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¿Puede convertirse la gripe aviar en una nueva pandemia?

En octubre de 2022 España detectó su primer caso de gripe aviar H5N1 en un ser humano. Era el segundo en Europa. Ocurría en una granja avícola de la provincia de Guadalajara. La persona permaneció asintomática y las autoridades sanitarias despejaron cualquier duda: “No hay preocupación”.

La posibilidad de otra pandemia no es nueva. Los científicos vienen advirtiendo desde hace décadas. La COVID-19 fue un claro ejemplo. Existen miles de virus que afectan a diversas especies animales y aunque hoy no afectan al ser humano, eso puede cambiar por razones diversas.

En una entrevista, el catedrático emérito de Microbiología de la UAH, Fernando Laborda, explica qué es la gripe aviar y si puede o no convertirse en una nueva amenaza para la salud humana.

Desde octubre de 2021, se ha notificado un número “sin precedentes” de brotes de gripe aviar en varias regiones del mundo y la OMS ha mostrado preocupación. ¿Existe realmente la posibilidad de una pandemia?

Efectivamente. En un año se estima que se han producido más de 200 millones de aves muertas o sacrificadas por razones sanitarias en el hemisferio norte. En Europa son más de 50 millones, en España unos dos millones y concretamente en la provincia de Guadalajara 750.000. Por ello se puede hablar de  epizootia (el equivalente a epidemia, pero en animales) en cuanto a aves se refiere.  

Todo ello es debido, fundamentalmente, a la aparición y dispersión del virus de Influenza A H5N1. Además de a las aves, este virus ha afectado ya a más de 30 especies de mamíferos y existe una gran preocupación porque pueda afectar al ser humano con graves consecuencias. 

Durante el año 2020, el virus de la influenza aviar H5N1 se propagó, fundamentalmente a través de aves migratorias, a muchas partes de África, Asia y Europa.  Este virus cruzó a América del Norte a finales de 2021, y posteriormente a América del Sur en el otoño de 2022.

¿Qué es la gripe aviar? 

La gripe aviar está producida por diferentes subtipos del virus Influenza A, pudiendo englobarse en dos grupos: los virus Influenza Aviar Alta Patogenicidad (IAAP) y los de Baja Patogenicidad (IABP). Los subtipos derivados del H5 y del H7 son los más importantes en cuanto la producción de gripe aviar.

En este contexto, hay que distinguir las diferentes aves en dos grupos significativos: las denominadas aves migratorias y las aves de corral.

Las aves migratorias son, generalmente, portadoras asintomáticas del virus de la gripe aviar, por lo que pueden trasladar las distintas variedades del virus a lugares muy distantes, favoreciendo su dispersión a nivel mundial.

Las aves migratorias infectadas excretan el virus por las heces, por lo que contaminan las aguas de los lugares donde reposan o permanecen tras su periplo migratorio; además, los virus presentes en las heces secas pueden fácilmente dispersarse con las corrientes de aire. Estos virus se transmiten por aerosoles.

Las aves de corral, por el contrario, son muy susceptibles al virus Influenza A. En el caso de infección por los virus de baja patogenicidad (A H7N2 por ejemplo) el animal sufre una sintomatología leve, con descoordinación, falta de apetito, con disminución de la capacidad ponedora de huevos, pero se suelen reponer fácilmente al cabo de unos días. Sin embargo, la infección por virus IAAP (como es el caso de la A H5N1) provoca una enfermedad muy seria, en la mayoría de los casos con una mortandad del 100% en sólo 48 horas. Las aves enfermas presentan temperatura alta, superior a 38º, falta de apetito y de energía, descoordinación, aparición de color azulado (cianosis) en la piel, erizamiento del plumaje, diarrea, descarga nasal, hemorragias, estornudos, tos y reducción en la producción de huevos y/o producción de huevos deformes, incluso sin cáscara. Es común la muerte repentina.

¿Qué características presentan los virus de la gripe?

Los virus de la gripe se encuentran englobados en la familia de los Ortomixovirus, que son cercanos y parecidos a los de la familia de los Coronavirus, que desgraciadamente hemos conocido en profundidad en los últimos tiempos, si bien presentan diferencias sustanciales.

Tanto los Ortomixovirus como los Coronavirus son virus cuyo ácido nucleico es ARN y ambos poseen una envoltura externa que presenta unas estructuras (espículas) que actúan como llaves para entrar en las células a las que van a infectar.

