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Un poderoso empresario empeñado en la independencia de su grupo

Jesús de Polanco decidió en 1976 avalar con su propio patrimonio la compra de la rotativa de El País convencido de que un diario progresista era el futuro y desde entonces y hasta el último momento de su vida su empeño declarado fue mantener la independencia de su grupo, convertido en uno de los más poderosos del país.

Jesús de Polanco, fallecido este sábado a los 77 años en Madrid a consecuencia de un mieloma múltiple diagnosticado hacía más de un año, empezó a trabajar en el mundo editorial con 17 años y en 1958 ya fundó la editorial Santillana, “el pulmón financiero” que permitió la continuidad de una aventura que había comenzado José Ortega Sppotorno en 1973.

En aquel entonces, Polanco se incorporó al equipo fundacional de El País, que acabó viendo la luz el 4 de mayo de 1976 con un director, Juan Luis Cebrián, que entonces tenía 31 años y que pasaría a su lado otros 32.

“Sentía por El País -recordaba este sábado Cebrián, ahora consejero delegado de Prisa- un compromiso absoluto y siempre pensaba que lo más importante que le había sucedido en la vida era El País y lo que más le preocupaba era su independencia”.

Primero fue consejero delegado y luego presidente ejecutivo de El País, un diario que jugó un papel clave durante la Transición en España en su lucha por la consolidación de la democracia como subrayaba el editorial que publicó al día siguiente del 23-F, y que titulaba Con la Constitución.

“A él le gustaba recordar que cuando El País tuvo su inicial éxito fulgurante empezaron todos nuestros problemas, fácilmente resumibles en uno: cómo defender la independencia del diario frente a las presiones y ambiciones de todo tipo que conspiraban contra ella”, apuntaba este sábado Cebrián en un artículo titulado “Jesús” que publica la edición digital de El País.

El periódico acabó siendo la base del grupo empresarial Prisa, al que en 2000 se agregó el grupo Santillana y en el que figuran activos como Sogecable (Digital + y Cuatro) y Unión Radio, que aglutina a la SER y miles de emisoras de España y América Latina.

Entre los numerosos galardones y distinciones en reconocimiento de su labor en los medios de comunicación y su trabajo en el mundo editorial a favor de la expansión de la cultura y lengua españolas, destaca el que le otorgó la Brown University (Estados Unidos) en 1997: Doctor honoris causa en Humanidades.

El reconocimiento llegó en el momento de máxima tensión en el llamado caso Sogecable, un proceso abierto por el juez Javier Gómez de Liaño contra la empresa audiovisual titular de Canal+ por presunta apropiación indebida.

El juez decidió que Polanco no podía salir del país, “ante el riesgo de fuga”, y le retiró el pasaporte. La denuncia fue archivada y Gómez de Liaño condenado por prevaricación.

“Fue muy duro para él porque le sucedió ya en una edad en la que uno está para recibir honores y homenajes y no para recibir aquel ataque virulento del Gobierno Aznar que fue frontal, terrible con la retirada del pasaporte, el procesamiento y todas aquellas insidias que se montaron desde el Gobierno”, indicaba este sábado Cebrián.

En sus intervenciones públicas, Polanco siempre recordaba que su periódico había nacido con la vocación de defender la democracia y a la modernización social de España.

Una de las más polémicas fue en la última Junta General de Accionistas de Prisa, el pasado mes de marzo.

Polanco, en contestación a un accionista, aseguró entonces que era “muy difícil” estar de acuerdo con la acción política de algunos partidos, especialmente “en unos momentos en que hay quien desea volver a la Guerra Civil”.

El PP anunció un boicot y “dejó de atender”, aunque sólo por unos días, las convocatorias de cualquiera de los medios de comunicación del grupo Prisa hasta que su presidente no rectificara sus declaraciones, lo que éste nunca hizo.

Polanco tenía cuatro hijos con Isabel Moreno y de ellos, Ignacio, vicepresidente de Prisa, ha sido designado por el Consejo de Administración sucesor suyo al frente del grupo; su hija Isabel es consejera delegada de Santillana, y su hijo Manuel es el responsable de las empresas de Prisa en Portugal.

“Un periódico como toda empresa debe plantearse el beneficio como fin y como medio de subsistencia pero el empresario de periódicos sabe que esta embarcado en una aventura que procede de un aliento espiritual y que supone un proyecto social. Quien ignore eso está condenado al fracaso porque en periodismo como en democracia el fin no justifica los medios”, advertía a su auditorio el empresario en una de sus últimas intervenciones.

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