Los sordociegos canarios luchan por ser “menos transparentes” para la sociedad
Antonio Acosta, presidente de la Asociación de Sordociegos de España en Canarias, ha afirmado que “nos hacen falta muchas cosas”, como guías intérpretes y que se reconozca su condición en una única discapacidad, pero sobre todo “nos hace falta ser menos transparentes” para la sociedad.
Acosta se pronunció de esta manera en una comparecencia ante la comisión parlamentaria que estudia la situación de la discapacidad en Canarias, y en la que los diputados de los diferentes grupos coincidieron en demandas como la de hacer un censo de personas afectadas por esta doble circunstancia -sordera y ceguera- en el archipiélago.
“Estamos buscando un hueco y haciéndonos visibles, pero nos queda muchísimo por hacer”, señaló Antonio Acosta, quien definió la comparecencia ante el Parlamento regional como “un punto de inflexión sin parangón en la historia reivindicativa” de la sordoceguera en Canarias, que “sigue en la indefensión y sigue sin estar regulada”.
Este es un problema importante, grave, y lo es a nivel territorial, no de Santa Cruz de Tenerife o de Las Palmas de Gran Canaria porque hay personas con sordoceguera en San Sebastián de La Gomera, Lanzarote, La Palma o El Hierro y todas tienen necesidades asumibles que hay que atender, advirtió Acosta.
Señaló que la aprobación de la ley estatal de Dependencia en 2006 podía haber sido “un momento ideal” para el reconocimiento de la sordoceguera pero lo que se hizo fue un apaño legal“ con unos baremos de atención, pero sin reconocer una atención exclusiva.
Las personas con sordoceguera necesitan un método de comunicación específico y aunque cuentan con el apoyo de la ONCE, sobre todo para la atención educativa de los niños, esta institución no es especialista en sordera ni las asociaciones de sordos son expertos en ceguera.
Ello motivó la fundación de la Asociación de Sordociegos de España en Canarias en 2009, pero “todavía estamos atravesando el desierto”, añadió su presidente, quien puso como ejemplo que cuando recurren a una administración en busca de ayudas se les deriva automáticamente a las asociaciones de personas sordas.
“Nuestras necesidades no son las del lenguaje de signos simplemente, sino que necesitamos guías intérpretes y por ejemplo si en una reunión hay diez sordos, bastará uno o dos intérpretes de signos, pero si son solamente cuatro personas sordociegas van a necesitar entre cuatro y ocho apoyos porque la atención pasa por la forma de transmitir la información”, precisó.
Explicó que un intérprete escenifica a través de movimientos el mensaje con la lengua de signos, pero un sordociego necesita varias técnicas: que le susurren para captar la literalidad del mensaje, la lengua de signos asistida o la dactilología en la palma de la mano.
“Trabajamos con voluntariado pero no es suficiente: necesitamos otras soluciones que pasan evidentemente por ayudas económicas”, advirtió Antonio Acosta, quien precisó que se debe informar de que una persona que porta un bastón blanco y rojo es sordociega para para entender que la comunicación con ella debe ser diferente.
En España y por extensión, en Canarias, hay unas leyes “maravillosas” pero la deuda pendiente es que se cumplan todas y cada una de ellas, que se ejecuten y que se cumplan “y no busquemos parches a posteriori”, agregó Acosta, quien pidió a los diputados ser “más atrevidos” para que el desarrollo de las normas sea efectivo “y a lo mejor no habría que actualizarlas con frecuencia”.
Al respecto, indicó que en breve el Congreso de los Diputados abordará la posibilidad de aglutinar como una única discapacidad las necesidades específicas de la sordoceguera y por ello pidió a los parlamentarios autonómicos que pidan “a sus compañeros” en las Cortes que apoyen esta iniciativa para demostrar “complicidad” en este ámbito “y nos ayuden a alcanzar un nivel de confort social”.
El diputado de la Agrupación Socialista Gomera Jesús Ramos afirmó que la comisión parlamentaria trabaja para impulsar los cambios y asegurar que se tomen las decisiones para ello, por lo que se comprometió con su trabajo a hacer llegar las demandas para que “de alguna manera” el Gobierno se conciencie y tramite la regulación para mejorar la situación.
Francisco Déniz, del grupo Podemos, aludió al desconocimiento de la realidad específica y cotidiana de este colectivo, que les lleva a vivir una situación que pasa “totalmente desapercibida” en la que no siempre tienen los recursos deseables, por lo que consideró que “todavía hay bastante por recorrer”.
La parlamentaria del grupo Popular Josefa Luzardo se refirió a la inserción laboral de este colectivo y el tiempo que se tarda en el dictamen de la discapacidad, por el que esperan unas 12.000 personas en Canarias que anhelan que el Gobierno regional haga cumplir una ley “que no cumple”.
Teresa Cruz, del grupo Socialista, aseveró que ningún Gobierno puede aprobar planes sin un buen diagnóstico, que es lo que hace detectar las necesidades específicas de un colectivo, y añadió que la tramitación del segundo Plan de Atención a la Discapacidad es el momento oportuno para que se recojan las demandas de las personas sordociegas, además de garantizar que la educación sea inclusiva también para los niños con esta condición.
Guadalupe González Taño, del grupo Nacionalista Canario, indicó que los sordociegos han sido un colectivo “oculto” para la sociedad y lo primero que hay que hacer es darles visibilidad y conocer su realidad, por lo que la tarea de los grupos es intentar colocar la discapacidad en la agenda política, y se comprometió a hacer llegar sus plantamientos a la Consejería autonómica del área.