El otro gran marrón que tiene entre manos el viceconsejero de Industria es el de los famosos correos remitidos a altos funcionarios de la Consejería de Industria con una clara invitación a bordear y vulnerar la ley en el caso de que fuera preciso. El sindicato Sepca, que lo distribuyó urbi et orbi, ya tiene decidido llevar esos correos a la Fiscalía, una vez algunos funcionarios pidieron a los altos cargos del departamento que tan pornográficas instrucciones se concretaran por escrito. En el departamento se ha abierto una investigación interna para detectar quién fue el bonito que filtró esos correos al sindicato y a una parte de la siempre indiscreta prensa isleña, tan dada a revelar asuntos de poca monta como la ya extendida práctica de algunos altos cargos de pasarse la legalidad vigente por el arco del triunfo. Hacen falta muchos apoyos sin escrúpulos, y a eso se han puesto los del periodismo creativo.