Primera condena a prisión permanente revisable en Las Palmas
J.F.B.S., acusado de haber secuestrado y asesinado a un hombre con discapacidad en Las Palmas de Gran Canaria ha sido condenado a la pena de prisión permanente revisable por la Audiencia de Las Palmas, la primera condena de este tipo en esta provincia.
En el juicio, que se celebró la semana pasada, quedó acreditado que el acusado, con la complicidad de su pareja, Y.R.S., mató a golpes en septiembre de 2021 a un hombre con discapacidad, de 60 años, al que supuestamente encerraron y maltrataron durante más de una semana en un piso del barrio de Zárate de la capital grancanaria para robarle su pensión.
Para la mujer, la Fiscalía pedía 18 años de cárcel por homicidio en comisión por omisión, y ha sido condenada a 15 años.
La sentencia es susceptible de recurso de apelación ante el TSJC.
En el escrito presentado en el juicio, el Ministerio Público indica que los dos procesados conocían y sabían dónde vivía el fallecido, quien tenía un grado de discapacidad psíquica reconocida del 66% y dificultad para caminar por un problema en las piernas, y que cobraba una pensión de orfandad y otra de incapacidad.
Con el fin de quedarse con la pensión que percibía mensualmente, de unos 1.100 euros, los dos acusados se presentaron en la zona donde residía la víctima y lo metieron a la fuerza en un vehículo para trasladarlo al piso que compartía la pareja: una casa en “estado deplorable, con gran suciedad y desorden y sin agua corriente”, refiere la Fiscalía.
A la víctima, según el Ministerio Público, la situaron en una pequeña habitación sin puerta, con un somier y un colchón como único mobiliario y, durante el tiempo que duró su cautiverio, estuvo atado con cuerdas por las muñecas y los tobillos.
También sufrió frecuentes golpes en la cara y el cuerpo por parte del acusado y en presencia de la procesada, que tampoco hizo nada por evitarlo pese a que la víctima le pedía auxilio, añade el escrito.
Además, cuando la pareja salía del domicilio, también lo amarraban al somier, señala el fiscal, que añade que le hacían recoger los excrementos del perro que tenían.
Según la Fiscalía, el día 22 de septiembre, en hora no determinada, el acusado, en presencia de su pareja, cogió por la cabeza a la víctima y la impactó con una “fuerza brutal” contra la pared de la habitación en la que se encontraba retenida y atada, y le propinó patadas en la cara y en el resto del cuerpo, arrastrándolo a continuación hasta otro habitáculo de la casa.
Se calcula que la víctima falleció entre las 20.00 horas del mismo día 22 y las primeras horas del 23 de septiembre.
Según la Fiscalía, los acusados, pese a ser conscientes de la gravedad de las lesiones que presentaba, y con absoluto desprecio hacia la su vida, tomaron la decisión de dejarlo tirado en el suelo de la habitación, semidesnudo y agonizando, hasta que finalmente falleció, lo que constataron en las primeras horas de la mañana del día 23.
Ese día, el acusado barajó arrojar el cuerpo al mar, pero finalmente a sugerencia de su pajera optaron por llamar sobre las 22:51 horas al 1-1-2 y mantener que el procesado lo había acogido en la casa unos días antes y que lo había encontrado muerto al volver a su vivienda esa tarde.
Los acusados manifestaron a los agentes y sanitarios que acudieron al domicilio que desconocían el motivo del fallecimiento.
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