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La familia Zapp, un sueño de dieciocho años

La familia Zapp, en su coche de 1928 en el puerto de Santa Cruz de Tenerife

EFE

Santa Cruz de Tenerife —

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Herman y Candelaria comenzaron su periplo por el mundo en su coche de época el 25 de enero del año 2000 y este miércoles, dieciocho años después y con cuatro hijos, la familia Zapp se despidió de Tenerife para poner rumbo a la Guayana Francesa, la última parada de una aventura épica que llegará a su fin en 2019.

“Este viaje es como volver a los orígenes, así que qué mejor hacerlo en Tenerife, desde donde partieron Colón, Magallanes y tantos otros aventureros”, reflexiona Herman en declaraciones a los medios.

La familia cruzará el océano Atlántico hasta Sudamérica a bordo del Avontuur, aventura en francés, un barco de vela de 98 años que también dará cobijo a su sempiterno compañero de viaje, el mítico Graham-Paige de 1928 con el que comenzó todo.

El viaje durará veinte días, aunque en función del viento podría alargarse hasta los veinticinco, por lo que la familia argentina despedirá el año nuevo en medio del océano Atlántico.

“Es un final con estilo y romántico, el amor siempre tiene que estar presente en los sueños”, asegura Candelaria. 

Y fruto de ese amor nacieron sus cuatro hijos, Nahuel Pampa, Lucas Tehue, Paloma Huyaa y Marco Wallaby, cada uno en un país distinto: Estados Unidos, Argentina, Canadá y Australia.

“Hemos cumplido dos sueños en uno”, asegura Herman, y posteriormente bromea “en vez de ir comprando souvenirs los fuimos haciendo”.

En total, la familia Zapp ha visitado más 92 países, ha recorrido más de 350.000 kilómetros y ha disfrutado de la hospitalidad de más 2.000 familias de los cinco continentes. Por eso Herman no lo duda, embarcarse en esta aventura ha sido la mejor decisión de sus vidas.

“Lo contrario de blanco es negro, lo contrario de día es noche, y del odio el amor, pero ¿cuál es el contrario de sueños? No existe, está todo a favor de los sueños, el mundo está hecho para los soñadores”, afirma.

Asegura, además, que no son una familia especial, y que si no fuese por todas las personas que los han ayudado en estos casi diecinueve años hoy no estarían aquí. 

No obstante, Herman reconoce que aún le queda un último gran sueño por cumplir: tener muchos nietos a los que contar “una y mil veces” sus grandes hazañas.

“Durante estos 18 años no me he preparado para la jubilación ni para tener una pensión, pero sí que he preparado las historias para mis nietos. Quiero contarles que estuve yendo por mis sueños y ojalá que ellos se animen también”, señala.

Los Zapp llegarán a la Guayana Francesa en plena época de lluvias; desde allí partirán a Brasil y a través de un angosto camino de tierra se abrirán paso hasta la desembocadura del río Amazonas, donde organizarán una balsa o canoa para poder llegar a Belem.

“A partir de ahí el camino será bueno, pero va a ser un primer tramo muy aventurero, y eso es lo que nos encanta y lo que vamos buscando”, confiesa Herman.

A la pregunta de si se arrepiente de algo, Herman se muestra concluyente: su único pesar es no haber empezado a viajar por el mundo antes.

“De lo único que me arrepiento es de no haber empezado antes, ¿por qué dejé que mis miedos me tuvieran tan controlado?, pero ahora los miedo van atrás, y lo que va delante son los sueños”, declara.

Casi dos décadas después, Herman y Candelaria volverán a casa, y lo harán a bordo de un velero llamado Aventura, el mismo nombre que lució el barco de James Cook que cruzó el océano Índico hasta Australia. 

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