Entre los postres más fáciles y sencillos de preparar se encuentra el flan, un rico bocado que, además de ser rápido de elaborar, destaca por su enorme versatilidad. Debido a ello, es posible adaptarlo a casi cualquier gusto incorporando ingredientes diferentes según el tipo de flan que se desee, desde el clásico de vainilla hasta el napolitano con leche condensada, pasando por versiones de coco, café, queso o chocolate, entre muchas otras. Asimismo, suele prepararse sin complicaciones en una tranquila tarde de otoño, mientras el frío se adueña de las calles y la cocina se llena de un aroma delicioso y reconfortante.
Para elaborarlo, basta con recurrir a unos ingredientes básicos que casi siempre están presentes en la despensa o en el frigorífico. Por lo general, la receta incluye leche, huevos, azúcar y un caramelo líquido que se coloca en la base del molde. Esta combinación sencilla da como resultado una textura cremosa y delicada, que desde el primer bocado envuelve el paladar con un toque dulce y jugoso.
Este postre puede adaptarse fácilmente a distintos gustos y prepararse durante cualquier época del año. Pero además es ligero y su sabor, muy equilibrado, lo que explica su popularidad entre aquellos que disfrutan con un final dulce tras la comida o la cena, o para darse un pequeño capricho a la hora de la merienda.
Ligado a la tradición culinaria italiana encontramos el flan de mascarpone, una variedad deliciosa. Aunque Italia es más reconocida por sus pastas y pizzas, su repostería también alberga auténticos tesoros que pueden sorprender incluso a los paladares más exigentes.
El mascarpone, un queso fresco típico del norte de Italia, es el ingrediente que otorga a este flan su identidad particular. Su textura untuosa, su suavidad y su delicado sabor lo han convertido en un elemento clave tanto en el célebre tiramisú como en este flan, que es además un acompañante habitual del panettone e incluso de algunas recetas saladas de pasta.
Flan de mascarpone
Esta receta es una versión parecida al clásico flan de huevo, pero con un toque extra de suavidad y cremosidad que le aporta una textura especialmente agradable. Además, a diferencia de la receta tradicional, no requiere el uso del horno, ya que su preparación en el microondas es más que suficiente para obtener un resultado perfecto. Debido a ello, podrás disfrutar de un flan de mascarpone delicioso en tan solo quince minutos, sin complicaciones y con un mínimo esfuerzo. Estos son los ingredientes para seis personas:
- Diez cucharadas de queso mascarpone, alrededor de 300 gramos
- Cuatro huevos
- Una taza de azúcar, unos 125 gramos
- Un vaso de leche, unos 350 mililitros
Para elaborar el caramelo:
- Dos cucharadas de agua
- Cuatro cucharadas de azúcar
Materiales:
- Un recipiente apto para microondas
En primer lugar, vertemos en un recipiente apto para microondas o en un molde de silicona que soporte las altas temperaturas los ingredientes necesarios para el caramelo. Para prepararlo, añadimos el agua y el azúcar, mezclamos hasta formar una pasta ligera y llevamos el recipiente al microondas a máxima potencia durante un par de minutos.
A continuación, una vez transcurrido ese tiempo, comprobamos si la mezcla empieza a adquirir una tonalidad dorada. Si todavía permanece transparente, la calentamos un minuto más, repitiendo el proceso hasta que alcance el color deseado. Cuando el caramelo esté listo, lo retiramos del microondas y lo reservamos.
Mientras tanto, vamos a preparando la mezcla del flan. En un bol, cascamos los huevos y los batimos hasta obtener una mezcla homogénea. Después, añadimos el azúcar y continuamos batiendo hasta lograr una textura espumosa. Por último, incorporamos el queso mascarpone y mezclamos bien, ya sea con varillas o con batidora, para integrar todos los ingredientes. Añadimos la leche a temperatura ambiente y seguimos mezclando hasta obtener una preparación uniforme. Cunado la mezcla esté lista, la vertemos con cuidado en el molde donde espera el caramelo, procurando que se distribuya de forma uniforme. Ten en cuenta que el volumen total será de aproximadamente un litro, así que elige un molde adecuado para esta cantidad.
Una vez hecho esto, llevamos el flan al microondas y lo cocinamos durante diez minutos a una potencia media. Si al finalizar este tiempo observamos que el flan aún no ha cuajado, continuamos la cocción en intervalos de tres minutos, comprobando su textura entre cada ciclo. Si notas que empieza hervir y se forman burbujas grandes, baja la potencia y continúa cocinando suavemente hasta que cuaje por completo.
En el caso de que prefieras elaborarlo en el horno, simplemente vierte la mezcla y el caramelo en un molde apto y hornea durante aproximadamente una hora a 170 grados, con calor arriba y abajo y el horno previamente calentado, hasta que la superficie adquiera un tono ligeramente tostado.
Para comprobar si el flan está hecho, tanto en el microondas como en el horno, introduce un palillo, palito de brocheta o un tenedor en el centro, si el palillo sale limpio, sin resto de masa, significa que ya está listo. Finalmente, dejamos que el molde se enfríe a temperatura ambiente y, cuando ya no esté caliente, lo guardamos en la nevera durante unas cuatro horas o, toda la noche para que alcance la textura perfecta.
Para desmoldar, mueve ligeramente el recipiente para que el caramelo ayude a despegar el flan, coloca un plato encima del molde y dale la vuelta con un movimiento firme. Para terminar, decóralo a tu gusto y disfrútalo.