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Con 2.500 euros al mes, el milagro es que a Cospedal sólo se le caiga un techo

Techo derrumbado en el Hospital de Puertollano

Se quiere hacer ver desde la Junta que el reciente desplome del falso techo de una habitación del hospital “Santa Bárbara” de Puertollano ha pasado por casualidad, por infortunio. Por errores de construcción, errores de la herencia recibida...errores de quien sea, menos suyos. Sin embargo han alarmado de un problema que hace que sea un milagro que de momento sólo haya habido ese desplome en la región.

Si vamos a los Presupuestos Generales de Castilla-La Mancha para 2014, vemos que la partida presupuestaria en sanidad para “reparación, mantenimiento y conservación de edificios y otras construcciones” es de 150.880 euros. Al año. 150.000 euros para todo un año, para todos los edificios. Y no sólo hospitales, sino también centros de salud. Es decir, 2.500 euros al mes para toda una provincia para mantenimiento de los edificios sanitarios. Ya sabe: poner un enchufe aquí, arreglar un falso techo...esas “obrillas” menores que todo edificio requiere, especialmente cuando lo inauguró Franco y tiene más de 40 años de vida.

Cada municipio mayor de 2.000-3.000 habitantes tiene, cual más cual menos, su centro de salud. En la región hay unos 150 aproximadamente. Y otros 14 ó 15 hospitales, que lógicamente requieren mucho más mantenimiento por sus dimensiones. Los hay nuevos, que en teoría deben necesitar menos mantenimiento (en teoría, porque la calidad de las obras nuevas deja bastante que desear), y los hay viejos, que requieren más trabajo (porque el tiempo pasa para todos, no es culpa de nadie).

Se nos averían las escaleras mecánicas del hospital de Tomelloso (por poner un ejemplo, esas escaleras no se pueden romper porque no funcionan ya), y ya nos hemos dilapidado más de la mitad del presupuesto mensual de toda la provincia para mantenimiento de edificios. Tenemos unas humedades en Almadén (por decir una localidad) que impiden usar unas habitaciones, y ya tenemos otra obra. Y así, incontables, prácticamente no hay centro u hospital donde no haya que arreglar algo siempre. Con lo que el presupuesto no es que sea insuficiente, es que es hasta peligroso.

Recuerda a aquella historia del que se compró un Ferrari y no tenía para echarle gasolina. Por aquello de gastarse 2.000 millones de euros en la construcción del flamante nuevo hospital de Toledo y destinar 150.000 euros a mantener los edificios. Uno piensa, ¿en qué estado estará el hospital, después de gastarse esa millonada, a los 10 años? ¿Y a los 20? Construir un centro de vanguardia y dejarlo a su suerte no es propio de economistas que buscan dónde recortar, es propio de locos. Porque cuando un recorte obliga a “apretarse el cinturón”, es duro pero asumible, pero cuando un recorte hace que se caigan techos, es de estar loco. O de querer cargarte a tus paisanos, una de dos.

La próxima partida presupuestaria recomendable es que a la entrada de los centros de salud pongan estampitas de diversos santos (alguno tiene que funcionar, por eso probar con cuantos más mejor. Con cuidado a ver si los vamos a cargar con más peso y se van a caer) porque el milagro es que sólo pase lo que ha pasado. De hecho los periodistas deberíamos empezar a cubrir cuando una habitación se mantiene en pie, porque con ese presupuesto esa es la noticia, y no que se caigan.

Sin embargo, el presupuesto para publicidad institucional (esas pantallitas que tienen en sus hospitales que les enseñan lo bonitos que están, así como campañas para informar de lo importante que es, por ejemplo, una prueba de próstata) se mantiene en 1'7 millones de euros, 11 veces más. Es más importante publicitar los hospitales que mantenerlos en pie para la Junta. Dice mucho de la forma de gobernar.

Cospedal quiere una sanidad por la que los castellano-manchegos puedan tener la cabeza alta. Yo recomendaría a los paisanos que cuando entren a un centro sanitario lo hagan con la cabeza baja, debajo de objetos robustos y buscando los marcos de las puertas, lugares donde más fuerza tienen los techos según los expertos. Por lo que pueda pasar.

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