Decía un tal Darwin, que tenía cosas monísimas, que la evolución de las especies se debía a la adaptación de las mismas a su hábitat en una lucha permanente por la supervivencia. Se supone que la teoría de la evolución es aplicable a cualquier colectivo animal, allí donde se encuentre. Incluimos en su ámbito geográfico de influencia la ciudad de Telde, donde nos hemos encontrado con un magnífico ejemplar que luciera en su día soberbio bigote revolucionario, modelo mexicano, de los tiempos en que habitaba en el Partido Comunista. Luego tuvo su pase por Coalición Canaria, con lo que ya comenzó a caminar erguido y con porte, para desembarcar un poco más tarde como asesor de la concejal del 20%, del PP financiado de toda la vida. La evolución en estado puro y en poquísimos años.