Independientemente de la manera que ha tenido Santana Cazorla de interpretar el tráfico de influencias, sus declaraciones al diario El País contienen un par de joyas periodísticas y judiciales. Por ejemplo, confirma lo que aquí hemos publicado de la aparición estelar de Luis Soria haciendo de intermediario de una cadena de supermercados para instalar uno en Tauro. Y confirma lo dicho desde 2005 en este periódico: el viaje del salmón. Sólo que con su gracejo incomparable, el empresario asegura que Björn Lyng se encontró con Soria en Anfi del Mar y, como el político pensaba ir a un concierto a Salzburgo le dijo, “coño, pues vamos juntos en mi avión”. Eso, y tráete unas botas de agua que luego nos vamos a pescar salmón.