La lucha canaria como vía de escape para los jóvenes inmigrantes en Canarias

Menores inmigrantes entrenan en el norte de Gran Canaria en el Club de Lucha Unión Galdar

Efe

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Mahamadou Toure es de Mali, tiene 16 años y prefiere que lo llamen Elefante. Hace diez meses que llegó a Gran Canaria y ahora, con el regreso de las actividades extraescolares, ha decidido seguir los pasos de su compatriota Mamadou Danthioko, “Camara”, otro antiguo chico de las pateras que hoy es una figura en crecimiento en la lucha canaria.

Elefante entrena dos veces cada semana en el norte de Gran Canaria con el Club de Lucha Unión Gáldar, junto con otros adolescentes de Mali y Mauritania que ahora residen en ese municipio del norte de la isla y cuyos sueños no pasan por un campo de fútbol ni una cancha de baloncesto, sino por ese lugar donde el deporte más profundamente canario sigue levantando pasiones, el terrero.

Casi un centenar de menores no acompañados viven en el centro que ha sido abierto de forma reciente en Gáldar. Entre ellos está este joven maliense que explica a Efe que, entre los diferentes deportes a los que se podía dedicar en sus actividades extraescolares, se decidió a practicar este dado su gran gusto por la lucha.

Aunque ahora mismo no puede practicarse la lucha canaria en sí porque el contacto físico y, por lo tanto el agarre, están prohibidos, Elefante espera ir aprendiendo los secretos de este deporte “poquito a poquito”, tal y como hizo su compatriota y referente en la lucha canaria Mamadou Camara, quien también llegó en patera a Canarias con solo 16 años, en 2008.

“Me gusta mucho”, repite Mahamadou, que explica que aunque en su país no existe un deporte similar, sí que conocía la lucha canaria desde antes de llegar a la isla, gracias a Camara.

La temporada del club de lucha para el club de Gáldar arrancó el pasado 11 de noviembre con las medidas de seguridad sanitaria correspondientes, entre las que se incluye la prohibición del agarre, por lo que por ahora los entrenamientos se están centrando en el trabajo físico, con circuitos y diferentes juegos.

“Todos hemos manifestado que hasta que no haya seguridad y contemos con un protocolo claro, los equipos de Gran Canaria no estarán dispuestos a comenzar la competición”, recuerda a Efe el presidente del Club de Lucha Unión Gáldar, Rayco Ramírez, quien augura que hasta al menos mediados de 2021 los luchadores no podrán volver a agarrarse.

Ramírez ha asegurado que todos los integrantes del club están “muy contentos” de que estos jóvenes procedentes de África hayan elegido su deporte y “quieran formar parte de este proyecto”, dado que en la actualidad uno de los aspectos que más preocupa a los aficionados de este deporte es continuar “cultivando la semilla” que motive a los más pequeños a aprender lucha canaria.

Por eso, el Unión Gáldar ha reactivado los entrenamientos de esta temporada con las categorías inferiores, la “parte fundamental y primordial de la lucha” si esta quiere seguir teniendo presencia en la actual sociedad canaria, dado que el número de personas que lo practican ha menguado desde hace ya varios años.

Si este club de lucha no comenzaba con los entrenamientos, corría el riesgo de que, con el regreso del resto de actividades deportivas tras el parón que comenzó en marzo, con el primer estado de alarma, los niños y niñas fueran a practicar otro deporte.

Sin embargo, el Unión Gáldar no ha visto menguado el número niños y adolescentes en estas categorías inferiores pese a la prohibición del agarre por parte de Sanidad y cuenta ahora mismo con unos 18 niños y niñas en femenino, alevines y benjamines y unos 14 en las categorías cadete, infantil y juvenil, a los que se suman estos jóvenes migrantes que también se han incorporado al equipo.

“El tiempo que estén aquí queremos que se sientan agasajados, se sientan parte nuestra y practiquen, cómo no, nuestra seña de identidad”, dice el presidente del club galdense.

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