Caótica Dakar: la puerta de entrada de la fascinante Senegal

Cayucos en la playa de Ngor, una de las estampas más auténticas de Dakar. fraggedreality

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Color y ruido. Esos son los dos elementos que te llaman la atención cuando aterrizas en una ciudad como ésta. Color y ruido desde que te bajas del avión. Un dueto inseparable que se intensifica de manera brutal en el centro de esta ciudad fascinante y atrayente. No hay grandes monumentos; tampoco museos que merezcan más de dos horas de visita; hablar de barrios históricos es una quimera y las playas no son nada del otro mundo. Pero están el color y el ruido. Dos elementos centrales de ese universo diverso y fascinante que es África. A pocas horas de vuelo del sur de Europa y niveles de seguridad más que aceptables, esta capital bulliciosa es una de las mejores maneras de adentrarse en la realidad africana aún para los más miedosos (algo infundado en la inmensa mayoría de las ocasiones).

Alojarse en Ngor, el barrio de los pescadores .- En los últimos tiempos, este viejo barrio de pescadores se ha convertido en el lugar preferido de los viajeros de toda condición que se alojan aquí huyendo del caótico centro. Aquí florecen los nuevos y lujosos hoteles (con playas privadas y hasta un campo de golf) y los hostales de mochileros. El centro neurálgico de Ngor es su concurrida playa (frente a la Isla de Ngor), dónde se apelotonan los cayucos de los pescadores. La vieja mezquita ocupa el centro de este barrio laberinto de calles de arena y casas, muchas veces precarias, de una o dos plantas. Otro de los imperdibles de la Villa es pasar a la pequeña Isla de Ngor que se está convirtiendo en un verdadero paraíso de surferos. A dos pasos de Ngor se localiza la zona de Les Almaides (dónde están los hoteles de lujo), un barrio de grandes caserones, embajadas y hoteles que ocupa el punto más occidental del continente africano. Aquí hay muy buenos restaurantes, bares de copas y algunas buenas playas. Pero nosotros preferimos el bullicio de Ngor.

Para ir al centro de Dakar sólo tienes que ir a la Estación de Autobuses Tata (Route Ngor Village) y tomar algunos de los buses que conectan los dos lugares. En uno de los viajes aprovecha para hacer una parada previa en el Monumento del Renacimiento Africano, un excesivo conjunto escultórico de casi 50 metros de altura del artista local Pierre Goudiaby Atepa que representa una alegoría del futuro del continente y en la Mezquita de la Divinidad (Playa de Oukam), otro de los nuevos iconos de la ciudad que se encuentra en un pequeño barrio de pescadores con su playa y todo.

Que ver en Dakar.- Casi todo lo que hay que ver en la capital senegalesa se encuentra en el barrio de Plateau, antiguo centro de administración de las autoridades francesas en el país (Senegal se independizó en 1960). La Plaza de la Independencia aglutina algunos de los edificios coloniales más destacados de la ciudad como la Cámara de Comercio. Date un paseo por la Avenida Sedar Senghor hasta el Palacio Presidencial y vete más allá buscando las pequeñas playas que jalonan el Paseo de la Cornisa. En Plateau también están los principales centros culturales de la ciudad. Nosotros te recomendamos el Museo de las Civilizaciones Negras Museo de las Civilizaciones Negras (Place de la Gare sn), un imponente edificio que reivindica la potencia cultural del continente africano y el Museo de Artes de África Teodore Monod Museo de Artes de África Teodore Monod (Rue Place, 18; Tel: (+221) 33 823 92 68), uno de los mejores museos arqueológicos y etnográficos del continente.

Otro punto importante de esta parte de la ciudad son sus antiguos mercados. El Mercado de Kermel (Rue de Essarts) es de los más pintorescos de la ciudad y queda a dos pasos del puerto. El Mercado de Sandanga (Avenue Emile Badiane) es otro de los iconos del comercio de Plateau alternando un gran centro comercial cubierto y multitud de puestos que se esparcen por las calles aledañas.

