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Un jesuita canario, en ayuno por la paz y contra la indiferencia del mundo

Esteban Velázquez, delante de una de las obras realizadas en Nador para el alojamiento temporal de los migrantes

Gara Santana

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Desde el día 24 y hasta el 1 de enero, el sacerdote jesuita y activista canario Esteban Velázquez ha decidido permanecer en ayuno y retiro voluntario al tiempo que lanza un mensaje sobre la situación sociopolítica actual. “Todos podríamos hacer algo si nos lo proponemos y al menos es una llamada a la conciencia de que a todos nos afecta lo que está sucediendo, que aunque suponga algún tipo de sacrificio en nuestras vidas, cada uno de nosotros tenemos que pensar en cómo frenar esta barbarie” cuenta Velázquez a este periódico desde su retiro, refiriéndose a la guerra de Gaza, pero también a todos los conflictos bélicos que actualmente azotan al mundo.

Realizará esta actividad como un gesto o como también él lo llama “un grito” en el local que la Fundación Centro Persona y Justicia tiene en Granada.

Los principales motivos que han impulsado a Velázquez a tomar esta decisión, son por una parte, la certeza de no poder vivir estas navidades como las anteriores de su vida “en un contexto como el actual, de tanto sufrimiento humano acumulado por las múltiples guerras de gravedad máxima y en peligro de desencadenar procesos bélicos aún más graves y dolorosos”. Y en segundo lugar, la profunda convicción que mantiene el jesuita de que el mundo necesita parar. Parar y en sus propias palabras “hacer un replanteamiento global sobre la incapacidad de las actuales estructuras globales para frenar las guerras y lograr reales procesos de paz y de justicia”.

El sacerdote insta especialmente a los máximos representantes de las religiones abrahámicas; cristianismo, judaísmo e Islam, en una llamada “pública y directa” y se refiere a la vergüenza que produce la incapacidad actual de que los líderes espirituales al no alzar “una palabra conjunta” para pedir el fin inmediato de la guerra en Gaza y un funcionamiento más democrático en organismos como Naciones Unidas, donde existen potencias que abusan de su derecho a veto para impedir la paz.

El jesuita, que preside la Fundación Centro Persona y Justicia de Jerez del Marquesado en Granada, ha hecho llegar sus peticiones por medio de una carta al máximo responsable del diálogo interreligioso en la Iglesia Católica, Monseñor Ayuso, “con el ruego de que lo haga llegar tanto al Papa Francisco”, así como a los máximos líderes de las tres religiones de los libros revelados. “Si una persona es verdaderamente espiritual o ética no puede desentenderse de estas estructuras políticas que afectan a la vida de la gente. El objetivo principal de la fundación que estamos creando, Persona y Justicia, tiene como fundamento principal tratar de unir algo que nunca debe estar separado: lo espiritual y el compromiso sociopolítico”.

El activismo de Esteban Velázquez y su firme compromiso en defensa de la paz y los Derechos Humanos le costó ser expulsado de países como El Salvador en los años 80 del siglo pasado y, en 2016, de Marruecos, país donde residía y en el que prestaba ayuda a las personas migrantes que intentaban saltar la valla con Melilla.

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