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Hassanna Aalia, otro nombre en la larga lista de saharauis represaliados

Un momento de la lectura del manifiesto por una representante de la Liga de estudiantes saharaui.

Tenerife Ahora

Santa Cruz de Tenerife —

Su nombre es Hassanna Aalia y su historia, como la de otros muchos activistas saharauis, no es una historia feliz, ya que está en el punto de mira del Gobierno marroquí desde su participación en el campamento Gdeim Izik, que se convirtió en la protesta pacífica más multitudinaria en la historia del Sáhara Occidental y que acabó desmantelado de manera violenta por el ejército el 8 de noviembre de 2010.

A partir de estos hechos, fue juzgado, en un proceso repleto de irregularidades, y condenado en 2011 a cuatro meses de prisión, una sentencia que no se llegó a ejecutar.

En octubre de 2011 tuvo la oportunidad de viajar al País Vasco con una beca de estudios, pero cuando le faltaban dos meses para regresarse a El Aaiún el Ejecutivo marroquí emitió orden de busca y captura contra él por los mismos hechos por los que ya había sido juzgado.

Por este motivo, Hassanna decidió no regresar a su tierra e inició los trámites de solicitud del asilo político al gobierno español.

Entre tanto, el 17 febrero de 2013 el tribunal militar de Rabat emitió una sentencia contra 25 civiles saharauis, acusados de haber organizado Gdeim Izik, entre ellos Hassanna Aalia que permanecía en el País Vasco y es juzgado en rebeldía y condenado a cadena perpetua.

Desde entonces recorre el territorio del estado español para dar a conocer la situación de desamparo de sus compañeros encarcelados y la injusticia a la que el régimen marroquí somete diariamente al pueblo saharaui, participando en conferencias, seminarios y cualquier acto público con ese objetivo.

De aplicarse la resolución del Ministerio del Interior, Hassanna Aalia será castigado duramente por las autoridades de ocupación marroquí y no volverá a salir de prisión en lo que le queda de vida, porque, según sostiene, es “una persona activa políticamente y nunca ha dejado de luchar pacíficamente por el derecho a la autodeterminación de su pueblo”, lo que le ha costado ya diversas detenciones y torturas.

Por ello, una veintena de personas en representación de 71 organizaciones sociales, culturales y políticas de Canarias acudieron esta mañana a la Subdelegación del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife donde presentaron una carta dirigida al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, cuyo departamento denegó el pasado 19 de enero la solicitud de asilo político y fijó un plazo de 15 días para que abandone territorio español.

Responsabilidades históricas

En esta misiva, se le explica detalladamente el estado de indefensión en el que se encuentra Hassanna y, por tanto, se le insta a que reconsidere su expulsión.

A continuación, una integrante de la Liga de estudiantes saharaui leyó un manifiesto en el que se incide en la necesidad de “que se le conceda el asilo político que ha solicitado ya que, sin ningún género de dudas, le corresponde por ser un activista por los derechos humanos del pueblo saharaui, juzgado por un tribunal militar marroquí que no tiene jurisdicción ni sobre civiles ni sobre los hechos acontecidos en el Sahara Occidental, territorio sobre el que el derecho internacional establece que es el Estado Español la potencia administradora”.

Asimismo, el colectivo reclama “que el Estado Español asuma sus responsabilidades históricas, políticas y jurídicas en el Sahara Occidental y promueva, especialmente este año que ocupa un puesto en el Consejo de Seguridad, que la ONU vele por el respeto de los derechos humanos de la población saharaui, y en concreto realice cuantas gestiones sean necesarias para la liberación de todos los presos políticos saharauis”.

Por último, otro de los portavoces de las 71 organizaciones firmantes, incidió en que “España sigue siendo el Administrador de los territorios ocupados y no puede reconocer legitimidad a los militares marroquís para juzgar a las y los saharuis por las acciones pacíficas que tienen lugar en el Aaiún”, al tiempo que expresó su temor por la vida de Hassanna ya que, “si finalmente, es deportado será encarcelado de por vida en cárceles marroquiés”.

De manera paralela, desde el día 19 se ha organizado una recogida de firmas on line a través de la página web Avaaz.org, que hasta la fecha ha sido secundada por más de 9.300 personas.

Así, aunque la rotundidad de los argumentos esgrimidos por el Ministerio del Interior en su orden de expulsión y la fuerte presión internacional ejercida por el Gobierno marroquí no den excesivos motivos para la esperanza, tal vez todos estos apoyos y la movilización de tantos colectivos, sean lo suficientemente poderosos para que cambie el guión previsto y la historia de Hassanna se convierta en una historia feliz.

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