el fin de salvar sus extremidades”, asegura uno de los principales investigadores, Lawrence Eron, del Hospital Kaiser y la University of Hawaii en Honolulu, quien afirma que “el tratamiento con gusanos es realmente efectivo porque, tras apenas un tratamiento, las heridas comienzan a verse mejor”.

Los 37 pacientes diabéticos participantes en el estudio de Eron padecían un tipo de enfermedad arterial que provoca mala circulación sanguínea en las extremidades y todos presentaban heridas rebeldes, algunos de hasta cinco años de antigüedad.

Los médicos colocaron entre 50 y 100 larvas, de la especie 'Lucilia sericata' (mosca verde común), sobre las heridas y los dejaron actuar durante dos días, momento en el que colocaron nuevos gusanos, procedimiento que los investigadores repitieron una media de cinco veces.

Veintiuno de los pacientes tuvieron resultados exitosos, entendidos estos como erradicación de la infección, remoción completa del tejido muerto, formación de tejido conectivo fuerte en la herida y más de tres cuartos de cierre de la lesión.

Además, cinco heridas estaban infectadas con la 'superbacteria' SARM pero se curaron exitosamente con la terapia con larvas. Nueve heridas estaban infectadas con otra bacteria llamada SASM y seis de ellos se curaron. Asimismo, los 10 casos con infección por estreptococo del grupo B también fueron tratados con éxito.

Sin embargo, el tratamiento falló en algunos pacientes. Uno tenía inflamación excesiva alrededor de la herida, dos sangraban demasiado y tres tenían problemas con huesos infectados.

Eron asegura que para convencer a los pacientes sobre el tratamiento con gusanos, fue necesario explicarles “cuidadosamente” el procedimiento y después tuvieron que firmar un consentimiento, ya que “muchos pacientes tenían cierto temor de que se les colocasen insectos vivos en sus heridas, por lo que les explicamos cómo funciona y qué posibles problemas podrían ocurrir”, ha detallado el autor quien añade que “se encerró a las larvas en un material similar a una malla y se selló para que no pudieran salir”.

Según el experto, el tratamiento con larvas es el primer paso del proceso de curación, ya que, “tras esto, se seguirá tratando la herida con hidrogeles, injertos de tejido celular cultivado o vestimenta bajo presión negativa. Pero para llegar al punto en que esos tratamientos funcionen realmente se necesita limpiar la herida, quitar el tejido muerto y obtener tejido granulado en la herida, y allí es donde ayudan los gusanos”, concluye Eron.

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