Mientras que el ARN de los Coronavirus es una sola cadena, los Ortomixovirus poseen ocho cadenas distintas. Lo que le supone una gran capacidad de mutación y recombinación genética.

En cuanto a la envoltura, los Coronavirus poseen un único tipo de espícula, la denominada S, de la que tanto hemos oído hablar por sus mutaciones para dar lugar a distintas variantes y para la producción de vacunas adecuadas. Por su parte, los Ortomixovirus poseen en su envoltura 2 tipos de espículas, la H (Hemaglutinina) y la N (Neuraminidasa), que cumplen funciones distintas. Mientras las H podemos decir que cumplen la función de llave que le permite reconocer y entrar en las células susceptibles; las N funcionan como tijeras, ayudando al virus a liberarse de la célula en la que se ha formado e infectar a otras células. De la espícula H se conocen 18 tipos distintos y de la N 11, lo que da lugar a decenas de virus distintos.

Es el H5N1 el que en estos momentos está provocado gran preocupación.

¿En qué se diferencian?

Los virus de la gripe o influenza se clasifican en cuatro especies distintas: A, B, C y D. Se diferencian entre sí por variaciones en la composición de unas proteínas internas que poseen, por los animales a los que infectan y por el tipo y virulencia de la enfermedad que producen.

El virus Influenza A afecta a aves y algunos mamíferos, incluido el ser humano.

El virus Influenza B afecta a focas y al ser humano únicamente.

El virus Influenza C afecta al ganado porcino y al ser humano.

El virus Influenza D afecta al ganado porcino y bovino.

A lo largo de la historia el ser humano ha sufrido distintas pandemias de gripe producidas principalmente por el virus Influenza A H1, H2 y H3.

 

¿Cómo han impactado en el planeta a lo largo de la historia?

Algunas de las pandemias más importantes han sido la del año 1900, posiblemente debida al virus H3N8. Después en 1918 se produjo la mayor pandemia, la mal denominada “gripe española”, producida por un virus H1N1, que causó más de cincuenta millones de muertes.

En 1957 tuvo lugar una pandemia de “gripe asiática”, ocasionada por un virus H2N2, que causó unos cuatro millones de muertes. En 1968 la “gripe de Hong Kong” introdujo virus H3N2, que causó entre 3-4 millones de muertes. Después, la “gripe rusa de 1977” fue causada por virus H1N1, que causó aproximadamente 1 millón de muertes.

En el siglo XXI, ya en 2009 apareció un nuevo virus H1N1, que fue denominado por la OMS virus H1N1/ pandémico 09 (haciendo referencia al año de su aparición) y actualmente circulan principalmente en el mundo dos subtipos de virus A (el H1N1/ pdm 09 y virus H3N2), junto con virus Influenza B.

Se piensa que los virus H3N8 y H1N1, responsables respectivamente de las epidemias de 1900 y de 1918, tuvieron su origen en aves acuáticas, posiblemente ánades. 

En principio los virus de la gripe aviar no afectan al ser humano, pero se conocen excepciones. ¿Qué nos dice la investigación al respecto?

En principio, la contestación es no, los virus de la gripe aviar no afectan al ser humano.

Sin embargo, hay que aclarar que en el año 1997 se dio un brote en un mercado de Hong Kong. 18 trabajadores resultaron infectados del virus de la gripe aviar, la mitad de los cuales fallecieron. Se produjo, en aquel momento, una gran alarma sanitaria mundial y se sacrificaron millones de aves. Dichosamente, no se desarrolló la pandemia humana que era esperable, pero sí que se mantuvo la alarma y desde entonces se ha mantenido una estrecha vigilancia sanitaria sobre esta posible trasmisión a seres humanos.

Desde el 2003 al 2023 se han reportado 868 casos de gripe aviar en humanos, de los que 457 fallecieron. Lo que muestra una tasa de mortalidad muy alta, del 53% (para el virus SARS-CoV-2, agente etiológico productor de la Covid-19, se estima una tasa de mortalidad del 1,5%). En los 457 casos de los fallecidos por gripe aviar se encontró el subtipo A H5N1.

Estas cifras de los casos reportados en 20 años no se consideran representativas de que exista una trasmisión del virus de la gripe aviar al ser humano, máxime si lo comparamos con los millones de personas que anualmente contraer el virus de la gripe humana.

