Pompeya por tu cuenta: como aprovechar al máximo tu visita a la antigua ciudad romana
No se sabe si el suceso tuvo lugar el 24 de agosto o el 24 de octubre del año 79. O a mitad del tórrido verano mediterráneo o en pleno otoño. Lo que es indudable es que ese día el mundo se paró para miles de personas. No se sabe a ciencia cierta cuantas vivían en Pompeya aquel día fatídico. Los expertos hablan de unas 15.000 ó 20.000. Tampoco se sabe cuántas murieron cuando el cercano Vesubio escupió una inmensa nube de cenizas y fuego que destruyó todo lo que había a varios kilómetros a la redonda. Un inmenso torrente que avanzó a más de 30 metros por segundo y entre los 400 y los 900 grados centígrados. Hasta el momento se han localizado los restos de algo más de 1.000 personas en Pompeya y casi tres centenares en su vecina Herculano. Pero las cifras, según los expertos, debió superar las 12.000 víctimas en las dos ciudades.
La erupción sepultó la ciudad bajo seis metros de lava y cenizas. Y ahí abajo quedaron las calles, los palacios, las termas, los mosaicos, los frescos, las pintadas obscenas… Toda una ciudad romana congelada en el tiempo bajo las rocas. Esperando a que alguien la encontrara. Y eso sucedió en 1550, cuando unas obras de canalización dejaron al descubierto los primeros restos. Habría que esperar dos siglos para que se acometiera la primera excavación sistemática del yacimiento por mandato del Rey Carlos VII de Nápoles, el mismo que se convertiría en el gran urbanista de Madrid como Carlos III de España.
¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE POMPEYA? Porque es la única ciudad de la antigüedad que se ha podido estudiar en su conjunto y sin ningún tipo de añadidos posteriores. Cuando visitamos las Ciudades Perdidas de aquella añorada y hoy desaparecida Siria –una lástima porque era uno de los mejores lugares del mundo para viajar- nos quedamos alucinando con el espectacular estado de conservación de las viejas construcciones. Pero éstas habían sido ocupadas con posterioridad durante siglos. Aquí el tiempo se detuvo. La inmensa mayoría de los techos se desplomaron durante el cataclismo, pero todo lo demás se conservó: las pinturas de las casas, los muebles, inscripciones en las paredes y los huecos fantasmales de los muertos. Desde el punto de vista del viajero, Pompeya es una oportunidad única de conocer cómo eran las ciudades de los primeros momentos del imperio: con sus luces y sus sombras. Y también para comprender la deuda de nuestro propio urbanismo con el de hace casi dos milenios.
VISITAR POMPEYA POR TU CUENTA.- Pompeya parece pequeña, pero no lo es. Las ruinas de la vieja ciudad romana a intramuros tiene una superficie de 12 kilómetros cuadrados: apenas 1,3 kilómetros de largo y 900 metros de ancho. Pero el lugar tiene muchísimo que ver, lo que complica las cosas si quieres ver lo más importante en una sola visita. Porque verlo todo en una sola jornada es muy difícil por no decir imposible. Pompeya es el mayor museo al aire libre del mundo. Y aunque solo pueden visitarse 12 de las 66 hectáreas que cubre toda la ciudad, ver lo más importante demora no menos de cinco o seis horas. Por eso hay que ir con la lección un poco aprendida. La información online del yacimiento es abundante. En la página web oficial puedes leer varios artículos sobre la historia y estructura de la ciudad, un mapa con itinerarios y una exhaustiva guía en pdf que conviene leer antes de visitar el lugar. Hay dos accesos principales: La Puerta Marina y la Plaza del Anfiteatro. Te recomendamos acceder al yacimiento por esta última e iniciar aquí la visita aunque haya que pasar antes por Puerta Marina para retirar la audioguía (más que recomendable es crucial para entender el yacimiento en su integridad). Una buena idea es ir rápidamente por las calles exteriores de la ciudad (Viale delle Ginestre; Citarista; Paquius Proculus; Castricio y Fuggiaschi hasta el Huerto de los Fugitivos (1). Es una manera potente de empezar. Toda esta parte de la ciudad, muy cercana a la Puerta Nocera, estaba ocupada por viñedos y bodegas; y hasta aquí llegaron al menos trece personas que fueron sorprendidas por la nube piroclástica y fueron abatidas por su soplo ardiente. Los cuerpos quedaron sepultados por las cenizas y crearon esos moldes tan característicos de Pompeya. No es mala idea empezar por aquí; te recuerda lo que pasó.
