El ascenso de Mari Mar Julios ha venido acompañado del de Manuel Lobo, al que la presidenta de CC en Gran Canaria ha introducido en los órganos directivos de Coalición Canaria sin que nadie le hubiera elegido previamente. El malestar se ha acrecentado con nombramientos cogidos por los pelos, como los de Silesia Medina, amiga de Julios, o los de Araceli Suárez y Francisco Martín. Por si fuera poco, la organización está paralizada en sus actividades en Gran Canaria y nadie se atreve a proponer un congreso extraordinario antes de marzo, no vaya a haber caza de brujas inmediata. Los más críticos han optado por el modelo de la plataforma o foro, muy al uso de las históricas prácticas de Mauricio cuando habitaba la oposición, para forzar un debate interno sobre el futuro del nacionalismo y tratar de encontrar una salida con nuevas caras a la crisis de CC en la isla redonda.