Siete Palmas gana enteros para el pabellón

De natural inquietos que somos nos ha llegado al corazón una crítica del un lector que ponía en solfa la posibilidad -es sólo eso, una opción más- de que el Palacio Municipal de Deportes de Las Palmas de Gran Canaria encuentre en Siete Palmas el lugar que La Ballena no le ha podido dar, por cimentaciones y conexiones de mal traer. A más de uno podría venirle a la cabeza el follón de tráfico que se monta cuando se llena el Estadio de Gran Canaria -de Pascuas a Ramos, Juanito mediante- y que aumentaría con el pabellón en la misma zona -ya es para hilar fino: mismo evento, mismo día, misma hora, oiga-. Pero en fin, todo se puede dar en una capital que debe ya coger por los cuernos al toro de su nefasta conexión entre la ciudad baja y la nueva ciudad alta de Siete Palmas, sobre todo en el transporte público. Y para quienes quieran seguir con tremendo ejemplo de un hombre y/o mujer, un coche, pues que sepan que las infraestructuras viarias, rápidas y fáciles -hasta cinco- a Siete Palmas están ya diseñadas en su Plan Parcial. Con circunvalación al cementerio de San Lázaro incluida. Otra cosa es que se quede sobre el papel, como tanta maqueta por estos pagos.