El Regio II.- Zona comprendida entre la muralla de la Puerta Nocera y la Vía della Abbonzdanza. Los grandes hitos de esta parte de la villa son la Palestra (2) y el Anfiteatero (3) que eran dos de los espacios públicos más importantes. Desde el Anfiteatro sube hasta la Vía della Abbondanza dónde podrás ver las primeras casas importantes: Praedia di Giulia Felice (4); Casa della Venere in Conchiglia –con el famoso mural de Venus- (5) y la Casa di Octavius Quartio (6).
El Reggio I.- Se la conoce como zona comercial. La gran arteria de esta parte de la ciudad es la Vía della Abbondanza, sobre la que se apelotonan las grandes casas y espacios que podemos visitar. Los más destacados son: la Casa del Frutteto (7); la Casa dell’Efebo (8); la Casa di Paquius Proculus (9); laCasa del Menandro (10); laCasa del Criptoportico (11); laFullonica –lavandería- di Stephanus (12) y la Taberna de Junius Proculus (13).
El Reggio VIII .- La ciudad sagrada y profana. En esta parte se mezclan templos, espacios públicos como teatros, comercios y termas y algunas grandes casas. En la ruta proponemos la visita de: El Templo de Isis (14); el Foro Triangular (15); El Odeion –Teatros grande y pequeño- (16); El Quadriportico de los teatros (17); El Vicolo delle Pareti Rosse (18); la Via delle Scuole (19); la Casa de los Mosaicos Geométricos (20); el Edificio Municipal (21); la Casa de Championnet (22); la Basílica (23) y el Templo de Venus (24).
El Reggio VII.- Esta es la parte que concentra a los grandes espacios públicos de la antigua Pompeya y también uno de los espacios más curiosos; el lupanar, una calle llena de prostíbulos que da buena cuenta de aquellos excesos de la sociedad romana. Los espacios que hay que visitar en esta zona son: ElTemplo de Apollo (25); La Casa di Trittolemo (26); el Foro Civil (27); El Templo de Júpiter (28); elMacellum (29); elSantuario de los Lares Públicos (30); el Edificio de la Eumachia –culto al emperador- (31) y las Termas del Foro (32). Para acercarse al Lupanar puedes callejear por la Via degli Agustali hasta llegar al Vicolo del Lupanare, dónde se encuentra el célebre prostíbulo pompeyano (33). Muy cerca se encuentran otros edificios interesantes como la Casa di Sirico (34) o las Termas de Stabiane (35).
Reggios IX, V y VI.- La parte final de la visita se encamina hacia la Porta Ercolano para salir de la antigua ciudad y, tras pasar junto a una de sus necrópolis más importantes culminar el largo paseo en uno de los puntos culminantes de la jornada: la Villa de los Misterios. Pero aún nos quedan algunas cosas interesantes que ver. La Casa del Poeta Trágico (36); laCasa del Fauno (37); la Casa de la familia Vettii (38) o la Casa de los cupidos dorados (39). Si tienes ganas de dar una vuelta por la Via di Nola puedes visitar la Casa de Marco Lucrezio Frontón (40) o la Casa de Obellio Firmo (41) que quedan un poco a trasmano. La visita termina en la Villa de los Misterios (42), una imponente casa de campo que cuenta con algunos de los murales más hermosos de la antigua ciudad. Por aquí puedes salir.
