Boniato, patata dulce, batata o camote son algunas de las fórmulas que empleamos en España para referirnos a este tubérculo de color anaranjado que aterriza en nuestras cocinas en la época otoñal y que está de temporada hasta finales de invierno, bien entrado ya el mes de marzo. Originario de América, en algunas zonas sí que se diferencia entre boniato, de tonos más blanquecinos, y batata, más anaranjados y la más habitual en nuestros mercados y supermercados.
El boniato, como ocurre con las calabazas, es una de las verduras que asociamos directamente al otoño, y gracias a su alta proporción de azúcares, a sus aromas más dulces. Muy energéticos y saciantes por su alto contenido en carbohidratos, tienen un gran potencial nutricional. Estos tubérculos tienen un elevado porcentaje de vitamina A, “en especial en las variedades cuya carne es de color amarillo a naranja intenso”, según la Federación Española de Nutrición (FEN). Además, destacan por “su alto contenido en betacarotenos; una batata de pulpa anaranjada con un peso medio de 150 g aporta el 79% y 99% de las ingestas recomendadas de vitamina A para hombres y mujeres de 20 a 39 años, respectivamente”.
También aporta vitamina C, aunque buena parte se puede perder durante su cocción, y garantiza el 39% de la ingesta diaria recomendada en vitamina E.
Los boniatos o batatas se han incorporado totalmente a la gastronomía española y no es extraño degustarla en forma de cremas acompañada de otras verduras, en salteados o guisos, en crujientes bastones emulando unas patatas fritas o como claro protagonista horneado hasta conseguir una carne jugosa y con un toque dulce inconfundible. Ese dulzor es lo que convierte al boniato en un claro ganador para convertirse en ingrediente de inconfundibles y sabrosos pasteles o bizcochos durante toda la temporada.
El bizcocho que te proponemos es muy sencillo de preparar y los ingredientes muy básicos: harina de trigo, aceite de oliva virgen extra, azúcar, huevos e impulsor químico, además de pulpa de boniato asado, cocido o al microondas. La mezcla del boniato con el resto de ingredientes da como resultado un bizcocho con una textura muy jugosa. Y si te gustan las especias algo fuertes, queda espectacular con canela, jengibre o clavo.
La receta
Para elaborar este bizcocho, perfecto para una merienda en familia o con amigos acompañado de un café o un chocolate a la taza, necesitaremos cerca de una hora y media, más otra hora al menos de reposo. Estos son los ingredientes para unas doce porciones:
- Medio kilo de boniato (con esa cantidad conseguiremos alrededor de 300 gramos de puré)
- 3 huevos de tamaño mediano (recomendamos sacarlos con antelación de la nevera si los almacenas en el frigorífico)
- 150 gramos de azúcar blanca o morena, según preferencias
- 190 o 200 gramos de aceite de oliva virgen extra
- 300 gramos de harina de trigo
- 10 gramos de impulsor químico
Lo primero que vamos a hacer es lavar bien los boniatos, secarlos y pincharlos en toda su superficie con un cuchillo. Para acelerar el proceso, podemos cocinarlos durante 8 minutos a temperatura máxima en un microondas. Iremos introduciendo un cuchillo o tenedor para ver si está ya blando y en su punto. Una vez listo, lo cortamos por la mitad y retiramos con una cuchara la pulpa para terminar aplastándola con un tenedor. Reservamos 300 gramos que es la cantidad que necesitamos para el bizcocho.
Mientras, vamos precalentando el horno a 180 °C y batimos los tres huevos junto con el azúcar unos minutos, hasta que observemos que han duplicado su volumen. Añadimos el aceite en el bol y seguimos batiendo hasta que todo se integre perfectamente. Seguidamente, adicionamos la pulpa de boniato, las especias si has decidido incorporarlas, el impulsor químico y la harina, poco a poco, y seguimos removiendo. Ahora, volcamos toda la mezcla sobre un recipiente apto para horno alargado y cubierto con papel vegetal. El siguiente paso es introducir el bizcocho en el horno y cocinar durante una hora o una hora y cuarto, pero habrá que ir supervisando el proceso.
Una vez bien cocido lo sacamos del horno, lo dejamos reposando durante 10 o 15 minutos y desmoldamos. Podemos dejarlo sobre una rejilla enfriando totalmente durante una hora antes de consumirlo.
Versión con avena
Si te apetece una versión más ligera o necesitas una versión sin gluten te proponemos este bizcocho de boniato con avena (chequea bien en el paquete que la avena no contenga gluten). La textura sigue siendo bastante jugosa, y el sabor delicioso. Estos son los ingredientes para 12/14 raciones:
- En este caso vamos a necesitar más pulpa de boniato: entre 500 y 600 gramos
- 350 gramos de harina de avena
- 4 huevos de tamaño grande
- 400 gramos de dátiles
- Un vaso de leche entera y 120 gramos de un yogur natural, puede ser tipo griego
- 100 gramos de aceite de oliva virgen extra
- 10 gramos de impulsor químico y media cucharada de postre de bicarbonato
- Una cucharilla de esencia de vainilla
- Para las especias: una de cucharada de postre de canela y media de nuez moscada
- Una pizca de sal
Vamos precalentando el horno a 180 °C mientras añadimos a un bol todos los ingredientes secos: harina, impulsor, bicarbonato, especias y sal. Con un procesador mezclamos el boniato con la leche y el yogur y lo adicionamos al bol de la harina. De nuevo en el procesador trituramos los dátiles deshuesados junto con el aceite, los huevos y la vainilla. Vertemos el resultado en el mismo bol grande de los ingredientes secos y la pasta de boniato. Mezclamos todo bien.
En un recipiente para horno cubierto con papel vegetal echamos la masa anterior y horneamos, como la vez anterior, entre una hora o una hora y cuarto sin perder de vista el proceso para evitar que se queme. También como la con la versión tradicional, dejamos atemperar un poco para desmoldar y enfriar del todo antes de cortar las porciones y disfrutar de esta versión sin gluten ni azúcar.