La compra de La Favorita ya ha quedado cerrada. La decidió este miércoles por unanimidad la comisión de gobierno, formada únicamente por concejales del PP, como todo el mundo sabe. Por lo tanto, poco puede hacer ya la oposición por detener una adjudicación tan extravagante como ésta, salvo acudir a los tribunales y presentar un recurso contencioso-administrativo. Para animar el cotarro y a la espera de que tomen una decisión, les contaremos que la comisión de gobierno monocolor debió tener su chicha. De otro modo no se comprende que en lugar de los quince o veinte minutos de paseo militar de costumbre, este jueves haya tardado hora y media en disolverse. Pacíficamente, eso sí. Minutos antes, el concejal Curro Fernández Roca confesaba a los concejales de la oposición que el consistorio recibe ofertas de inmuebles a palas y Fabre, en otro rapto de sinceridad, reconocía que el expediente ahora concluido se inició por los técnicos municipales en base a “elucubraciones económicas” en octubre de 2000, una vez el propietario de La Favorita ofreciera el inmueble. Por cierto, muy interesante constatar que el empresario en cuestión es asesorado en un importante despacho de asesores fiscales del que es socio un concejal del consistorio especialista en números.