No es la primera vez que algún medio de comunicación se hace eco de esta historia: es la que protagoniza un automóvil azul marino, de la marca Volkswagen, modelo New Beetle, que recorre impertérrito las calles de Vegueta, aparca donde su propietaria desea en cada momento, salta de aquí para allá como si de su circuito particular se tratara, y es inmune a la multa, la grúa y el cha-cha-chá. Los policías municipales ya están cansados de rellenar y rellenar boletines de denuncias porque saben perfectamente que alguien en las alturas, partida por dos, retirará la multa sin que se llegue siquiera a tramitar. No entienden los agentes que una procuradora tan ocupada (“oye, ¿y por qué no llevo yo tus asuntos?”) pueda perder un minuto de su tiempo en buscar un aparcamiento. O en meterse en un parking de ésos que con tanto afán nos vendió en su día un magnífico alcalde con consorte.