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Cuando Génova y Pérez Llorca se pusieron de acuerdo para que el ya exalcalde de Finestrat y número dos del PP valenciano fuera el sucesor de Carlos Mazón, cerraron dos compromisos. El primero, reconducir la relación con los familiares de las víctimas de la dana, vilipendiadas por Carlos Mazón y cuya presión acabó con su carrera política. El segundo, garantizar que el congreso del partido que debe auparlo como presidente sea lo más tranquilo posible. Es decir, desactivar al único aspirante que ha dicho que se presentará: el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps Ortiz. Para ese trabajo, entre otros, el flamante jefe del Consell ha designado como jefa de gabinete a Henar Molinero, la mano derecha de Camps en su etapa de mayor poder, y como conseller de Presidencia a José Luis Díez, íntimo amigo del expresidente del PP de la provincia de Valencia Alfonso Rus. Excampistas para desactivar el neocampismo.
Henar Molinero fue directora general de Organización con Francisco Camps y compartió imputación en los casos de corrupción del PP, aunque en diferentes causas, con David Serra, exvicesecretario del PPCV con el expresidente valenciano y ahora asesor áulico de Pérez Llorca, además de abogado de su familia. Molinero, a quien le archivaron la investigación, rompió su relación con Camps y ahora es la persona recomendada por Serra para marcar y diseñar la estrategia del presidente, que enmendará la plana a Mazón con su gestión de la DANA e intentará recomponer las relaciones con Cataluña, mientras Vox le marca la agenda ultra con la inmigración y los menores no acompañados.
Otro miembro del gabinete de Camps que estará con Pérez Llorca será Jacobo Navarro de Peralta, quien será secretario autonómico de Análisis. Navarro de Peralta también estuvo en la sala de máquinas de las supermayorías del expresidente. Otro excampista para desactivar el neocampismo.
El nuevo conseller de Presidencia, José Luis Díez, es íntimo amigo de Alfonso Rus, quien controló el PP de la provincia de Valencia con Camps, y marido de Julia Climent, superconcejala de la alcaldesa de València María José Catalá, quien también gana mucho peso y poder en el Ejecutivo de Pérez Llorca. Díez es considerado por quienes le conocen como un hombre “muy discreto, trabajador, buena persona y leal”. Fue director de gabinete de la Conselleria de Infraestructuras entre 2007 y 2012, la época de la construcción del circuito de Fórmula 1. Trabajó en Pavasal y fue también responsable de Grandes Proyectos durante la presidencia de Eduardo Zaplana.
María José Catalá, a quien también le interesa desactivar a Francisco Camps porque el expresidente nunca ha hecho ascos a ser alcalde de València, ha nombrado también a la nueva consellera de Educación, María del Carmen Ortí Ferré. Ortí Ferré es inspectora de educación y era la directora de la Universidad Popular de València. Catalá fue también consellera de Educación y, en sus años al frente de la misma, mantuvo un perfil conciliador y a favor del valenciano, todo lo contrario que el conseller saliente en la cartera —aunque seguirá en el Consell— José Antonio Rovira.
David Serra y Pepe Císcar, el poder entre bambalinas
“Pérez Llorca ha hecho un Gobierno para ganar el Congreso”, explican fuentes del PP, que apuntan a David Serra y al todopoderoso vicepresidente de Alberto Fabra, Pepe Císcar, como los arquitectos de la nueva era. “Císcar limpió el campismo tras su dimisión y es amigo íntimo de Pérez Llorca de su etapa como alcalde de Teulada”, explican. Por su parte, Serra conoce todos los secretos del nuevo presidente y ya tiene a su mujer, Magdalena González de la Red, como jefa del Grupo Parlamentario del PP en las Corts Valencianes. Será la mujer fuerte que negocie en el Parlamento la exigente lista de propuestas ultras de Vox.
El poder de David Serra es tan importante en estos momentos que este lunes, a 24 horas de su toma de posesión, Pérez Llorca se plantó a las nueve de la mañana en el despacho de abogados de Serra, en la calle Félix Pizcueta de València, como pudo comprobar elDiario.es. No es de extrañar que se tomaran la mañana para diseñar y perfilar algunos de los nuevos nombres del Consell. Y, mientras diseña el nuevo Gobierno y, a través de su mujer, controla la labor parlamentaria, Serra en persona gestiona los líos empresariales de la familia de Pérez Llorca. Es quien negocia con el empresario hispanorruso que quiere disolver la sociedad del hotel de la familia de Finestrat.
Serra y Císcar son dos conocedores profundos del PP valenciano y, además de incorporar a cargos que fueron de confianza de Camps, han contentado en el Consell a familias importantes del PP para ganar el Congreso en caso de enfrentamiento con el PP valenciano. Catalá —y por tanto Génova—, contentos. Sigue Marian Cano en Economía, hermana del alcalde de La Nucía, Bernabé Cano, y un pilar fundamental en el PP de la Marina Baixa.
Pérez Llorca, en un reservado con Javier Sendra
Del otrora denominado clan de Alicante también, en concreto de Planes (El Comtat), es Javier Sendra, actual secretario autonómico de Infraestructuras y quien tiene la llave de la caja de los contratos públicos de la reconstrucción. Sendra ha repartido más de 600 millones de euros a dedo entre las empresas de obra pública de la Comunitat Valenciana, varias salpicadas por los escándalos de corrupción Gürtel y Taula. Justo este miércoles 3 de diciembre, Juan Francisco Pérez Llorca —ya como presidente, con nuevo Consell— y Javier Sendra comían en el restaurante Entrevins de València. Los dos, mano a mano, en un reservado para ocho personas. Pérez Llorca demuestra así que da mucha importancia a la relación con las contratas de obra pública. Hay mucho dinero en juego.
En su misión de tener un congreso tranquilo, Pérez Llorca ha situado como portavoz a Miguel Barrachina, de Segorbe. Un guiño al PP de Castellón, que también mantiene a Martínez Mus como conseller de Medio Ambiente.
El todavía secretario general del PP valenciano tiene la misión de convertirse en presidente, y para ello deberá convocar el congreso que fue aplazado sine die en junio pasado. Ha utilizado el nuevo Consell para mantener afinidades y desactivar a Camps con enemigos del expresidente, contentando a parte de la provincia de Valencia y atando a las familias de Castellón y Alicante. ¿Se atreverá a abrir las urnas en su partido?