Ya habrán leído (también aquí lo publicamos en su día) que la familia Ucelay y sus socios en Cervezas Anaga acaban de vender su cerveza Reina al grupo Mahou. Una alegría para los canarios, añadimos nosotros sin sarcasmo alguno. Es una alegría, insistimos, porque desde esa firma hicieron creer a los consumidores isleños en la canariedad de ese producto, único con esa cualidad tras la venta de Cervecera Canaria a la surafricana SAB. Gracias a esa canariedad, la cerveza se aprovechó de muchas ventajas económicas públicas, como el tan traído y llevado AIEM, que grava los productos industriales competidores de los de aquí, como por ejemplo, la cerveza Mahou. Esta marca peninsular podrá ahora acogerse a esos privilegios, como ya hizo la mexicana Cemex con Arguineguín, por poner sólo un ejemplo. Si es que da un gusto vivir aquí. Y pagar impuestos.