Carnaval de Maspalomas

Precintados los chiringuitos del parking del Yumbo en el Carnaval de Maspalomas

El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) ha ordenado este jueves el precinto de dos zonas de chiringuitos ubicados en dos estacionamientos privados en los exteriores del Centro Comercial Yumbo, ya que presuntamente carecían de autorización para su instalación y potencial desarrollo de la actividad anunciada para los mismos, además de no estar incluidos en el Plan de Seguridad del Carnaval de Maspalomas.

En concreto, tras consultarse la sección de Fomento del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana se ha comunicado que el técnico municipal ha informado “desfavorablemente la petición formulada por el titular de la citada actividad por no contar con la documentación preceptiva exigida para el desarrollo de espectáculos públicos regulados en la Ley 7/2011 de 5 de abril de actividades clasificadas y espectáculos públicos y otras medidas administrativas complementarias; y normativa de Desarrollo”, según ha informado el Ayuntamiento en nota de prensa.

El concejal de Urbanismo de San Bartolomé de Tirajana, Samuel Henríquez, ha señalado que el “interés del Ayuntamiento es garantizar la seguridad” de los entes participantes del Carnaval, tanto de los vecinos como de las personas que lo visitan estos días.

“Por primera vez en la historia el Carnaval Internacional de Maspalomas se ha sacado de forma reglada, por lo que todas las actividades se hacen por licitación pública, desde los chiringuitos, la cobertura sanitaria, el plan de seguridad privada, el plan de autoprotección, etc”, apostilló.

Sin embargo, matizó que el problema de los chiringos precintados es que “no cuentan con autorización pertinente, además dificultan la seguridad del centro comercial y de la organización del Carnaval”. Añadió que en años anteriores el espacio habitual de los “chiringays” era un espacio cedido por parte del Centro Comercial Yumbo al Ayuntamiento, por lo que ha explicado que se incluían dentro del plan de autoprotección y entraban dentro de las actividades del propio Carnaval.

Actualmente se trata de un espacio “privado” y está gestionado por un tercero que, “de manera unilateral, ha decido organizar un Carnaval paralelo con un programa de eventos paralelo”.