“Más que un colegio, esto parece un centro penitenciario”

Fachada del CEIP Príncipe de Asturias

Héctor del Toro

Los padres del colegio Príncipe de Asturias de Melenara (Telde, Gran Canaria), están desesperados ante la inseguridad a la que sus hijos, de entre 3 y 12 años, se enfrentan cada día por el simple hecho de acudir a clase.

Llevan dos años pidiendo una reforma estructural de las instalaciones y han barajado recoger firmas o emprender acciones judiciales para conseguirlo. “Antes de navidad, casi se le cae un trozo de cornisa a un padre”, asegura Laura Gómez, presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos Las Rubiesas.

El colegio fue inaugurado en 1977 y ampliado en 1984. Llegó a albergar a casi 1.000 alumnos; hoy, no alcanza los 400. En su interior, un cuadro de un jovencísimo príncipe Felipe hace honor a su nombre.

Con el paso del tiempo, el deterioro ha provocado que, incluso, se hayan tenido que colocar vallas de protección para evitar que los menores se acerquen a los lugares de mayor peligro o una red para paliar las consecuencias de un posible desprendimiento. Cuando hay viento, los alumnos no salen al recreo.

La tesorera de la AMPA, Raquel Lubary, indica que “la prioridad es que no se nos caiga un trozo de techo, pero hay que mirarlo todo”. En busca de alguna solución, han hecho una lista de las aptitudes de cada padre y madre, con el fin de formar una cuadrilla de trabajo.

Sin embargo, hay demasiados desperfectos que arreglar: “algunos baños están cerrados porque no funcionan al ser muy antiguos”, afirma Lubary. Por su parte, Gómez asegura que “hay un agujero en el techo que ha sido tapado, socavones en el patio y muros mal hechos; tuvieron que llevar a una niña al hospital y estuvo dos o tres días tras caerse”.

En segundo plano, están la estación transformadora de electricidad y la basura desperdigada que se hallan alrededor del centro, cuyo único orgullo se encuentra en los paneles fotovoltaicos colocados en el techo.

El Ayuntamiento de Telde ha decidido tomar medidas al respecto, aunque el concejal de Educación tiene que hacer encaje de bolillos con el dinero municipal, porque “el presupuesto para el mantenimiento de todos los colegios es de 80.000 euros y una obra de este tipo costaría, por lo menos, 30.000 euros”, relata Daniel Martín.

Por ello, ha pedido ayuda al Gobierno de Canarias, cuya respuesta ha sido negativa y desde donde se explica que su competencia en estos casos se limita a los Institutos de Educación Secundaria, siendo el municipio quien tiene que asumir los trabajos en los Centros de Educación Infantil y Primaria.

En 2013, la consejería de Educación del ejecutivo regional invirtió en obras de Mejora, Ampliación y Reforma (RAM), alrededor de 260.000 euros en Telde, además de casi un millón de euros en los nuevos módulos del CEIP Caserones y el CEIP Padre Cueto.

El edil del consistorio teldense acepta que “el mantenimiento sí es nuestra competencia, pero al haber problemas estructurales determinados por los técnicos, ya no es mantenimiento, sino una obra mayor”. En un intento por conseguir la colaboración del ejecutivo regional, ha solicitado una cita entre las partes. “Si el Gobierno de Canarias no estima ni siquiera apoyarlo, es una de las primeras obras que vamos a acometer desde el área”, aunque “va a ir en detrimento de los demás centros”, advierte.

En la reunión, cuya información todavía no ha trascendido, se han reunido representantes del Ayuntamiento de Telde y el director general de Infraestructura Educativa del Gobierno de Canarias, Demetrio Suárez.

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