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La fiesta le pierde el miedo al virus en el Sur de Gran Canaria: “Si hay que cogerlo, lo vas a coger igual”

Aglomeraciones a la entrada de la discoteca El Caserío en el CC Plaza Maspalomas.

Adrián Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Sin mascarilla, a pocos centímetros de distancia y saludándose con besos. Este pasado fin de semana, las zonas de ocio nocturno de San Bartolomé de Tirajana, principal municipio turístico en el sur de Gran Canaria, han visto aglomeraciones de jóvenes de fiesta en sus alrededores, aunque se respetaran las medidas de seguridad en el interior de los locales.

Eran pocos los bares y discotecas abiertos la noche del sábado, más apagado que de costumbre en verano, cuando los jóvenes isleños suelen bajar al sur buscando fiesta y playa. Sin embargo, tanto en las escaleras de acceso a las discotecas del Centro Comercial Plaza como en los alrededores de un local con espectáculos drag en el Centro Comercial Yumbo, había una masa de personas reunidas sin mantener la distancia de seguridad ni portar mascarilla.

Algunos de los reunidos reconocían estar preocupados por la pandemia, pero otros parecían haberle perdido el miedo al virus. “Si hay que cogerlo, lo vas a coger igual”, dijo uno de los jóvenes entrevistados.

También ha habido aglomeraciones este fin de semana a las afueras del Bar Lolas, en el Faro de Maspalomas, donde las fiestas organizadas por el local ocupaban parte del paseo y la arena de la playa sin que los congregados por la música y el alcohol ofrecido por el bar respetaran las medidas sanitarias. Después de la polémica desatada en redes, el bar decidió cancelar los eventos y el número de gente en las inmediaciones la noche del sábado era mucho menor que lo visto anteriormente.

En las zonas de ocio nocturno no se vio en ningún momento que actuara el personal de seguridad ni la policía para asegurar el cumplimiento de las normas para prevenir la transmisión del coronavirus. La concejala de Seguridad del municipio, Inés Rodríguez (Cs), dice que la Policía Local, en colaboración con la Policía Nacional, actuará en las zonas comunes de las áreas de ocio nocturno para asegurar el cumplimiento de las normas de seguridad. “Si no se nota la presencia policial es porque este es uno de los mayores municipios de España y tenemos falta de agentes”, dice, añadiendo que espera sacar 41 plazas de agente de Policía Local en los próximos meses.

En el Yumbo, la mayoría de los asistentes son adultos, pero tanto en el Centro Comercial Plaza como a las afueras del Bar Lolas es difícil asegurar que todos los congregados tengan dieciocho años. Aun así, Rodríguez, dice que “cada ciudadano es el máximo responsable del cumplimiento de las normas” y que “todos somos responsables tengamos la edad que tengamos”.

La concejala insiste en que el ocio nocturno “es compatible con la seguridad sanitaria si se cumplen las normas” y se “educa” a la población al respecto. “Si el Gobierno de Canarias considera que no se están cumpliendo, quizás tenga que tomar otras medidas, aunque yo preferiría que no se interfiriera con el desarrollo económico del municipio”, apostilla.

Los brotes vinculados a fiestas o locales de ocio nocturno representan entorno al 10% de los registrados en España. Uno de ellos, vinculado a una discoteca en Córdoba, ha resultado en más de 80 casos y ha obligado a someter a pruebas a unas 1.700 personas.

“Nuestros comportamientos facilitarán la transmisión de la enfermedad o la mitigarán. En un contexto de clubes nocturnos, grandes reuniones donde las inhibiciones sociales de la gente... donde la gente, incluso si es asintomática, puede estar gritando, cantando y eso produce sus propios problemas”, advertía a principios de mes Mike Ryan, experto en epidemiología y salud pública de la OMS, añadiendo que las reuniones masivas y los lugares concurridos son contextos “realmente importantes” y específicos que pueden conducir a niveles más altos de transmisión.

La OMS insiste además en que los jóvenes, y especialmente los fumadores, también pueden sufrir casos graves de COVID-19. Sin embargo, la mayor preocupación es que se descontrole un brote, disparando la transmisión del virus y afectando a personas mayores y otras personas más vulnerables al coronavirus. 

Aparte de los locales de ocio regulados, son las fiestas privadas lo que más preocupa al Gobierno de Canarias. “El ocio no reglado es el que realmente nos preocupa porque es donde se están dando las mayores prácticas de riesgo actualmente”, ha dicho este martes el consejero de Sanidad Blas Trujillo. En este sentido, Trujillo anunció un mayor control por parte del Gobierno de Canarias para perseguir y sancionar “duramente” las fiestas privadas que no cumplan las normas de seguridad, porque son “un auténtico foco de transmisión del virus y que ponen en riesgo la salud de todos”. 

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