Las necrópolis.- Los romanos situaban sus tumbas en los caminos de acceso a sus ciudades por una cuestión práctica; los muertos debían ser recordados para seguir existiendo en el más allá y para eso nada mejor que exhibir sus nombres a los caminantes para ‘permanecer vivos’. De esta manera los muertos eran recordados y los vivos podían pedir su protección y rendir homenaje. Si vas con prisas, las mejores necrópolis de la ciudad son las de las puertas de Herculano y Nocera. En la primera podrás ver algunos de los mausoleos más delicados y bonitos de la ciudad mientras que en la segunda se encuentran las tumbas monumentales más grandes y lujosas. En la Puerta Estabia se ha encontrado recientemente un enorme mausoleo que, según los arqueólogos, puede corresponder a la tumba de Nigidio Mayo, un afamado lanista (propietario y entrenador de gladiadores) de la ciudad. En la Puerta Nola (extremo noreste) hay otra zona de pequeñas tumbas y mausoleos. Si vas con comida, aquí se ha habilitado una zona de picnic. En las puertas Fondo Pacífico y Sarno también se han localizado antiguas tumbas.
PRECIOS, HORARIOS Y ACCESOS: La entrada al Parque Arqueológico cuesta 15 euros y es válida por una jornada. Existe la posibilidad de comprar un ticket de 18 euros que también da acceso a los sitios arqueológicos cercanos de Oplontis (donde se encuentra la fastuosa Villa Popea) y Boscoreale y que es válido por tres días (aunque sólo se puede acceder una vez a cada yacimiento). Los menores de 18 años y mayores de 65 que sean ciudadanos de todos los países de la Unión Europea tienen acceso libre. Las entradas pueden adquirirse por anticipado en la página web del yacimiento que no sólo te garantizan la visita, sino que dan prioridad de acceso. Los horarios de apertura dependen de la estación en la que vayamos. Entre el 1 de noviembre y el 31 de marzo el horario de visita es de 08:30 hasta las 17:00 horas. Entre el 1 de abril y el 31 de octubre, el yacimiento abre sus puertas a las 8.30 y cierra a las 19.30. Las entradas pueden comprarse hasta una hora y media antes de la hora de cierre. La entrada al Yacimiento es gratuita los primeros domingos de cada mes (las entradas se sacan en la taquilla y no pueden reservarse).
COMO LLEGAR A POMPEYA EN TRANSPORTE PÚBLICO: Desde Nápoles la mejor manera de llegar es en tren. La Línea Circumvesuviana en su ramal Napoli-Sorrento comunica las estaciones de Porta Nolana y Garibaldi (ambas en Nápoles) con Pompei Scavi en unos 40 minutos. La línea Napoli-Poggiomarino también te deja cerca de las excavaciones (Estación Pompei), aunque tarda algo más de una hora. El precio de los billetes de la Circumvesuviana es de 2,5 euros. El Campania Express es más cómodo, más rápido y, también, más caro. También parte de Porta Nolana y Garibaldi y tarda 30 minutos en llegar a Pompei Scavi. El precio del billete es 11 euros ida y vuelta. También hay autobuses que nos dejan a las puertas de la antigua ciudad romana. Los buses de la Línea 5001 (Napoli-Salerno) de la compañía SITA salen desde la Estación Central de Nápoles (Piazza Garibaldi) y tardan unos 40 minutos. Desde Roma, también la forma más cómoda es el tren. Hay que tomar un tren hasta la Estación Central de Nápoles y ahí tomar la Circumvesuviana. El costo del billete ronda los 25 euros por trayecto y el viaje dura unas dos horas y media. También hay buses directos entre Roma y Pompeya. Los vehículos salen desde la Estación Roma Tiburtina ( Metro línea B –azul- parada Triburtina –desde Termini- y línea 492 de autobuses urbanos de Roma desde Termini). Hay varias empresas que cubren la ruta (Marozzi; Flixbus). Los precios rondan los 15 euros y el viaje dura unas tres horas.
POMPEYA CON EQUIPAJE : Si vas con equipaje no te preocupes. En el edificio de admisión del Yacimiento hay un servicio de consignas. El precio por bulto es de seis euros.
Fotos bajo Licencia CC: Aleksandr Zykov ; Yuichi Shiraishi ; Vyacheslav Argenberg ; Maarten Heerlien ; momo ; JEAN ROBERT THIBAULT; ludovic; ho visto nina volareludovicho visto nina volare