La ley que protege el cielo para la observación astronómica cumple 30 años
El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha recordado que este miércoles hace 30 años se aprobó la ley sobre Protección de la Calidad Astronómica de los Observatorios del centro, que se convirtió en la primera norma estatal en este ámbito en el mundo.
El IAC señala en una nota que con la aplicación de esta ley, a las excelentes condiciones de calidad de los cielos de Canarias -gran nitidez, alta transparencia atmosférica y escasa nubosidad- se están sumando cielos cada vez más oscuros y sin tráfico aéreo. La ley se aprobó en el Parlamento español el 31 de octubre de 1988 a propuesta del Parlamento de Canarias pero hubo que esperar hasta el 13 de marzo de 1992 para conseguir el Reglamento que la regula.
Hasta la puesta en marcha de esta Ley, existían ordenanzas municipales previas para proteger los observatorios de Hawai, que compiten en calidad para la observación astronómica con los de Chile y Canarias. Este paso sirvió de inspiración y referencia a múltiples decretos, ordenanzas y leyes de protección del cielo tanto en España como en otros lugares del mundo.
En esta normativa se establece que el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) emitirá informes preceptivos en los expedientes de solicitud de licencias de instalaciones de alumbrado exterior, emisoras radioeléctricas y establecimiento de industrias situadas por encima de los 1.500 metros de altitud.
Para llevar a cabo este cometido así como el seguimiento del cumplimiento de la normativa, en enero de 1992 se creó en el IAC la Oficina Técnica para la Protección de la Calidad del Cielo (OTPC) de los Observatorios de Canarias, que fue la encargada de fijar, de forma real, el catálogo de especificaciones técnicas para la minimización del impacto en la contaminación lumínica y consecuentemente para la protección en la calidad astronómica de los observatorios.
Desde que se pusiese en marcha su protocolo de actuación, esta oficina ha realizado un inventario de todos los puntos de luz de la isla de La Palma para detectar las instalaciones más contaminantes y también redactó el primer proyecto de adaptación del alumbrado exterior en esa isla.
En primer lugar, se clasificaron todas las instalaciones de más a menos contaminantes y se procedió a la adaptación de las más relevantes en función de la subvención que facilitó el Ministerio de Educación y Ciencia, procedente de la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación a través del Cabildo de La Palma.
Como consecuencia de este proyecto, la OTPC preveía una reducción de la contaminación potencial local después de la medianoche en un 84% y una reducción del consumo energético local del 45%.
Además, el efecto de la adaptación de las instalaciones incluidas en esta primera fase sobre toda la isla pretendía reducir la contaminación potencial sobre el Observatorio del Roque de los Muchachos después de las doce de la noche hasta un 28% y disminuir el consumo energético global en alumbrado exterior de La Palma un 10%, lo que supondría un ahorro para los ayuntamientos de 8,3 millones de pesetas al año.
Para la consecución de estos primeros objetivos de la Ley del Cielo, la OTPC, compuesta por los técnicos Javier Díaz Castro y Federico de la Paz, informó y asesoró a todas las entidades públicas y privadas implicadas, promoviendo convenios de colaboración con administraciones locales y participando en los comités técnicos y exposiciones internacionales sobre la contaminación lumínica en las instalaciones astronómicas.
La ley sobre Protección de la Calidad Astronómica de los Observatorios del IAC abarca cuatro aspectos fundamentales y el primero es el de la contaminación lumínica, que regula la iluminación de exteriores en La Palma y la parte de la isla de Tenerife que tiene visión directa desde La Palma.
Además afecta a la contaminación radioeléctrica, pues establece los niveles de radiación electromagnética para que no se interfieran los equipos y medidas de los Observatorios y en cuanto a la atmosférica controla las actividades que puedan degradar la atmósfera en el entorno de los Observatorios.
También regula el tráfico aéreo sobre los Observatorios evitando interferencias por rutas aéreas y para ello en 1998 se crearon y publicaron dos espacios aéreos protegidos, uno para cada observatorio, que prohíbe el sobrevuelo de aeronaves (excepto tráfico militar y misiones humanitarias). Por eso es raro ver trazas de aviones en el cielo de La Palma y Tenerife, explica el IAC.
La Ley del Cielo de Canarias es la única Ley en el mundo que protege estos cuatro aspectos fundamentales para preservar la calidad para la observación astronómica y ha sido también un apoyo fundamental para otros proyectos, como la Iniciativa Starlight, que han nacido con el propósito de difundir los beneficios directos e indirectos, culturales, económicos, turísticos, medioambientales y de calidad de vida que resultan de la defensa de la luz de las estrellas y de la difusión de la Astronomía.
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