Los esporádicos casos de fiebre aviar en humanos se han dado en trabajadores o personas que se encuentran continuamente muy en contacto con aves infectadas.

 

Desde el 2003 al 2023 se han reportado 868 casos de gripe aviar en humanos, con una tasa de mortalidad muy alta, del 53%

 

En los casos estudiados, se ha visto que no se produce trasmisión directa de persona a persona, aunque hay sospechas de 1 caso en donde podría haber ocurrido.

En el ser humano los principales síntomas de la gripe aviar son: fiebre alta, tos, dolor de cabeza, dolor muscular, dolor de garganta y falta de aire; síntomas que empiezan a aparecer entre 2 y 7 días después del contagio.

En los casos gripe aviar el fallecimiento de las personas infectadas parece estar asociada a una sobre actuación del sistema inmune del enfermo: la aparición de una denominada “tormenta de citoquinas”; lo que se asemeja mucho a los casos de fallecimientos por Covid-19.

Recientemente se han reportado la muerte de dos personas debidas al virus de la gripe aviar H3N8. Este virus afecta normalmente tanto a aves domésticas, gallinas y patos, como a diversos mamíferos; en particular tiene una gran posibilidad de infectar con éxito a los cerdos, lo que ha producido una gran preocupación en las autoridades sanitarias.

¿Por qué esa preocupación?

Los virus son parásitos obligatorios, necesitan infectar a células vivas para reproducirse, pero sólo pueden entrar y reproducirse en aquellas células que en su membrana externa posean un receptor, una molécula, a la que reconocen.

Por ello, los virus son selectivos y sólo pueden infectar a determinados animales y dentro de ellos solamente a aquellos tejidos cuyas células posean el receptor adecuado. Podemos compararlo con el binomio llave-cerradura. El virus, en su estructura, posee una llave (en los virus de la gripe la Hemaglutinina H) que le permite entrar y reproducirse en aquellas células que posean la cerradura (molécula/receptor) adecuada.

En el caso de los virus de la gripe aviar la hemaglutinina (H) del virus se une al receptor de la membrana que es el alfa 2-3 ácido siálico que existe en las células de las aves, pero no existe en las células humanas. Para los virus de la gripe humana el receptor es el alfa 2-6 ácido siálico, que si existe en las células humanas. Esta es la principal razón por los que los virus de la gripe aviar no afecta, de manera clara y masiva, a los seres humanos.

Los cerdos en sus membranas celulares poseen tanto el alfa 2-3 ácido siálico como el alfa 2-6 ácido siálico, por lo que pueden ser infectado tanto por los virus de la gripe aviar como por los virus de la gripe humana. 

En el caso de que ocurra, en la misma célula porcina, la infección conjunta de ambos tipos de virus se pueden producir procesos de recombinación genética, lo cual puede dar lugar a virus con unas características y un potencial de consecuencias muy peligrosas e impredecibles.

¿Podría el virus de la gripe aviar H5N1 acabar siendo pandémico para los mamíferos y concretamente para el ser humano? ¿Hay riesgo en las variantes?

Para que esto ocurra el virus H5N1 debería poder transmitirse por vía aérea entre mamíferos. Con los datos que disponemos hasta ahora este virus no posee, aún, esta capacidad.

Sin embargo, conviene mencionar que varios grupos de científicos, en publicaciones en las prestigiosas revistas científicas Nature y Science, han concluido que, con cinco mutaciones muy determinadas, sí que podrían adquirir esta capacidad de trasmisión.

 

Aunque la situación es preocupante, conviene aclarar que existen tanto compuestos antivirales como vacunas que nos pueden ayudar a controlar la enfermedad en humanos

Preocupantemente, tres de estas mutaciones ya han sido localizados en diversas variantes del virus. Una de ellas se ha encontrado en España. Concretamente el clado (variante) 2.3.4.4b, detectado en 2022 en una granja de visones en La Coruña, posee, en uno de sus genes, una mutación (T271A) que ha permitido que el virus H5N1 se trasmitiera por vía aérea entre los 50.000 visones de la granja, que fueron inmediatamente sacrificados. Siendo esta la primera vez que se encuentra una trasmisión aérea masiva de este virus entre mamíferos. Lo que, indudablemente, ha disparado todas las alarmas.

