PSC, ERC y Comuns asumen suspender la investidura de Illa si Puigdemont es detenido y buscan fecha para reactivarla

Arturo Puente

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Si la detención de Carles Puigdemont se acaba acompasando con el debate de investidura de Salvador Illa del próximo jueves deberá suspenderse el pleno. Así lo reclama Junts, que trata de utilizar el regreso de su líder cómo último recurso contra la presidencia de Illa. Pero también PSC, ERC y Comuns han asumido que, dependiendo de cómo sucedan los acontecimientos en torno al expresident, puede no quedar otro remedio que dejar la sesión de investidura para otro día.

Eso no significa que los partidos que han pactado la investidura de Illa estén de acuerdo con la pretensión de Junts de que esa suspensión sea sine die. Al contrario, los tres socios han explorado en las últimas horas las posibles vías que tendrían para hacer valer su mayoría y forzar que el pleno se retome en una fecha cercana para poder culminar la investidura.

La clave pasa por la Diputación Permanente, el órgano que rige la Cámara en periodos entre sesiones, como el actual, y donde PSC, ERC y Comuns cuentan con mayoría. Ese órgano limita la discrecionalidad que podría tener el presidente del Parlament, Josep Rull, para suspender el pleno y no volverlo a convocar, ya que la Diputación Permanente tendría facultades para fijar un nuevo debate de investidura.

Guión incierto en el Parlament

El guión con el que trabajan los partidos es muy abierto, tanto como las opciones que tiene Carles Puigdemont y todas las posibles derivadas de una detención. Y lo mismo ocurre con el reglamento de la Cámara, que no establece tiempos máximos para una suspensión absolutamente extraordinaria.

Con todo, los grupos trabajan sobre algunas certezas. La primera es que, si el líder de Junts fuera detenido en las horas inmediatamente previas al debate de investidura, el pleno no podría celebrarse con normalidad hasta conocer el futuro de un diputado que no solo es miembro de la Cámara, sino también jefe de la oposición.

La segunda idea con la que trabajan es la conveniencia de que el pleno se suspenda con una fecha ya decidida para retomarlo. Podría ser en 48 horas, es decir, el sábado, o esperar a los primeros días de la semana que viene. En cualquier caso, sería tiempo suficiente para conocer qué ha decidido el Tribunal Supremo respecto a Puigdemont y, de no poder acudir al pleno por encontrarse en prisión provisional, para que el líder de Junts tuviera tiempo de delegar su voto, si así lo desea y de acuerdo con el reglamento.

Fuentes de los partidos que votarán 'sí' a Illa explican que su deseo es dar todos los pasos con el mayor consenso posible. “Se trata de entender que la situación es complicada para todos y ser flexibles”, explican. Los socialistas miran hacia Junts pero, sobre todo, hacia ERC, partido que entienden que está bajo la máxima presión de Puigdemont y que podría ser el más cuestionado por negarse a suspender el pleno.

Si bien la consigna es consenso y flexibilidad, la línea roja infranqueable para PSC, ERC y Comuns es que, sea cual sea la situación de Puigdemont, eso no puede servir como argumento para no volver a convocar el pleno y dejar correr el calendario hasta el 26 de agosto, cuando se convocan automáticamente nuevas elecciones. “Confío en que nadie esté pensando en eso, pero tampoco lo vamos a permitir”, aseguran estas mismas fuentes.

Una suspensión reversible

Una opción es que finalmente el máximo consenso sea imposible y Junts, valiéndose del control de la presidencia del Parlament, se nigue a volver a convocar la investidura. Es aquí donde entraría la mayoría que PSC, ERC y Comuns tienen en la Diputación Permanente. El presidente debe convocar este órgano a petición de dos grupos y el pleno se fija por mayoría. Por lo tanto, los favorables a Illa creen tener la sartén por el mango ante una posible suspensión el jueves.

El nuevo calendario es incierto, pero nadie quiere dilatarlo más allá del puente de agosto, entre otras razones porque la Diputación Permanente dejaría de tener el rol que tiene actualmente y todo dependería del presidente del Parlament, la Mesa y la Junta de Portavoces.

Además, la situación de Carles Puigdemont no debería tardar más de unas horas, como mucho un par de días en aclararse. Tanto si el Supremo opta por entregarle una citación y dejarlo en libertad, como si opta por decretar prisión preventiva, el líder de Junts podría estar en esa nueva situación durante varias semanas, por lo que no tendría sentido esperar más allá de unos pocos días para retomar el pleno.