Gerard Fullana: “Mazón representa el liberalismo de amiguetes de toda la vida”

Gerard Fullana (Barcelona, 1981), portavoz de Compromís en la Diputación de Alicante, se ha convertido en una auténtica pesadilla para el flamante nuevo líder del PP valenciano, Carlos Mazón. Las denuncias de Fullana, licenciado en Periodismo por la Universitat Autónoma de Barcelona y doctor en Comunicación, han puesto la contabilidad del grupo popular en el punto de mira de la Fiscalía Anticorrupción y del Tribunal de Cuentas. En esta entrevista, el también teniente de alcalde del Ayuntamiento de Xaló desgrana la labor de oposición de la formación valencianista en la institución provincial y las dificultades de Compromís para asentar su proyecto en el frente sureño. “El PP comete un error estratégico y político grave al volver a situar al zaplanismo”, advierte Fullana.

Las diputaciones son instituciones decimonónicas con dinámicas propias. ¿Cómo se encara el papel de la oposición en la de Alicante?

Creo que se ha hecho muy poca oposición en las diputaciones. Es algo que hemos demostrado en Compromís en la Diputación de Alicante: no estamos en venta. No hemos entrado al reparto habitual, directa o indirectamente nos han ofrecido estos equilibrios políticos de repartir subvenciones y algunos privilegios. Nosotros no hemos querido entrar nunca. Al no entrar Compormís, muchas cosas saltan por los aires: los repartos a dedo, que no eran legales. Hay un antes y un después tras nuestras acciones judiciales. Los repartos de subvenciones a los partidos han saltado por los aires y creo que esa faceta de no entrar al reparto del pastel ha ayudado mucho a la Diputación.

Se ha hecho muy poca oposición en las diputaciones

Las subvenciones electorales ha sido uno de sus grandes caballos de batalla. ¿Por qué?

Pese a tener un diputado de 31, estamos consiguiendo cambiar la Diputación. Las subvenciones a dedo ya son un rara avis. Por los precedentes jurídicos que sentamos hace años, los repartos de privilegios también. Tengo la sensación que la convicción es una herramienta que te permite cambiar las cosas independientemente de los números políticos que tengas. Creo que eso que hemos hecho en la Diputación de Alicante, Compromís lo tiene que hacer en la provincia de Alicante en general. Es un buen momento para liderar el progresismo en la provincia de Alicante porque está muy huérfano.

En cada proceso electoral se observa una hegemonía de las derechas en las comarcas del sur (especialmente debajo de la histórica línea Biar-Busot). ¿Qué papel debe jugar Compromís en el frente sureño?

Compromís debe tener un planteamiento más ambicioso en las comarcas del sur. Sí que creo, y paso con Mónica Oltra en 2015 y puede volver a pasar, que en Alicante hay unas estructuras de poder viciadas, llamémoslas zaplanismo o 'brugalismo' [en referencia al 'caso Brugal] o como se quiera decir, que han penetrado mucho más allá del Partido Popular. Incluso en algunas épocas han penetrado en el Partido Socialista, que recordemos que es el segundo partido político con más imputados en la trama Brugal. Ha penetrado en estructuras económicas como la Cámara de Comercio o en asociaciones empresariales. En Valencia, en 2015, se consiguió transformar eso mucho más pero en Alicante eso no se ha dado aún.

El papel de Compormís es transformar esas estructuras de poder viciadas y que demuestran que después de 20 años, el zaplanismo puede volver. Ese fenómeno de completar la transformación política que creo que se ha hecho en la provincia de Valencia, en Alicante aún está por hacer. En ese papel, radicalmente diferente al que nos ha ofrecido el PP pero también el PSPV-PSOE, Compormís tiene mucho papel de crecimiento, incluso en la Vega Baja.

En Alicante hay unas estructuras de poder viciadas

Actualmente, la Fiscalía Anticorrupción tiene abiertas diligencias por las supuestas irregularidades en la contabilidad del PP y por el vaciado de su cuenta al dimitir Ripoll. Las cuentas del PP también están bajo la lupa del Tribunal de Cuentas a consecuencias de sus denuncias. ¿Cómo empezó todo?

