Desde el sábado circulaba insistentemente en los ambientes gubernamentales y asimilados que al director general de la Función Pública, Pedro Rodríguez Torrens, se le acababa el crédito político. Tanto, que hasta empezaron a suspenderle las reuniones, alguna de ellas de gran calado para los funcionarios, como el comité de evaluación, previsto para este jueves. Si nada se ha torcido (o enderezado), el Consejo de Gobierno de este martes dispuso su destitución y su sustitución por el hasta ahora director del Instituto Canario de Administración Pública (Icap), el palmero José Juan Rodríguez Rodríguez. Y si nada ha fallado, al destituido lo han puesto en este cargo, porque tampoco está el Servicio Canario de Empleo para muchos trotes. Las diferencias con Australia Navarro y con su viceconsejera Paqui Trujillo por la aplicación de las famosas sentencias funcionariales podrían estar en el origen de esta minicrisis.