La aparición en escena de este buen muchacho no hace otra cosa sino demostrar que nos encontramos ante una nueva perreta de García González y sus socios principales (Severiano Déniz, Eduardo Torres y Francisco Ramos) contra los elementos que no estén bajo el control del presidente del diario. Una vez conseguido -con modales que les contaremos- que se archivara la querella que contra él interpuso la Caja Insular de Ahorros de Canarias por cinco delitos, ahora toca ir a por los que directa o indirectamente tuvieron algo que ver con ella y aún no han sufrido el castigo que les tiene reservado. En su incurable esquizofrenia, ha metido en ese saco a Ángel Luis Sánchez Bolaños, ex presidente de la entidad y ex accionista de CANARIASHORA, y a José Francisco Henríquez, premio Canarias 7 en 1992, y actualmente accionista de este periódico. Y de paso incluyen a Francisco Ramos Camejo, que era secretario general del PSC grancanario y consejero de La Caja cuando se interpuso la famosa querella que a García González sigue ahuyentando el sueño, y a Domingo González Chaparro, también militante socialista y accionista de CANARIASAHORA. A todos ellos les acusa de tratar de dinamitar el PSC, para lo cual aplica ese periodismo creativo del que les hablábamos y que les lleva a intentar matar dos pájaros de un tiro: atacar a los que considera enemigos y dinamitar al PSC con supuestas divisiones internas en el momento en que los socialistas crecen en expectativa de voto y posibilidad de tocar poder. Y el que toca poder, para un diario que vive de regalar cucharones financiados por las instituciones públicas, es presa principal. De ahí que adviertan a los actuales dirigentes socialistas: “ni se les ocurra recuperar a éstos para gobernar”.