Abrimos el cajón del detergente, echamos un puñado o un chorro generoso directamente, sin mirar. Damos por sentado que esa cantidad es la correcta. Un poco más no hará daño, y puede que limpie más. Pero, ¿realmente necesitamos tanto detergente? La realidad es que la mayoría de las personas usan mucho más del necesario, y eso tiene consecuencias no solo para la eficacia del lavado, sino también para nuestro bolsillo y el planeta.
Un estudio realizado por Procter & Gamble, los fabricantes de marcas de detergente como la conocida Ariel, encontraron que en España los consumidores encuestados empleaban tres o más productos en sus lavados, en su mayoría en exceso. No son los únicos: las encuestas en EEUU indican que allí también ponen el detergente a ojo y usan más de lo debido.
Cuánto detergente es necesario
Las marcas fabricantes de lavadores recomiendan, en la mayoría de los casos, una o dos cucharadas por carga (alrededor de 30-50 ml), dependiendo del nivel de suciedad y la dureza del agua. Sin embargo, la percepción general es que más jabón equivale a más limpieza, algo que la química desmiente.
Los detergentes modernos son mezclas complejas de tensioactivos, enzimas, ablandadores de agua y otros aditivos. Los tensioactivos son los responsables de romper la tensión superficial del agua, permitiendo que penetre en las fibras y arrastre la suciedad. Sin embargo, estos compuestos tienen un límite de efectividad: una vez que alcanzan su punto de saturación, el exceso de detergente no mejora la limpieza, sino que se disuelve en el agua sin cumplir ninguna función.
Peor aún, el jabón sobrante puede quedar atrapado en las fibras de la ropa, atrayendo más suciedad con el tiempo y generando residuos que favorecen la aparición de olores. Además, las enzimas diseñadas para descomponer manchas orgánicas (como proteínas o grasas) funcionan mejor en concentraciones moderadas; un exceso puede interferir con su acción.
Estos son los factores más importantes que determinan la cantidad de detergente necesario:
- Cantidad de ropa y nivel de suciedad: a veces la lavadora está muy llena de ropa muy sucia; otras, a media carga y con ropa usada pocas veces. En general, cuanto más llena esté la lavadora y más sucia esté la ropa, más detergente será necesario.
- Agua dura o blanda: el agua en la mayoría de las zonas de España es moderadamente dura, con alto contenido en calcio, lo que reduce el rendimiento del detergente, y es necesario añadir más. Pero si el agua es blanda, como por ejemplo la de Madrid, podemos usar mucho menos.
- Antigüedad de la lavadora: los modelos actuales están diseñados para funcionar con menos agua y detergente, optimizando el movimiento mecánico y la temperatura, mientras que una lavadora más antigua puede necesitar algo más de detergente. Estas nuevas lavadoras también usan menos agua, con lo que usar más detergente puede dificultar su dilución.
¿Usas poco o demasiado detergente?
Contrario a lo que muchos piensan, reducir la cantidad de detergente no necesariamente afecta la limpieza. En los últimos años se han desarrollado los detergentes compactos, que tienen la misma eficacia con menor cantidad y, por tanto, son mejores para el medio ambiente. Sin embargo, a veces los consumidores responden a esta reducción de la dosis necesaria aumentando la cantidad que utilizan, a pesar de que la eficiencia es la misma, ya que piensan que no será suficiente.
Otro factor clave es la eficiencia de las lavadoras modernas, preparadas para usar menos agua y detergentes concentrados, también a menor temperatura para ahorrar electricidad. Usar más producto de lo necesario puede, irónicamente, entorpecer el ciclo de lavado, ya que genera espuma excesiva que reduce la fricción entre las prendas, un elemento necesario para eliminar la suciedad.
¿Cómo saber si estamos usando poco o demasiado detergente? En el caso de usar poco, podemos guiarnos porque al final ropa está sucia, grasienta o huele mal. Si la ropa no sale limpia de la lavadora, debemos probar a aumentar la cantidad de detergente en la siguiente carga de tamaño similar.
Por el contrario, utilizar demasiado detergente puede dejar la ropa rígida, áspera o pegajosa. Los colores desteñidos y los tejidos deshilachados son más señales de alarma. Pero el uso excesivo del detergente también tiene efectos sobre la lavadora. Los restos apelmazados de detergente pueden descomponerse dentro de la lavadora, producir malos olores y, a la larga, posibles averías.
Por qué reducir la cantidad de detergente que usamos
El impacto de usar menos detergente va más allá de la limpieza de la ropa. En primer lugar, el ahorro económico es evidente: si una familia reduce su consumo a la mitad, puede extender la vida útil de un envase durante semanas o meses.
Pero el beneficio más importante es ecológico. Los detergentes convencionales contienen fosfatos, sulfatos y fragancias sintéticas que, en altas concentraciones, contaminan ríos y mares. Estos químicos promueven la eutrofización (crecimiento descontrolado de algas que agota el oxígeno en el agua), afectando a peces y otros organismos. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, alrededor del 30% de la contaminación de aguas por fosfatos proviene de productos de limpieza domésticos, incluidos los detergentes.
Además, el exceso de espuma dificulta el trabajo de las plantas de tratamiento de aguas residuales, que deben emplear más energía y recursos para filtrar estos compuestos. Al reducir la dosis, no solo aliviamos la carga sobre los ecosistemas, sino que también disminuimos nuestra huella de carbono, ya que la producción y transporte de detergente consume energía y materias primas y produce residuos de plástico, sobre todo de los envases.
La próxima vez que laves ropa, prueba con la mitad de la cantidad habitual de detergente. Es probable que no notes diferencia en la limpieza. Pequeños ajustes como este, multiplicados por millones de hogares, pueden tener un efecto tangible en la reducción de la polución y el consumo innecesario.