Los retos para adaptar el empleo en Canarias al desarrollo tecnológico en la inteligencia artificial y la robótica

Plañidera, limpiabotas, sereno, batanero o cambuyonero. Son profesiones que ya han desaparecido. Algunas, ni siquiera suenan a las generaciones más jóvenes. En los próximos años, los taxistas o los cajeros de supermercado podrían extinguirse como consecuencia del desarrollo tecnológico en la robótica o la inteligencia artificial. En Estados Unidos, desde 2011 funciona el vehículo autónomo y en 2009 nació en Reino Unido el primer supermercado de autoservicio. Paralelamente, surgen nuevos oficios con creciente demanda, sobre todo en el ámbito del análisis de datos. Según un estudio de Randstad, el 85% de los empleos que existirán en 2030 aún no se han inventado.

En Canarias hay casi 2 millones de personas en edad de trabajar, pero solo la mitad tiene empleo. En concreto, en las Islas están registrados 990.000 trabajadores en activo y alrededor de 170.000 personas en paro. Por sectores, la agricultura, ganadería y pesca representa un 3% del empleo; la industria, un 4%; la construcción, un 6%; el comercio y hostelería, el 18%, respectivamente; y el resto de los empleos, en un 50%, se incluyen el sector servicios. Es decir, el 87% del trabajo en Canarias está en la Sanidad, la Educación, el Comercio y la Hostelería.

El nuevo episodio de la edición Invita la Casa de Informe Trópico, programa dirigido y presentado por el periodista Carlos Sosa que se emite este 14 de mayo en RTVC, se aborda cómo la inteligencia artificial está transformando el mercado laboral y sus consecuencia en el Archipiélago, cuya economía se basa en el turismo. Luis Prieto, coordinador del Observatorio Canario de Empleo, considera que en las Islas se han puesto “todos los huevos en la misma cesta” y ello conlleva, a su juicio, a que “haya bolsas de población que no obtenga empleo”, pues considera que el turismo “genera la economía suficiente, pero no el trabajo suficiente”.

En el contexto actual, Prieto vaticina que en los próximos años el campo que demandará más empleo será del de los datos. “Las grandes empresas son empresas de datos. El análisis de datos será un elemento clave de la economía, los datos serán la materia prima, el nuevo petróleo. Si la tercera revolución industrial se basa en la información, la cuarta se basa en el conocimiento”, señala Prieto.

En este sentido, Jacques Bulchand, catedrático y profesor de Empresa Digital en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), apunta que “en esta década convergen tecnologías que están causando que la robótica realice muchas de las tareas que hacían humanos. Ese es el gran cambio que veremos. También converge con la sostenibilidad y estamos ante una nueva sociedad, un nuevo modelo de trabajo, de producción y de contrato social”. Sin embargo, ve “creíble” que las Islas puedan especializarse en el ámbito del desarrollo de las tecnologías en el turismo, sector del que es líder, y ser un referente en este campo.

Carolina Villén, CEO en la empresa de base tecnológica Digital Arts & Designers y miembro de la junta directiva del Clúster Excelencia Tecnológica de Canarias, añade que las Islas tienen potencial para convertirse en un “laboratorio tecnológico”, que a su vez puede ser impulsado con ayudas europeas por su condición de Región Ultraperiférica, sumado a los fondos Next-Generation. Para ello, matiza que es fundamental apostar por “el conocimiento” que ya se imparte en las universidades de las islas para que se traslade a diferentes ámbitos y se evite la fuga de cerebros.

¿Las máquinas usurpan trabajos humanos?

El magistrado del Juzgado de lo Social número 10 de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Ercilla, estima sin ningún atisbo de dudas que el desarrollo tecnológico en el mercado laboral provocará perdidas de empleo, pero a su vez, dice que “se van a generar otros”.

El juez declaró improcedente el despido de una trabajadora de una multinacional turística para ser suplida por un programa informático, o bot de gestión. “Su labor consistía en coger las facturas y ver la gestión de cobro. La inteligencia artificial, que era un robot de automatización de procesos, recibía la información, la trataba y la envíaba, de tal manera que puede trabajar 24 horas los siete días de la semana”, recuerda. El magistrado concluyó que el despido no estaba justificado por las causas objetivas que alegaba la empresa y la condenó a readmitir a la trabajadora o a abonarle la indemnización que le correspondiese.

Ercilla explica que “no hay una legislación específica que proteja al trabajador frente a las máquinas. Como medidas, cabe destacar un instrumento similar al ERTE que, ante la introducción de una tecnología disruptiva en ese ámbito, las personas puedan recolocarse en otro ámbito o en la misma empresa, pero haciendo funciones distintas”.

Renta básica universal y reducción de la jornada laboral

En este escenario, Bulchand aboga por políticas de empleo que faciliten oportunidades a personas de más de 40 años que no están especializados en el ámbito tecnológico. También es partidario de pensar en el modelo de las 20 horas semanales o la renta básica universal para mitigar las consecuencias de la irrupción de la inteligencia artificial en el mercado labora.

En este sentido, aporta una reflexión: “Cuando una empresa contrata a un trabajador, tributa por ese trabajador. En cambio, cuando contrata un robot, se le financia porque es innovación. ¿No deberíamos financiar la contratación de trabajadores mayores que no encuentran empleo? Y quizá la empresa debería también tributar por el robot”.

El viceconsejero de Empleo del Gobierno de Canarias, Gustavo Santana, defiende la implicación e inversión de las instituciones públicas ante los efectos de la digitalización de la economía sobre determinadas profesiones. Sin embargo, remarca las dificultades para actuar desde las administraciones en una sociedad en la que “prima más la cuenta de resultados que tener una visión amplia de la sociedad”.

Santana, también ve “necesarias” políticas como la renta básica universal o la reducción de la jornada laboral, pero al mismo tiempo alude a las “resistencias” que se encontrarán en diferentes ámbitos para poder avanzar en este sentido. “Necesita del concierto de todos los sectores económicos y empresariales”, remarca, mostrándose poco esperanzado de que todos remen en la misma dirección aunque, al menos, “ya el debate está encima de la mesa”, añade. Al final, bajo su punto de vista, en el escenario actual, “hay que buscar un equilibro entre los seres humanos y las máquinas”.