Suena muy feo, pero que muy feo, lo que ha venido ocurriendo estos últimos meses con la Policía Local de Agüimes, donde se ha quebrado la paz y la concordia del grupo de gobierno de Roque Aguayro, que acaba de reeditar mayoría absoluta. Varios de sus policías locales han sido identificados por la Guardia Civil como autores de varias batidas de buzoneo nocturno (y con alevosía) de panfletos contra el alcalde, Antonio Morales, y algunos de sus concejales. En esos panfletos, los guindillas acusaban a Morales y a los suyos de cobrar cantidades astronómicas y de aprovecharse de sus cargos. Además, para mortificar a los vecinos del municipio, se dedicaron a multar arbitrariamente a todo el mundo por las razones más nimias y/o peregrinas, tratando con ello de generar un malestar que pudiera perjudicar al partido gobernante. Además de no conseguirlo podrían enfrentarse en breve a responsabilidades penales y el consiguiente expediente administrativo, ya que el Ayuntamiento ha acudido al juzgado de guardia con los atestados de la Guardia Civil y los testimonios de los vecinos que pusieron los hechos en conocimiento de la autoridad. Los policías locales, que hacían estas batidas a oscuras y cubiertos por pasamontañas, reclaman subidas salariales que supondrían al Ayuntamiento un gasto adicional de 1.200.000 euros, pero les han contestado que en campaña electoral esas cosas ni se negocian.