La misma mutación (T271A) está presente en el virus de la influenza A(H1N1) de origen porcino pandémico del año 2009 (H1N1pdm09) que se sospecha que llegó a afectar a unos 1.000 millones de personas a nivel mundial, aunque con una tasa de mortalidad muy baja. Diversos estudios han demostrado que no existe una correlación positiva entre trasmisibilidad y virulencia.

¿Existen tratamientos para controlar la gripe aviar producida por H5N1 en seres humanos?

Aunque la situación es preocupante, conviene aclarar que existen tanto compuestos antivirales como vacunas que nos pueden ayudar a controlar la enfermedad en humanos. Además, y dado el nivel de preocupación, se están desarrollando nuevas vacunas contra la gripe aviar; alguna de las cuales son del tipo mARN, semejante a las vacunas que tan buen resultado han dado en el control de la Covid-19.

Indudablemente, hasta que no exista una cepa virulenta y trasmisible entre seres humanos no se podrá desarrollar una vacuna totalmente eficaz. La experiencia adquirida con la Covid-19 va a ayudar muy positivamente a lograrla en un corto espacio de tiempo.

En cualquier caso, a los trabajadores de las granjas avícolas y a las personas que manipulen o que estén en contacto muy directo con aves se les recomienda la vacunación para la gripe estacional, ya que puede conferirles un adecuado grado de protección frente a la gripe aviar. 

¿Qué medidas se deben tomar para evitar la trasmisión de la gripe aviar?

Se han descrito medidas tales como: evitar todo contacto de las aves y mamíferos criados en cautividad (visones y cerdos…) con aves silvestre; evitar criar las aves de corral al aire libre; evitar utilizar en las granjas agua o alimentos que puedan estar contaminados…

El Ministerio de Agricultura ha dictado normas para reforzar las medidas de bioseguridad, también ha sugerido la necesidad reforzar la vigilancia pasiva tanto en explotaciones avícolas como en aves silvestres, y muy importante, que los servicios veterinarios oficiales notifiquen rápidamente cualquier sospecha de enfermedad en cualquier animal: aves o mamíferos.

A nivel personal se recomiendan algunas medidas sencillas tales como: evitar el contacto directo y cercano con aves silvestres, aves de corral y animales salvajes enfermos o muertos; lavarse las manos con agua y jabón y extremar la higiene después de tocar aves; no tocarse la boca, la nariz o los ojos después de tener contacto con aves o superficies que podrían estar contaminadas con excrementos o fluidos de aves domésticas o silvestres.

¿Es seguro el consumo de carne de pollo y huevos?

Es conveniente no consumir aves de corral ni productos avícolas que estén crudos o poco cocidos, incluidos huevos crudos. El consumo de aves de corral, productos avícolas y huevos debidamente cocinados es seguro.

En cuanto a los huevos se recomienda lavar la cáscara antes de consumirlos lo que, además, ayuda a prevenir enfermedades producidas por otros patógenos.

En cuanto a la viruela ovina y caprina, la probabilidad de que se produzca el salto de especie y pueda llegar al ser humano es muy baja, prácticamente nula

Además de este tipo de gripe, en Castilla-La Mancha tenemos casos muy recientes de viruela ovina y caprina. No se considera zoonosis, pero… ¿deben extremarse las precauciones (al margen de evitar su propagación entre animales) por temor de que en algún momento dar el salto de especie y convertirse, como en el caso del SARS-CoV-2, en patógeno humano?

El caso de la viruela ovina y caprina es muy distinto al de la gripe aviar de que estamos hablando. Se trata de una enfermedad producida por un Poxvirus, que es un virus ADN que, efectivamente, no afecta al ser humano, si bien las personas en contacto con animales enfermos pueden llevar el virus en sus ropas y/o enseres y trasmitirlo de una explotación ganadera a otra.

Esta enfermedad, si bien tiene una importancia económica seria sobre todo en las zonas afectadas, desde el punto de vista sanitario es relativamente fácil de controlar. Máxime cuando existen vacunas adecuadas: una que utiliza virus atenuados bastante eficaz, pero con la inseguridad que presentan todas las vacunas que utilizan patógenos atenuados y otra con virus inactivados, más seguro, pero menos eficaz.

