Un paseo hasta San Miguel de Allende, una de las ciudades mágicas del altiplano mexicano

Centro histórico de San Miguel de Allende; tejados, torres y cúpulas. Toda una lección de arquitectura colonial mexicana. Jiuguang Wang

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En cualquier listado de las ciudades más bonitas de México San Miguel de Allende ocupará siempre alguna de las posiciones más destacadas. Esta joya colonial, situada a apenas 274 kilómetros de Ciudad de México, tiene todos los atributos para atraer la atención de los viajeros: su casco histórico, considerado como el ejemplo paradigmático de barroco colonial español en el país, fue declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO y también figura en la lista de los pueblos mágicos mexicanos; tiene una enorme oferta comercial y gastronómica que ha recibido numerosos premios y cuenta con uno de los centros termales más importantes del país.

Pero lo que más impresiona de la ciudad es su fotogenia. Aquí, la arquitectura colonial española se conservó tal cual sin ningún tipo de añadidos o amputaciones. Y todo gracias a que San Miguel de Allende estuvo a punto de convertirse en un pueblo fantasma. A principios del XX aquí apenas vivían algunas familias. En 1926 el Gobierno mexicano declaró la ciudad como monumento histórico y eso obró el milagro de su recuperación urbana. Las calles recobraron su esplendor y las cúpulas y fachadas de las iglesias barrocas españolas volvieron a brillar. Hoy, San Miguel es una de las ciudades turísticas más importantes del país. Pero más allá de los hoteles, las tiendas o los restaurantes, es uno de los ‘museos’ de arquitectura colonial más imponentes de un país, por sí solo, inigualable.

COMO LLEGAR .- El aeropuerto de Guanajuato León es el más cercano a San Miguel de Allende (93,5 kilómetros). Las aerolíneas que operan este aeropuerto son American Airlines, Continental Continental, ExpressJet, VolarisExpressJetVolaris, Aeromexico y VivaAerobus. La empresa Unebus tiene un servicio directo entre el aeropuerto y San Miguel de Allende (8 euros). Desde Ciudad de México las empresas ETN, Primera Plus y Estrella Blanca Estrella Blanca conectan la Terminal de Autobuses del Norte (DF) con San Miguel de Allende. El trayecto demora cuatro horas y los precios rondan entre los 21 y los 30 euros.

EL JARDÍN; CENTRO CÍVICO Y RELIGIOSO.- El Jardín es el centro neurálgico de la ciudad. La antigua plaza de armas española articula el espacio urbano y, como suele ser habitual en las poblaciones coloniales, aglutina alguno de los edificios más notables del lugar. Aquí se unen el poder religioso y el político. A un lado la Parroquia de San Miguel Arcángel, un soberbio templo con dos partes bien diferenciadas. A primera vista sorprende su desmesurada fachada neogótica, que es un añadido de finales del siglo XIX, pero su interior es un muy buen ejemplo de barroco colonial español. Junto a la plaza se yerguen varios imponentes edificios coloniales que cumplieron diversas funciones civiles a lo largo de la historia local; justo enfrente de la casa parroquial se yergue el Palacio Municipal, una imponente casona de principios del XVIII que fue sede del ayuntamiento local en época española y posterior. El Museo Histórico Casa de Allende (Cuna de Allende 1; Tel: (+52) 415 152 2499) ocupa un soberbio edificio neoclásico de mediados del XVIII que fue residencia de una de las más importantes familias criollas de la ciudad (aquí nació Ignacio Allende, uno de los generales más activos de la guerra de independencia mexicana). Más allá de los contenidos del museo, lo mejor es poder ver por dentro una de estas grandes casonas de la última aristocracia criolla. En torno al Jardín hay otros muy buenos ejemplos de arquitectura colonial suntuaria. La Casa del Mayorazgo de la Canal Casa del Mayorazgo de la Canal es otro de los imprescindibles de El Jardín, un soberbio palacete porticado que se cuenta entre los más bonitos del país y que también se ha reconvertido en museo prehispánico y colonial. El conjunto se completa con edificios porticados (al uso de las plazas mayores castellanas) como los que dan a la Torre del Reloj.

