La decalcomanía de Domínguez dialoga con artistas actuales en 'Casi el azar'

Una de las obras de la exposición 'Casi el azar: Óscar Domínguez, la decalcomanía y sus derivas'

Efe

Santa Cruz De Tenerife —

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Más de medio centenar de obras realizadas entre 1936 y este año sirven en la exposición Casi el azar para que creadores contemporáneos reflexionen sobre la decalcomanía, una técnica inventada por el pintor surrealista Óscar Domínguez como un encuentro extremo con la luz y el paisaje insular.

La muestra se inaugurará este jueves en el centro de arte contemporáneo del Cabildo de Tenerife, Tenerife Espacio de las Artes (TEA), con la obra de una veintena de artistas que han trabajado la técnica de la decalcomanía y que la contraponen a las creaciones del propio Óscar Domínguez, como León-bicicleta y Mujer con candelabro.

Junto a las piezas de Domínguez que pertenecen a los fondos del TEA se exhiben fotograbados, dibujos, videoanimaciones y litografías, entre otras técnicas, de autores como el belga Raoul Ubac, contemporáneo del surrealista tinerfeño, Wolfgang Tillmans, Bente Stokke y, entre otros, los canarios Beatriz Lecuona y Óscar Hernández con su Cascada de tinta.

Fueron los autores del Diccionario abreviado del surrealismo de 1938, André Breton y Paul Éluard, quienes atribuyeron a Domínguez la invención de la decalcomanía, subrayó hoy en la presentación de la muestra el director insular de Cultura y Educación del Cabildo de Tenerife, José Luis Rivero.

El comisario de la exposición, Isidro Hernández, define a su vez en el catálogo de Casi el azar a la decalcomanía como “una técnica sencilla, ingenua, como el más dócil de los juegos” y que se realiza con materiales rudimentarios al alcance de cualquier persona que quiera experimentar con pinceles y colores.

La intervención del autor se reduce a extender tinta negra sobre una superficie, cubrirla después con una hoja y ejercer una leve presión.

Al levantar esta segunda hoja quedará al descubierto la sombra “de un paisaje indescriptible, un fondo submarino, una materia en gestación a punto de aflorar desde lo informe a lo inverosímil”, prosigue Hernández, quien en la presentación de la muestra dijo que la decalcomanía “es la democratización del arte”.

Poco a poco Óscar Domínguez (Tenerife, 1906-París, 1958) colaboró con Marcel Jean para introducir nuevos elementos como plantillas con figuras de león y de ventanas que, dentro del imaginario surrealista, representan el primero el deseo insaciable de la imaginación y del impulso creativo y la segunda, un mundo distinto por descubrir.

En todo caso Casi el azar no es una exposición historicista, continuó su comisario, y por ello se ha invitado a otros artistas a reflexionar, a ofrecer una visión contemporánea de la decalcomanía y lo que les sugiere “esa explosión de tinta sobre la tela”.

La muestra se complementa además con varias cartas de Óscar Domínguez fechadas entre 1934 y 1938 que en su mayor parte tienen contenido amoroso, el gran impulso de los surrealista y que en el pintor tinerfeño, que por su hidrocefalia abundaba en la tristeza, convivía sin embargo también con la pasión.

En esas misivas alude al paisaje de la isla como una llamada para el encuentro amoroso que vive en su estancia en París y el TEA muestra además una foto inédita, cortesía de una galería de la capital francesa, en la que se muestra a Domínguez con su enamorada y de fondo, el cuadro que pintaba en la época y que pertenece al centro artístico tinerfeño.

La exposición podrá verse hasta el 2 de diciembre y está patrocinada por Japan Tobacco International con la colaboración de la Colección Ordóñez-Falcón de Fotografía, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y las galerías Carreras Múgica, Edouard Malingue y Laurent Grasso Estudio, además de préstamos de varias colecciones privadas.

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