La Guardia Civil considera ''increíble'' que los excursionistas salieran con vida
Cipriano Martín y Juan José Peña, cabo primero del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), relataron cómo se produjo el rescate de veintitrés excursionistas que por error entraron en la galería de agua Piedra de los Cochinos, en el municipio de Los Silos.
La galería está excavada en horizontal y Cipriano Martín explicó que ahora saben que el punto de transición, en el que se puede estar sin equipo de respiración artificial y el que se estableció una zona para evaluar a los excursionistas, está a 1.400 metros de la entrada. Los primeros muertos los encontraron los equipos de rescate a 1.640 metros de la entrada, señalo Juan José, quien añadió que los últimos fallecidos estaban a 1.800 metros y hasta el final hay otros 150 metros.
Además, en el trayecto de la cueva, que los equipos de rescate tenían que recorrer agachados, había unos 40 metros en los que el agua llegaba hasta la cintura, señaló Juan José Peña, quien destacó que respiraban con dificultad y se adormecían “un poquito”.
Confusión inicial
Cipriano Martín indicó que cuando recibieron la llamada de alerta el sábado, pasadas las 16.40 horas, todo era muy confuso pues ni siquiera los servicios del 1-1-2 eran capaces de situar el lugar en el que estaba la galería ni decir qué pasaba dentro.
De su equipo se trasladaron en primer lugar tres personas porque reconoció que no creían que la situación fuera tan grave, ya que pensaban que los excursionistas se habían perdido y podrían salir. Cuando estos guardias civiles llegaron a la galería doce de los veintinueve excursionistas habían salido, pero alguno de ellos volvió a entrar antes de que llegasen los equipos de rescate.
Los primeros en llegar fueron los bomberos, quienes comunicaron a los guardias civiles que había falta de oxígeno en el fondo de la galería, explicó Cipriano Martín, quien agregó que ellos no disponen de equipos para entrar en este tipo de lugares y se quedaron al principio “un poco al margen, hasta conocer los problemas”. Tras la primera incursión, los bomberos se encontraron con una situación “dantesca” y dijeron a los guardia civiles que tenían que entrar porque la situación era muy seria, por lo que se activaron ocho miembros del Grupo de Intervención en Montaña y cinco del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas.
El cabo primero Juan José Peña manifestó que un equipo se mantuvo en la zona de transición para evaluar los cuerpos y decir a los que entraban dónde estaban los vivos y dónde los muertos. Comentó que el excursionista que más avanzó por la galería fue sacado con vida y aseguró que los equipos de rescate fueron “a por los vivos directamente”, aunque cada vez que iban a por uno verificaban a los muertos.
Juan José Peña señaló que de vez en cuando abrían botellas de aire comprimido para dar oxígeno a la zona de transición y Cipriano Martín subrayó la dificultad de avanzar con las camillas. Los equipos de respiración eran de los bomberos porque según explicó Juan José Peña las botellas de las que dispone la Guardia Civil son de acero y con un peso que impide su uso en una galería de agua.
Cipriano Martín dijo que los equipos daban la autonomía “justa” para llegar con los cuerpos hasta la salida y los equipos de rescate no pararon hasta que se sacó la última persona con vida, algo que ocurrió en torno a las 04.10 horas del domingo 11 de febrero. A partir de este momento hubo un parón porque ya no había más botellas, y al amanecer llegaron equipos nuevos de los bomberos, de modo que se continuó con el rescate, que finalizó hacia las 14.15 horas con la salida del último cadáver.
Cipriano Martín reconoció que algunos miembros de su equipo tuvieron falta de lucidez en algunos momentos, por lo que repasaban de forma continua la lista de personas, y una vez terminado el rescate algunos compañeros tienen mareos, diarrea y debilidad. Un bombero y un guardia civil que entraron en un primer momento lo hicieron con pequeñas botellas y una mascarilla inadecuada, reconoció Cipriano Martín, quien prosiguió que estas dos personas cayeron al suelo por falta de oxígeno y fueron sacados al exterior para recuperarse.
Estas dos personas actuaron de ese modo por el afán de llegar a los excursionistas que estaban con vida, declaró Cipriano Martín, para quien es “increíble” que algunos excursionistas aguantasen, aunque reconoció que la constitución de cada persona es diferente. Las mujeres aguantaron más y de hecho la cifra de muertos es de cinco hombres y una mujer, dijo Cipriano Martín, mientras que su compañero Juan José Peña se extrañó de que en el interior de la galería hubiese un perro pequeño.
El perro estaba al lado de su dueño, quien Juan José Peña cree que salió con vida, y el animal estaba aturdido en algunos movimientos, pero bien.