Este viernes han quedado cerrados por fin los flecos de la negociación entre Antonio Rivero, presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, y el Foro Empresarial Canario, una vez consumada la dimisión como tesorero de José Miguel Suárez Gil y su repliegue a la Cámara cada vez menos plateada. Los dirigentes del foro volverán a sentarse ya en la próxima mesa de la Confederación ocupando cargos en su junta directiva, como es menester. Parece que la negociación ha sido muy serena y generosa por ambas partes, y que los cambios serán beneficiosos para todos. La marcha de Suárez Gil coincide con la de José Manuel Arnáiz, fulminantemente reestructurado desde el Puerto, lo que dejará más huecos libres. Grisaleña seguirá detentando la vicepresidencia y algún que otro cargo de representación institucional; Salud Gil volverá a ser quien siempre ha sido en la construcción, y Fraile lo propio en el Turismo. Aiva, que ya ha manifestado su deseo de estar en el machito, entrará antes del 28 de febrero, y habrá puestos interesantes, seguro, para personas como Rafael Gallego (agencias de viaje), Prudencio Lorenzo (comercio) o Alejandro Santana (aduanas). Un buen acuerdo para empezar el año que muy bien debió merecer un brindis con champán.