“La pornografía violenta es uno de los factores que explica el incremento del sexo violento en grupo”

Un estudio revela que los menores empiezan cada vez más temprano a consumir porno en Internet

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Los menores consumen pornografía a edades cada vez más tempranas (antes de los 13 años). La falta de madurez y de referencias alternativas sobre sexualidad contribuyen a que incremente “el machismo, las prácticas de riesgo y el cambio en la percepción de los otros”. Así se desprende del estudio Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales. Lluís Ballester es profesor de Pedagogía en la Universitat de les Illes Balears (UIB) y coautor del informe y destaca además que “la pornografía violenta es uno de los factores que explica el incremento del sexo violento en grupo”. Sostiene que “sí que se pueden identificar relaciones estadísticas entre el incremento de la frecuentación de la pornografía y el aumento de la violencia sexual en grupo. Según los datos más recientes, las denuncias por violaciones a lo largo de 2018 aumentaron un 23% con respecto a 2017, que ya habían sido un 10% superiores a las registradas en 2016”, por ejemplo.

Se trata de una relación que queda más clara “si analizamos lo que cuentan los imputados o sus conductas y la filmación y divulgación de las violaciones”, subraya el profesor. Según explica, hay jóvenes que quieren emular el sexo en grupo que han visto cientos de veces, en cientos de vídeos diferentes. “Sabemos que hay grupos de jóvenes depredadores, que se expresan en las redes sociales, deseducados en el porno y que consideran fascinante el sexo en grupo como el que ven habitualmente: forzando y humillando a su víctima, filmando su hazaña”.

Ballester y sus compañeros han estudiado esa “desconexión moral”, la anulación temporal de la empatía que señala que se produce en estas situaciones. “La distorsión perceptiva es tan intensa que han cosificado a la mujer a la que violan, filman y exhiben su actividad delictiva”. Por ello, insiste en que hay que replantearse muchas cosas sobre esta relación, tanto desde el punto de vista educativo, como legal y también social y cultural.

"Con una buena educación afectivo sexual, el porno no tendría el papel que tiene ahora"

El profesor explica que es necesario mejorar el conocimiento sobre lo que está pasando, y estas investigaciones deben incluir la consulta de expertos, el análisis de la oferta y el consumo, así como de los procesos de escalada de conducta. Así mismo, es necesario reformar la educación afectivo-sexual. Con ello, “el porno no tendría el papel que tiene ahora. Seguro que no tendría el mismo impacto”. De hecho, recuerda que hay muchos jóvenes que “pueden pasar del porno, lo miran, pero los impactos son muy reducidos. Sabemos que tener un criterio personal formado y una sexualidad satisfactoria permite no caer en la frecuentación masiva no en la dependencia del porno”.

Si la educación sexual afectiva es correcta, debe permitir mejorar la capacidad de “comunicarse, de expresar emociones, de entender el propio deseo, mejorar las relaciones con uno mismo y con los demás, servir para ser felices…” A su juicio, si se trabaja en los centros educativos a todas las edades, el enfoque debe ser conjunto: con el alumnado y con los padres y madres. Así mismo, cree que hay que estudiar la posibilidad de aprovechar todas las posibilidades de mejora del pensamiento crítico, la capacidad de juicio reflexivo, así como la mejora de las relaciones interpersonales, mediante actuaciones conjuntas en los ámbitos escolares, pero también en los de ocio y tiempo libre.

"La pornografía tiene impactos de primer orden en las relaciones interpersonales"

Ballester sostiene que el reto social es generar una conciencia crítica que permita reducir el impacto más negativo de la pornografía y limitando la visualización. “Pasa por la implicación de toda la sociedad. Por ahora, se trata de un tema silenciado, pero del que cada vez hay más conciencia”. Y es que, la pornografía tiene impactos en las relaciones interpersonales de primer orden, como ha reflejado la reciente investigación. Por ello, es importante desarrollar acciones de sensibilización y de atención para los casos de necesidad ya expresada (adicciones a la pornografía, alteraciones que requieren tratamiento, dispositivos de escucha para consultas…).

No obstante, uno de los puntos imprescindibles del debate es el control legal. “Es necesario prestar atención a las posibilidades legales del acceso a menores de edad a la pornografía, así como a la limitación de la pornografía que muestra prácticas de riesgo (no presencia de preservativos y otras), violencia (violaciones, violencia de diversos tipos), etc. Es cierto que la propia pornografía ya se puede considerar como la expresión de una violencia contra las mujeres, pero si se quiere empezar por los aspectos prioritarios, hay un núcleo de la oferta pornográfica especialmente preocupante”, asegura.

En el estudio, Ballester subraya que se puede comprobar que se ha producido un impacto sobre las conductas de riesgo en los adolescentes y jóvenes (cambio en la conducta sexual, exposición al riesgo y otras), siempre en relación al consumo de pornografía. De hecho, la encuesta permite realizar una aproximación a dichos cambios: “se ha producido un incremento moderado del riesgo en un 43,8% de todas las personas que han contestado la encuesta, además de observar un reducido grupo de jóvenes en los que se ha producido un incremento importante del riesgo (2,8% de toda la muestra)”.

Los cambios que experimentan las personas que ven pornografía siempre tienen una dirección en negativo. “Se considera que los hombres son violentos, que son egoístas y solo se preocupan de lo que les da placer a ellos. La percepción de las mujeres se centra en la sorpresa ante la aceptación de algunas prácticas, la resignación que muestran o la falta de afirmación de su propio placer”. En cualquier caso, cambia la percepción del propio sexo y del otro sexo “y, mayoritariamente, no lo hace para mejorar”.

"La prostitución es una modalidad de explotación y de violencia de género”

El profesor Lluis Ballester desglosará las líneas de este informe en unas jornadas en la Casa Colón (en Las Palmas de Gran Canaria) este lunes 23 de septiembre, en el Día Mundial contra la Trata. “La prostitución es una modalidad de explotación y de violencia de género, característica de sociedades en las que el patriarcado contamina las relaciones interpersonales”, recalca, para añadir que aún existen mitos alrededor de ella.

Ballester considera que hay tres factores que se relacionan. Por un lado, existe una importante demanda de la prostitución, estimulada por la pornografía y muchas otras cuestiones relacionadas con el hecho de que se reduzcan las relaciones sexuales como “relaciones de dominio” y la reducción de las personas “a mercancías”. Por otro lado, la oferta, ya que “hay organizaciones y agentes mediadores, estructurados como empresas capitalistas, orientadas a la explotación de seres humanos” y, por último, el hecho de que “es una de las estrategias de captación ingresos, de mantenimiento para una parte apreciable de las mujeres en situaciones extremadamente precarias”.

El coautor de esta investigación también recuerda que la pornografía gratuita se mantiene sobre todo a partir de la publicidad, en especial de los anuncios de ofertas de prostitución. “Hay que recordar que la prostitución ha cambiado, está abandonando la oferta en la calle, limitando la oferta en clubs, ocultándose en pisos y pasando a captar ”clientes“ a partir de anuncios web. Parte de esos anuncios se ofrecen en las web de distribución de pornografía”, concluye.

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