La probabilidad de que se produzca el salto de especie y pueda llegar a ser infeccioso para el ser humano es muy baja, prácticamente nula. Y desde luego no es una de las enfermedades virales que la OMS considera que pueden llegar a producir pandemias en un futuro inmediato.

¿Cuáles son esas enfermedades?

Con objeto de servir de referencia para la inversión, la investigación y el desarrollo en particular de vacunas, pruebas de diagnóstico y tratamientos, la OMS ha desarrollado un proyecto, a escala mundial, para desarrollar una lista de patógenos prioritarios que podrían causar brotes o pandemias.

Esta lista se renueva periódicamente y, además de la preocupación por la gripe aviar, en la actualidad incluye: la Covid-19, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, el ébola y la enfermedad por el virus de Marburgo, la fiebre de Lassa, el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), la enfermedad por el virus de Nipah y las infecciones por henipavirus, la fiebre del Valle del Rift, el zika y una denominada “enfermedad X”.

¿Qué es la enfermedad X?

Se usa este término para referirse a un patógeno desconocido con capacidad para desencadenar una grave pandemia.

Hay que tener en cuenta que existen miles de virus que afectan a diversas especies animales y que hoy por hoy no afectan al ser humano, pero que, bien por azar o por algún tipo de prácticas negligentes, pueden en algún momento dar el salto de especie y convertirse, como en el caso del SARS-CoV-2, en patógeno humano.

En la lista anterior no figura ninguna enfermedad de origen bacteriano ¿es que no hay peligro de una pandemia por alguna bacteria?

Si bien no se descarta que pueda ocurrir una pandemia producida por alguna bacteria, la máxima preocupación de las autoridades sanitarias, en cuanto a las infecciones bacterianas se refiere, está centrada en la resistencia a los antibióticos que presentan muchas bacterias con un gran potencial infeccioso y que la OMS considera dentro de los “problemas sanitarios urgentes de dimensión mundial”.

En todo caso, ¿qué mensaje hay que transmitir a la población?

Creo que no hay que alarmar a la población, pero sí concienciarla de que el riesgo cero no existe porque hay miles de patógenos que por diferentes motivos: climáticos, sociales, culturales…pueden llegar a producir serios problemas sanitarios como ha sido, y está siendo, la Covid-19.

 

El estudio interdisciplinar de los virus zoonóticos debe ser de absoluta prioridad si queremos estar preparados para una próxima pandemia

 

Si consideramos la historia sanitaria de la humanidad y la situación sociológico-cultural actual, debemos ser conscientes que, probablemente, en un plazo de tiempo no muy lejano, se produzca una nueva pandemia de origen viral; siendo el virus Influenza A H5N1 uno de los más indicados para ser el protagonista, sin descartar la aparición de un nuevo virus de naturaleza y origen desconocido.

El estudio interdisciplinar de los virus zoonóticos en el interfaz entre la fauna silvestre, doméstica y los seres humanos debe ser de absoluta prioridad si queremos estar preparados para una próxima pandemia.

Hay que mantener el nivel de alerta sanitaria alto y potenciar la investigación científica que es la mejor arma de que disponemos para controlar un nuevo peligro, tal y como se ha demostrado en la rápida y acertada actuación en la reciente pandemia de la Covid-19. Resultados que hubieran sido aún mejores si no hubiera habido interferencias sociales sin fundamento científico.

Está aceptado que, si en la pandemia de gripe de 1918 se hubiera dispuesto del conocimiento científico actual, no hubiera habido las decenas de millones de fallecidos que desgraciadamente ocurrieron.

Se debe recordar que gracias a un acertado programa de vacunación se ha erradicado la viruela como enfermedad en el ser humano, la poliomielitis está en vías de ser erradicada, el sarampión está muy controlado y así un buen número de enfermedades que a lo largo de la historia han sido un azote para la humanidad.

En octubre de 2022 España detectó su primer caso de gripe aviar H5N1 en un ser humano. Era el segundo en Europa. Ocurría en una granja avícola de la provincia de Guadalajara. La persona permaneció asintomática y las autoridades sanitarias despejaron cualquier duda: “No hay preocupación”.

La posibilidad de otra pandemia no es nueva. Los científicos vienen advirtiendo desde hace décadas. La COVID-19 fue un claro ejemplo. Existen miles de virus que afectan a diversas especies animales y aunque hoy no afectan al ser humano, eso puede cambiar por razones diversas.