De El Jardín parten las cuatro calles más importantes de la vieja ciudad colonial. Los españoles llevaron al Nuevo Mundo el urbanismo heredado de la vieja Roma. Un trazado de paralelas y perpendiculares que tenía la doble misión de ordenar y dar sentido simbólico a la ciudad (el primer ejemplo fue La Laguna en Tenerife). En torno a El Jardín se distribuye toda la trama urbana usando las calles Correo, Umarán, San Francisco y Canal como ejes vertebradores y aglutinando algunos de los edificios más notables de la ciudad. Canal, por ejemplo, conecta el centro con las antiguas vías de comunicación hacia el norte y alberga la Iglesia de la Purísima Concepción (con su espectacular claustro reconvertido en centro cultural -Casa del Nigromante- ). Correo, en sentido contrario, culmina en Santo Domingo, otra de las joyas barrocas de la ciudad y San Francisco, apenas a una cuadra de la plaza, exhibe la soberbia Iglesia de San Francisco, una de las joyas del barroco mestizo mexicano cuya portada rivaliza con las grandes obras de arte potosinas o cuzqueñas.

LA CIUDAD CONVENTUAL Y LA CIUDAD CÍVICA.- La religión era uno de los ejes fundamentales de la sociedad española a ambos lados del Atlántico; y San Miguel de Allende no es una excepción. En su época de máximo esplendor, la ciudad apenas era un montón de casitas agrupadas en una trentena larga de manzanas. Pero aún así contaba con seis grandes iglesias y numerosas capillas públicas y privadas que se salpican por toda su geografía urbana. El Adoratorio de San Francisco de Neri es una verdadera extravagancia: imponente por fuera y deslumbrante su interior de repujados en pan de oro. Justo al lado está Nuestra Señora de La Salud, con una portada de estilo churriguiesco más que notable. Pero más allá de lo sacro, también hay espacio para lo profano más allá de las grandes o las pequeñas casas de la ciudad. La Plaza Cívica (Colegios, 10), los Lavaderos del Chorro (Recreo, 91), el Instituto Allende Instituto Allende –antigua quinta de descanso de la familia Canal- (Ancha de San Antonio, 22) o los viejos mercados –San Juan de Dios (San Rafael, 7); Mercado de Artesanías (Lucas Banderas, sn)- también hablan de una sociedad civil pujante y rica.

UN BUEN PASEO Y OTRAS RECOMENDACIONES.- San Miguel de Allende es muy fotogénica. Casi en cada calle hay un rincón que es digno de un par de fotografías. Las casas coloniales, los palacetes y los grandes edificios religiosos se suceden uno tras otro dejando estampas donde priman los colores vivos y chillones de un pueblo que gusta de los rojos, naranjas y amarillos. Lugares imprescindibles son las calles Aldama y Cuna de Allende, con la cúpula de San Miguel Arcángel como protagonista. Otra postal imprescindible es enmarcar la portada de San Francisco de Neri desde la Calle Pepe Llanos. El centro allendino está lleno de sorpresas pequeñas. Como el Museo La Esquina (Núñez, 40; Tel: (+52) 415 152 2602), dedicado al juguete tradicional mexicano o el Charco del Ingenio, que aúna los restos de un antiguo ingenio azucarero de época colonial y un jardín de recuperación de flora autóctona mexicana.

A DOS PASOS DE SAN MIGUEL DE ALLENDE .- Los amantes de la arqueología no pueden dejar pasar la ocasión de visitar la Cañada de la Virgen (Acceso por Ruta 51) una antigua ciudad prehispánica que sigue los esquemas clásicos de los grandes yacimientos mesoamericanos (grandes plazas, una pirámide ceremonial, una cuidada planificación…). Otro lugar interesante es el pequeño pueblo de Atotonilco que cuenta con uno de los santuarios religiosos de época colonial más importantes e interesantes de esta parte del país. Aquí se pone de manifiesto ese mestizaje que supuso el choque de civilizaciones que resultó tras la conquista española.

Fotos bajo Licencia CC: Tristan Higbee; Alejandro; Jiuguang Wang; Russ Bowlin; cezzie901; Ed

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