Lo primero que hicimos la anterior legislatura fue la batalla del reparto del pastel de las subvenciones a dedo. Denunciamos cinco subvenciones a cinco vicepresidentes por valor de seis millones de euros y, rápidamente, los juzgados se fueron pronunciado a favor nuestro hasta el punto que el PP renunció a esos emolumentos. Hubo varios procesos electorales, en 2015 y 2016, y a partir de aquí un día nos llegó un acuerdo entre el PP y el PSPV-PSOE de multiplicar por cuatro las asignaciones a los grupos. Han existido siempre y nosotros tampoco las cuestionamos, entiendo que los partidos políticos se tiene que financiar pero, claro, pasamos de poco más de 100.000 euros anuales a medio millón de euros anuales. Eso fue un 28 de diciembre. Nos lo presentaron por urgencia, nos dijeron que era un pacto entre PP y PSPV-PSOE y que Compromís también formaba parte del pacto. Nosotros nos desvinculamos y sospechamos que lo que pretendía de alguna manera el bipartidismo era pagar las facturas electorales porque habían perdido el 40% de su representación.

El PP, sin embargo, ha aportado una justificación de sus gastos más bien discreta.

A partir de aquí, el Partido Socialista rectificó su posición y renunció al incremento a pesar de que se había aprobado gracias a ellos. Ciudadanos y Compromís quedamos fuera. Renunciamos a parte del incremento pero presentábamos unas facturas para acreditar las subvenciones, demostrábamos en qué nos lo habíamos gastado. Y en el caso del PP, eran cantidades muy grandes, casi medio millón de euros. Presentaban un certificado que tenía tres líneas. Nos llamó la atención pero nos dijeron que llevaba haciéndose toda la vida, que era absolutamente legal. Pero la verdad es que no era absolutamente legal. El objetivo político lo conseguimos, porque se ha cambiado esa norma, que no era legal. Ahora mismo en la Diputación de Alicante tienes que justificar las subvenciones. La batalla de cómo se debe devolver ese dinero es la que estamos jugando ahora.

Sospechamos que lo que pretendía el bipartidismo era pagar las facturas electorales porque habían perdido el 40% de su representación

A pesar de las grandes diferencias ideológicas y de cierta tensión en los plenos, Carlos Mazón logró pactar los presupuestos con la oposición. ¿Cómo ha sido posible?

El hecho diferencial de los presupuestos no es que el Gobierno intente llegar a un pacto con la oposición sino que la oposición acepta llegar a un pacto con el Gobierno. Eso no lo hemos visto con el Gobierno del Botànic nunca, el PP siempre se ha negado a llegar a un pacto. Y nosotros siempre lo teníamos muy claro, además en el momento de crisis. El primer año fue iniciativa de Compromís y el segundo año ya fue consecuencia de la pandemia. Lo que rompe un poco los esquemas es un grupo como Compromís que hace una oposición muy potente y que, además, plantea una novedad y es que queremos negociar los presupuestos. El año que viene también quiero negociar los presupuestos. No creo que sea tanto un esfuerzo de Mazón, que es lo que vende, como un esfuerzo de la oposición. Ese posicionamiento de la oposición no lo hemos visto nunca en las Corts Valencianes, no aceptan unas enmiendas, nosotros le hacemos un decálogo.

Carlos Mazón ha logrado situarse como nuevo líder del PP valenciano a pesar de ser alguien prácticamente desconocido fuera de Alicante. ¿Qué perfil hace del presidente de la Diputación de Alicante?

Mazón representa el liberalismo de amiguetes de toda la vida. Creo que acabará cayendo por su propio peso porque el PP comete un error estratégico y político grave que es volver a situar al zaplanismo. El señor Mazón, cuando se está diciendo todo lo que se está diciendo sobre la sede del PP de Madrid, estaba en primera línea, era el número dos del PP provincial, director general de la Generalitat, vicepresidente de la Diputación, estuvo imputado en el 'caso Brugal'. Todos sabemos lo que pasó con el sumario de Brugal: las cintas se anularon por no ser válidas. Si las cintas de Brugal hubiesen sido válidas, mucha de la gente que está alrededor de Carlos Mazón en este momento posiblemente estarían en una situación mucho más complicada. ¿Cómo llegó esta gente a destruir el sistema bancario de Alicante? Pues con Terra Mítica y demás. Y las operaciones se están repitiendo una y otra vez y son un peligro desde ese punto de vista. Nuestra obligación en la Diputación es denunciar y fiscalizar.