La Medina se extiende más allá de la Avenida Malik Sy. No te esperes una ciudad al estilo de los centros históricos del norte de África. Aquí, los barrios populares siguen el esquema urbanístico colonial de cuadrículas ordenadas, pero un paseo por estas calles te acerca al día a día de la mayoría de los habitantes de la capital. La Gran Mezquita (Avenue Malick Sy) es el gran icono religioso y monumental de un barrio populoso y grande. Acércate a la costa occidental y déjate llevar por el ajetreo del Mercado de Soumbédioune uno de los muchos mercados tradicionales de pescado de la capital. El bullicio es especialmente intenso más allá de las cinco de la tarde, cuando los cayucos vuelven de faenar y la playa hierve de actividad.

Goreé, la Isla de los esclavos .- Lo que hoy es un pueblecito de casitas coloniales pintadas de colores chillones rodeado de pequeñas playas y arrecifes fue durante siglos uno de los epicentros de la trata de seres humanos. De esta antigua posta portuguesa salieron rumbo a América millones de seres humanos alimentando uno de los negocios más hediondos e inhumanos de la historia. Las antiguas casas de esclavos (hoy reconvertidas en museos) son las huellas de aquellos tiempos oscuros. Antiguas celdas destinadas al engorde y almacenamiento del ganado humano que nutría las grandes haciendas coloniales americanas. Las fortalezas levantadas por los portugueses aún dominan buena parte de la costa de esta pequeña isla situada a escasas millas de la ciudad. Si puedes darte el lujo de pasar aquí una noche no lo vas a lamentar. La Chaloupe de Goree sale del Puerto de Dakar (Terminal de Ferry) y la travesía dura unos 20 minutos. El primer servicio a la isla parte a las 6.15 y hay barcos cada hora ( Ver Horarios ). El billete por trayecto son unos ocho euros (cuatro los niños). La entrada a la isla cuesta unos 80 céntimos de euro. ( VER GUÍA DE GOREÉ )

Playas y más playas camino del Lago Rosa .- El norte de la capital senegalesa se funde con el mar a través de enormes arenales. La Playa de Yoff pierde su nombre a los pocos kilómetros para recibir el poco original nombre de Malibú Beach (cosas del márketing mal entendido). Esta zona abierta al mar es una de las mejores porciones de costa africana para la práctica del surf. El lago Rosa se encuentra a 33 kilómetros del centro de la ciudad. Famoso por ser durante décadas la meta oficial del recordado Rally París Dakar, este enorme lago debe su color a la concentración de bacterias resistentes a la enorme concentración de sal que contiene el agua (por eso es más intenso durante la estación seca –desde octubre hasta mayo-). ¿Y qué más ver aquí? Pues como trabajan los salineros, dar un paseo por las dunas y acercarse hasta la playa.

El Parque Nacional del Delta del Salum .- La verdad es que queda un poco a trasmano (161 kilómetros desde el centro de Dakar) pero es una muy buena opción para escapar del bullicio de la capital por un día y sumergirse en uno de esos ambientes puramente africanos. La desembocadura de los ríos Salum y Sine forma un imponente delta dominado por el manglar y los palmerales. El principal destino del lugar es la Isla de los Pájaros, un lugar donde se mezclan cormoranes, flamencos, pelícanos, gaviotas y un sinfín de bichos. El delta es un verdadero laberinto formado por más de 200 islas y navegar entre ellas es un espectáculo. Otro aliciente de viajar hasta aquí es ver cómo viven las comunidades locales, que se dedican principalmente a la pesca y la recolección de moluscos. Las excursiones desde la capital cuestan unos 120 euros por persona y suelen incluir la comida

Fotos bajo Licencia CC: Macu Cristófol y Sel ; Robin Taylor ; nextdrop ; fraggedreality ; Jeremie R ; Carlos Felipe Pardo ; Jeff Attaway

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