El PP llegó a tener un papel determinante dentro de la Universidad española, situación a la que no eran ajenas las canarias. La influencia se localizaba especialmente entre los alumnos, pero también se extendía a los profesores y al personal de administración y servicios (muy mosqueado actualmente con la actual dirección, por cierto). Como todos los partidos, el PP tenía a una persona responsable del movimiento universitario, y éste no era otro que Celso Perdomo, el ex director general de Industria, actualmente incurso en la causa penal que se sigue por la Operación Eolo. Otro hombre fuerte del PP en la institución era Antonio Núñez, viceconsejero en la consejería de Luis Soria, y desaparecido en combate desde que el PP abandonó el Gobierno de Canarias, allá por mayo de 2005, ayer mismo, aunque parezca una eternidad. Sin Celso, sin Núñez y con la ola del PSOE batiendo, al PP le quedan escasas opciones de influencia en la Universidad.