El Archivo Municipal de Santander rescata los fondos de memoria histórica de la ciudad 'exiliados' en un almacén

Olga Agüero

Santander —
22 de junio de 2025 23:15 h

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Un día de septiembre de 2018 alguien abrió las puertas de un viejo armario olvidado en el cuarto de atrás del Archivo Municipal de Santander y descubrió en su interior cientos de papeles y documentos de la época de la dictadura. Allí llevaban escondidos 40 años, aunque algunos investigadores e historiadores locales conocían su existencia.

Así fue como salieron del armario miles de expedientes de memoria histórica. En su mayoría eran certificados de conducta de los vecinos de la ciudad en los que se informaba de sus costumbres: si cumplía con la misa del domingo, frecuentaba los bares o tenía amistades poco recomendables.

Un patrimonio documental hasta entonces invisible que, con la excusa de que se iban a acometer unas obras de rehabilitación, se desterró sin ser catalogado al almacén municipal de Candina, en la periferia de Santander. Salieron del Archivo Municipal de Santander prácticamente de manera clandestina: sin registro de salida, ni inventario de los fondos. De tal forma que ha resultado imposible comprobar si falta alguno.

Allí estaban, sobre un palé, cuando saltó a la luz su situación: desordenados y amontonados descuidadamente, sin custodia ni protección alguna, a la vista de todos pese a que contenían datos personales de numerosos vecinos de Santander en expedientes e informes de conducta y de la brigada político-social. “No forman parte del Archivo aunque llevan 40 años allí”, fue la justificación oficial del equipo de Gobierno del PP en el Ayuntamiento.

El resto de los fondos del Archivo, que fueron trasladados preventivamente para ejecutar la rehabilitación, tuvieron un tratamiento diferente porque fueron custodiados temporalmente por una empresa privada.

La documentación vinculada con la época de la dictadura en la ciudad no volvió al Archivo cuando acabaron las obras. Otros fondos sí lo hicieron, fueron regresando a los anaqueles municipales. Pero los expedientes de depuración del franquismo en Santander inexplicablemente se trasladaron a otro almacén en el Mercado de la Esperanza donde han permanecido hasta hace algunos años sin posibilidad, por tanto, de ser consultados.

La historia tiene un feliz final: Los fondos de la memoria histórica ya han regresado al Archivo Municipal de Santander y desde hace tiempo están siendo catalogados por los expertos municipales. El trabajo es tedioso porque estos fondos suman cerca de 24.000 documentos que, de esta manera, se podrán poner a disposición de los ciudadanos para que se puedan consultar con normalidad, como sucede desde hace años en otros ayuntamientos y archivos.